Desde el 28 de octubre de 2016 no se sabe nada de Milagros Avellaneda y de su hijo Benicio Coronel. Al cumplirse un año de la desaparición de ambos, familiares y organizaciones sociales y políticas marcharon desde plaza Urquiza hasta plaza Independencia para pedir Justicia. La causa, a cargo de la fiscal María del Carmen Reuter, solo tiene un detenido: Roberto Carlos Rejas, un guardiacárcel de 30 años.
Rejas es el principal sospechoso de la ausencia de Milagro y de su pequeño, luego de ser acusado ante el Juzgado de Instrucción de turno por “homicidio agravado por alevosía (por el niño) y por violencia de género (por Milagros)” y de “privación ilegítima de la libertad”.
Según pudieron averiguar los investigadores, lo último que la joven hizo con su teléfono celular antes de apagarse fue enviarle dos mensajes de audio a una amiga donde decía que se encontraba con Rejas, quien la estaba golpeando.
En el auto del sospechoso, las pericias arrojaron que en su interior se encontraron cabellos largos y la prueba de luminol (busca rastros de sangre) dio resultado positivo. La misma pericia se realizó en la casa del detenido, donde también se encontraron sustancias compatibles con sangre.
"La familia de (Roberto) Rejas al menos lo puede ir a visitar a la cárcel. Yo no tengo a dónde ir a ver ni a llorar a mi hija y a mi nieto. Es desesperante. Es dura la situación en mi casa. Día y noche, es lo mismo. Puedo estar lavando, cocinando y limpiando, pero en mi silencio lloro por mí hija. Tengo a mi nieto de siete años (el hijo mayor de Milagros) y no quiero que me vea llorar. Tengo que estar bien por él y estar de pie para seguir en la lucha para encontrar justicia", lamentó Amalia Ojeda, al mamá de Milagros.
"Acá parece que la tierra los tragó. Desde el 28 de octubre que estuvieron con Rejas en su auto, nadie vio nada, nadie sabe nada. Le pido a la familia Rejas que hable, que rompa el pacto de silencio", pide con desesperación Amalia, que aprovechó para reclamar mayor participación del Estado.