WASHINGTON. - A partir del próximo jueves se desclasificarán los documentos relacionados con el asesinato del ex presidente estadounidense John F. Kennedy, el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, según dejó entender el presidente Donald Trump en un tweet.
Las miles de páginas de estos documentos han sido secretas durante décadas, lo que dio aún más alas a las teorías conspirativas. Varias informaciones indicaron que hubo esfuerzos sobre todo de parte de la CIA para impedir que una parte de esta documentación saliera a la luz. Trump es el único que puede bloquear la desclasificación de esos documentos alegando intereses de seguridad nacional.
Las investigaciones de la denominada Comisión Warren concluyeron que el asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, que después fue asesinado, actuó solo. No obstante, durante todos estos años hubo todo tipo de teorías conspirativas, desde que la mafia pudo estar implicada, pero también se señaló a Cuba, a los soviéticos, a una trama militar-industrial, así como el que fuera su sucesor Lyndon B. Johnson, que pudo haber actuado aliado con la CIA, el crimen organizado y el lobby del petróleo.
El ex asesor de campaña de Trump, Roger Stone, conocido por avalar teorías conspirativas, afirmó que alentó a Trump a difundir los documentos, en los que cree que se prueban los lazos de la CIA con el asesinato. El propio Trump apoyó esas teorías en el pasado e incluso llegó a decir durante la campaña presidencial que el padre de su rival republicano Ted Cruz tuvo vínculos con Oswald.
Los expertos consideran que la desclasificación de los “archivos JFK” no aportarán claves nuevas sobre lo que sucedió entonces. Los documentos sí podrían arrojar luz sobre por qué la CIA estuvo investigando a Oswald antes del asesinato. La ley de 1992 que dio lugar a que los documentos estuvieran clasificados durante 25 años fue el revuelo que provocó la película Oliver Stone, “JFK” y las teorías conspirativas que proliferaron. Larry Sabato y Philip Shenon, investigadores que han escrito libros sobre Kennedy, advirtieron a comienzos de mes que la difusión de los documentos podría ser caótica, ya que miles de páginas de información pueden resultar “incomprensibles aún para los más experimentados estudiantes del asesinato”. (DPA)