El pueblo está feliz con la asunción de “Carlitos”
Casi todos de los 15.000 fieles que se acercaron a la ordenación episcopal alguna vez en su vida tuvieron contacto personal con el nuevo arzobispo. Ahora es monseñor Sánchez, pero para ellos seguirá siendo el padre “Carlitos”, el cura gaucho, o simplemente “Carlitos”. Con esa cercanía, los fieles lo saludaron, lo besaron y compartieron empanadas al terminar la ceremonia.
Desde todos lados.- Doña María Ruiz llegó no con una, sino con dos docenas de empanadas hechas por ella misma, desde la masa hasta el repulgue. Las dejó en uno de los tantos puestos que decían “recepción de empanadas”, y se fue. No se quedó al acto, a pesar de haberse llegado desde el barrio Cardenal Samoré (avenida Independencia al 3.000). “Me encantaría quedarme, pero tengo un tío muy enfermo en el sanatorio. Vine a dejar las empanaditas que hice para compartir con los fieles, pero ya me voy”, contó la mujer. Las suyas fueron 12 de las 20.000 empanadas que llevaron los tucumanos como colaboración para una fiesta histórica de la Iglesia local.
Como un reloj.- La organización del agasajo popular al nuevo arzobispo fue una maquinaria perfectamente sincronizada, operada principalmente por jóvenes de la Acción Católica y otros movimientos cristianos. Unos recibían las empanadas que traían los fieles, otros las acercaban al sector de los horneadores, otros se encargaban de armar bolsitas con dos empanadas y por último estaban los chicos que las repartían a la salida de la ceremonia.
Variedad, sabor y cariño.- De carne, de pollo, picantes, con poco y con mucho relleno, picadas a cuchillo, con masa casera o comprada. En cada una de esas bolsitas que se mezclaban las infinidades de técnicas, manos y estilos de empanadas tucumanas, pero todas hechas con el mismo cariño.
Un gran servidor.- “Fue una hermosa ceremonia, muy del pueblo, con mucho amor. Mostrando la unidad entre lo que es la iglesia, los sacerdotes y el pueblo. No tenemos dudas de él, porque sabemos que es un gran servidor”, expresó Mónica Truccone, quien asistió con otras dos amigas que compartieron el Movimiento Círculo de la Juventud con el nuevo pastor de la Iglesia local.
El idioma del pueblo.- “Su mensaje es así, muy claro, muy simple, para que todo el mundo lo entienda y llegue. El padre Carlitos le habla al pueblo, en su mismo idioma, y eso es justo lo que necesitamos”, dijo la hermana Susana, una religiosa de Concepción ahora instalada en Tafí Viejo.
“Miralo a Carlitos”.- Fuera de todo protocolo, monseñor Sánchez salió del estadio y en vez de subirse a la combi que lo llevaría a una cena con sus pares en un hotel, decidió salir a la calle a bendecir a los fieles. “Miralo a Carlitos convertido en arzobispo”, se escuchaba cariñosamente entre la multitud. El pastor demoró más de media hora en transitar una cuadra, en una procesión en la que se tomó el tiempo de saludar y sacarse fotos.
El mensaje del pastor.- “No sé qué dirán ustedes de esta fiesta, pero yo estoy feliz, porque el Señor se ha mostrado grande con nosotros. Porque en este burrito ha querido hacer grandes cosas”, dijo el flamante arzobispo con una sonrisa enorme, al finalizar su caravana.