Sólo queda determinar si el suicidio del padre Viroche fue inducido o no
Después de un año de investigación, todos los estudios, pericias y exámenes que se realizaron alimentan una sola hipótesis: el padre Juan Viroche se habría quitado la vida. Sin embargo, el caso aún no está cerrado. El fiscal Diego López Ávila aguarda aún el resultado de la autopsia psicológica que se realizó para determinar si fue inducido a suicidarse.
El 5 de octubre de 2016, el cura fue encontrado ahorcado en la parroquia de La Florida. Desde el hallazgo de su cuerpo, habitantes del pueblo, allegados al sacerdote y miembros de la Iglesia dijeron que había sido víctima de un crimen y que los autores podrían haber sido las organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico y a la trata de personas con fines sexuales.
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Esa tarde, mientras se realizaba una multitudinaria marcha en el pueblo del este de la provincia exigiendo justicia para su querido padre Juan, López Ávila le tomaba declaración a una joven de Delfín Gallo. Esa misteriosa chica de origen humilde con el transcurso de los días tomó protagonismo en la causa.
“Al analizar los informes telefónicos descubrimos que ella y su entorno habían sido las personas que enviaron los mensajes amenazantes a Viroche. Uno de sus allegados había creado una cuenta de Facebook para hostigarlo permanentemente. Las amenazas no tenían nada que ver con bandas narcos u otra organización criminal”, sostuvo López Ávila en una entrevista con “Panorama Tucumano”.
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Facundo Maggio, que actuó como representante legal de la Iglesia, también fue categórico: “todas las pruebas recolectadas por el momento indican que se trató de un suicidio, pero aún queda establecer si fue inducido. En eso se está trabajando y esperando el resultado de la autopsia psicológica para determinar qué pasó”, explicó.
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Pedro Escobar, representante legal de la familia Viroche, fue más directo. “Esa mujer le enviaba entre 52 y 56 mensajes por día. Ella estaba enamorada de Juan y lo amenazaba permanentemente. Creo que con esa pericia se definirá que ella tuvo alguna responsabilidad penal”, reconoció.
La teoría
En el expediente hay elementos que sirven para demostrar esa teoría. Al parecer, Viroche tuvo una relación sentimental con esa joven. El padre decidió ponerle punto final, pero las cosas se complicaron cuando la chica descubrió que el sacerdote esperaba un hijo con otra mujer y que habría estado dispuesto a dejar el sacerdocio para formar una familia.
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El testimonio de curas, de sus amigos más íntimos y los informes telefónicos son algunos de los elementos que servirían para probar esa versión y para comprobar cuál fue el origen de las amenazas. Todos coincidieron también en que los mensajes intimidantes tenían que ver con destruir la imagen del padre justo en el momento en que estaba pensando dar un paso trascendental en su vida: dejar el sacerdocio.
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El fiscal espera el resultado de la pericia psicológica para determinar si corresponde imputarle algún delito a la joven. Hasta aquí, según confirmaron fuentes judiciales, sólo se la podría acusar de amenazas. Pero su situación procesal cambiaría radicalmente si se llegara a probar que por su conducta el sacerdote decidió quitarse la vida.
“Esto es lo que se está manejando hasta el momento. La investigación aún no está cerrada, por lo que no se puede descartar la teoría del crimen. Ocurre que todas las pericias que se realizaron al cuerpo y en el lugar del hecho no detectaron presencia de otra persona. Tampoco se encontró hasta el momento ningún indicio sobre la participación de algún grupo criminal”, destacó López Ávila.
En la Justicia Federal también se abrieron investigaciones por la supuesta participación de grupos narcos en el crimen de Viroche. López Ávila le giró las actuaciones y el legislador porteño Gustavo Vera realizó una denuncia formal (ver nota aparte).
“No hay nada de eso. A lo sumo se sospechó del funcionamiento de dos quioscos de venta de paco en La Florida y otro en Delfín Gallo, pero no tienen nada que ver con este caso”, concluyó Escobar.