La previsión es la acción de disponer lo conveniente para atender a contingencias o necesidades previsibles. Guarda una íntima relación con la planificación, es decir el plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el desarrollo armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación científica, el funcionamiento de una industria. Lo que en cualquier lugar, pareciera ser razonable y sencillo de entender cuándo se debe tomar una decisión importante, no lo es en Tucumán, donde en muchos aspectos reina la improvisación o “lo vemos sobre la marcha”, algo que provocaría indignación en sociedades más avanzadas.
La rotonda ubicada entre las avenidas Belgrano-Perón y el Camino del Perú será levantada luego de un acuerdo al cual llegaron la Dirección de Vialidad Provincial y las Municipalidades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena. El anteproyecto de la repartición pública propone retirar la rotonda, reubicar el complejo de semáforos y hacer las ampliaciones correspondientes para que haya giro libre a la derecha. Se implementarían obras de desagüe en ese sector que suele anegarse. “Ambas propuestas no están presupuestadas, deben terminarse y tampoco se ha contemplado el inicio de obra”, dijo el funcionario vial y agregó que incorporarán especificaciones técnicas e introspecciones, porque seguramente cuando hicieron la fuente, debajo de la rotonda pusieron cañerías de agua y una instalación eléctrica; también hay una columna de alumbrado público.
El secretario de Gobierno capitalino dijo que lo más importante es hacer un tratamiento integral de ese corredor, con estudios pertinentes, porque allí confluían muchos ciudadanos de barrios en crecimiento. “Una de las propuestas del municipio capitalino es que antes de llegar a la rotonda se deberían colocar semáforos para tratar de disminuir el flujo del tránsito en ese cruce. Y dio como ejemplo la intersección de Las Rosas y avenida Perón”, afirmó.
Ante las continuas quejas de los automovilistas, a mediados de diciembre pasado, la Municipalidad capitalina comenzó a instalar semáforos en la rotonda. En la ocasión, los especialistas coincidieron en que no necesariamente se debían eliminar las rotondas y reemplazarlas por semáforos; en todo caso, se debía estudiar su funcionamiento y replantear el diseño.
Dijimos en esa oportunidad que hubiera sido positivo que el estudio sobre su funcionamiento fuera previo y no posterior a la instalación de los semáforos. A nueve meses de la colocación de los aparatos, se ha comprobado que lejos de hacer más fluido el tránsito, este se ha vuelto más lento y ocurre a diario una larga e impaciente cola de vehículos, especialmente en las horas pico. Sería importante que antes de realizar cambios en materia vial, se convocara a urbanistas o especialistas independientes para que hicieran su aporte, y del debate y del consenso surgieran las modificaciones, teniendo en cuenta la vocación transgresora de los tucumanos. Ahora se van a emplear nuevamente dineros ciudadanos para romper la rotonda y hacer nuevas obras. Sería muy positivo que aprendiéramos a planificar con una visión de futuro, sobre todo en materia urbanística, de modo que si la nueva experiencia no resultara positiva, se evitaría tener que reconstruir la rotonda en ese lugar dentro de nueve meses.