BUENOS AIRES.- El ex vicepresidente kirchnerista Amado Boudou afrontará desde mañana su segundo juicio oral y público, esta vez por la causa de la ex Ciccone Calcográfica, donde deberá dar explicaciones por coimas y negociaciones incompatibles con la función pública, ante la sospecha de que intentó quedarse, junto a sus allegados, con la imprenta.
Boudou llega al juicio persuadido de que su suerte está echada: cree que tiene más chances de ser condenado que de salir absuelto, dijeron a La Nación sus allegados.
Sólo espera tener revancha en caso de condena, si logra llegar con su reclamo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Cree que el clima político de los tribunales de Comodoro Py 2002 no deja mucho margen para que su caso tenga otro final.
Por lo pronto, pasa sus días en su departamento de Puerto Madero, donde atiende sus clientes particulares, a quienes asesora en cuestiones económicas, y el resto del tiempo lo consume la lectura de los 42 cuerpos del caso Ciccone. Políticamente, Boudou está solo, aunque ocasionalmente recibe visitas de ex compañeros. (DyN/lanacion.com)