El testimonio del empresario Emilio Luque era uno de los más esperados en el juicio que se sigue contra el Clan Ale. Especialmente porque en uno de los allanamientos a las casas de los imputados se habían encontrado documentos con su firma. Sin embargo, el testigo no aportó demasiado.
“Es vox populi que soy hincha de San Martín”, dijo apenas se sentó frente al tribunal. Y recordó que apoya como socio a ese club desde 1978. “En diciembre de 2011 fui electo presidente”, afirmó. Como el último presidente electo había sido el imputado Rubén “La Chancha” Ale, quien renunció en octubre de 2011, la querella le preguntó acerca del estado administrativo del club. “Se convocó a elecciones de manera muy rápida y yo me postulé a pedido de algunos socios, así que no tuve tiempo de revisar los papeles”, aseguró.
“No revisé la administración, solamente asumí para aportarle mi granito de arena al club. Renuncié en junio de 2012 por falta de tiempo”, agregó ante la insistencia de la querella, y finalizó: “yo sólo asumí como presidente; no puedo responder por la administración”.
El fiscal Pablo Camuña quiso saber más acerca del modo en que Luque dijo haber ayudado al club. “Apoyaba al club desde mi condición de comerciante con algún adelanto para pagar los sueldos de los jugadores que se me devolvía días después sin ningún interés”, explicó. “¿Puede ser que por eso se hayan encontrado papeles con su firma en la casa de Rubén Ale?”, preguntó el fiscal. El testigo respondió que sí.
Los ingresos del club
Más tarde declaró también Abraham Salame, quien fue el vicepresidente de Rubén Ale en el Club San Martín. “Cuando él (Ale) renunció, asumí la presidencia y convoqué a una asamblea para que se llame a elecciones”, contó. Sin embargo, no supo dar precisiones sobre algunas cuestiones puntuales, como el funcionamiento de la cantina del club, de la boutique y de la gerenciadora, porque -según argumentó- sufrió “un microinfarto cerebral” y hay cosas que no recuerda.
Respecto a la parte económica, mencionó algunas ayudas que recibía el club. “Había algunas resoluciones por ley y a través de la Caja Popular de Ahorros había algunos ingresos; después había subsidios que se daban desde el Estado a todos los clubes para solucionar algunas cuestiones de financiamiento que eran necesarias. A ese dinero lo hemos cobrado y lo hemos invertido; está todo asentado en los balances. Se hicieron obras de refacción y mejoras en las instalaciones del club”, aseguró.