Ignacio Encabo - DPA
Roger Federer y Rafael Nadal jugando juntos por primera vez; el suizo y el español celebrando el título como si fueran dos adolescentes; emoción, diversión, tribunas repletas y un nivel de tenis digno de los mejores torneos del mundo. La primera edición de la innovadora Copa Laver no pudo ser mejor.
Aunque sobre el papel es de momento una exhibición, lo que se vivió entre en el O2 Arena de Praga fue toda una competición. La efusiva celebración del equipo europeo tras el punto definitivo, con Nadal lanzándose a los brazos de Federer, fue el perfecto reflejo de la seriedad con la que los tenistas afrontaron el torneo.
“Fue una sensación que estaba al nivel de los grandes momentos de mi carrera”, comentó después Federer, ganador de 19 Grand Slam. La frase tiene un doble análisis: por un lado, el suizo es uno de los impulsores del torneo y todo lo que diga servirá para promocionarlo; por el otro, su rostro tras derrotar a Nick Kyrgios en el último encuentro hablaba de una enorme emoción.
La Copa Laver llevó a más de 80.000 personas en tres días, según datos de la organización. Su formato es similar al de la Ryder Cup de golf, con un equipo europeo y otro del resto del mundo: cada día se juegan tres singles y un dobles, los partidos del viernes reparten un punto, los del sábado dos y los del domingo tres.
En total, hubo 12 jugadores de nueve nacionalidades. Es decir, nueve mercados televisivos. Y todo ello en una semana elegida estratégicamente. Sin grandes eventos deportivos internacionales y sin torneos importantes de tenis. La siguiente edición se disputará en 2018 en Chicago, también en septiembre. “Fue una semana fantástica y muy divertida”, indicó Federer. “Estoy muy orgulloso de cómo salió todo. El tiempo dirá cómo de grande será esta competencia”, agregó. “La única manera de que tenga éxito es consiguiendo que los jugadores quieran jugarla y cuidarla”, analizó Nadal, otro que la vivió con intensidad.
El formato funcionó en la primera edición, de eso no hay duda. Ahora falta por ver cómo se encaja en un calendario más que saturado y con muchos intereses cruzados.