Pasan los días, pero la emoción le dura a Tomás García Hamilton. El ganador del “Rally Cuna de la Independencia” de hace dos semanas y por el Campeonato Argentino, hizo historia. Devolvió así a la provincia a lo más alto del podio de una general de la categoría.
- En verdad que no fue sencilla tu previa para esta carrera...
- Un amigo, Raúl Urquiza, me felicitó por el esfuerzo de ganar la carrera, con todo lo que me venía pasando: el fallecimiento de mi papá; el accidente que tuve en Entre Ríos con el auto, chocando a una persona; el incendio del Fiat Palio del año pasado. Fueron situaciones que aparecieron y de las que me fui sobreponiendo. Después vino lo mecánico: no se pudo terminar el Citroën con el que iba a correr y terminó siendo vendido; me tuve que subir a un Peugeot de motor aspirado; después lo hice en el VW Gol Trend turbo, con el que apenas tenía una carrera hecha antes de Tucumán; no pude ni siquiera hacer el campeonato 2017 completo. Si esto no me gustara como me gusta, ya lo hubiese dejado.
- ¿Estas cosas te efectan?
- Sí. Pero cuando se las supera, uno se hace más fuerte. En la carrera de Tucumán superamos varias cosas. Uno anda de sol a sol trabajando, por el hecho de correr en auto. No es tan sólo el fin de semana en que uno lo hace.
- ¿Está pendiente el tema de si vas a estar en la próxima fecha del Malargüe o ya se resolvió?
- Recién ayer pude confirmar que voy a seguir con el VW Gol Trend de Alejandro Menéndez, que alquilé para correr La Vuelta de la Manzana y esta carrera de Tucumán. Voy con el mismo equipo y el mismo navegante, gracias a Dios.
- ¿Es imposible pensar en un auto propio?
- Cerrar un mejor presupuesto puede llevar a que pueda armar un auto propio. O modificar alguno, de última. Esa no es una tarea sencilla, lleva su tiempo. Todo pasa por tener esa tranquilidad de decir “vamos a hacer las diez carreras, aquí está el presupuesto, vamos para adelante”. Con eso sería otra historia. Pero el daño económico que representó el incendio aún se siente. Eso es algo que nos llevó para atrás, nos frustró el armado del Citroën, por caso.
- ¿Qué lectura hacés del triunfo?
- Ganar una clasificación general de un rally nacional como local es lo que todos los tucumanos soñamos, desde que empezamos a ver carreras. Yo quería hacerlo, desde chico.
-¿Cómo fue el después, una vez consumada la victoria?
- Mucha gente me felicitó, demoré varios días en responder mensajes. Muchos me dijeron que, al fin, los tucumanos vuelven a ser hinchas de alguien. “Antes esperábamos a un Subaru azul y verde, el de Roberto Sánchez, y ahora a un auto pintado de amarillo”, me dijeron y eso me llamó la atención. Hay un video de un hombre que escucha radio y que, cuando llego a la mesa de control, se larga a llorar, porque hacía 10 años no lo vivía, desde Sánchez. Esas cosas me cargan de energía para seguir adelante como sea.
- ¿Cómo fue tu festejo íntimo?
- Después de ganar, estuve varias veces a punto de quebrarme. Me la aguanté, porque no quería arruinar el momento. Pero cuando subí a mi auto para volver a casa, ahí sí empecé a ceder, se me caían las lágrimas. Eran muchas sensaciones, mucho cariño recibido. Al llegar a casa, estaba solo, y me cayeron las fichas de lo que logré. Y me emocioné.
- ¿Una definición de lo logrado?
- Era la primera vez que tenía los medios para correr y pelear por una clasificación general. Y gané. A esto lo esperé toda la vida. No me imaginaba comenzar la carrera y ganar el primer prime, de pecho como lo hice, sacando buena diferencia. El domingo pasó lo mismo. Fue como decir: aquí el ritmo lo manejamos nosotros. Fue una de las carreras más duras que tuve. El sábado había neblina, y el domingo asfalto mojado por la lluvia. Correr en esas condiciones era nuevo para todos, eso me gustaba, igualaba chances.
- ¿Qué pensaste al final de la competencia?
- Fue muy lindo el final. No quería soltar emociones hasta que el auto no estuviera en parque cerrado. Me daba miedo de que se pare, y el enlace era largo. Se me vino a la cabeza mi papá. Y también Lucas Mohamed, que hizo debutar un Trend en el TN de Las Termas, ganando. A esa carrera la tuve presente todo el tiempo, porque tuvo un 1-2 tucumano, con él 1° y Pablo Ortega 2°. En mi caso, era yo, con Gerónimo Padilla 2°. A “Gero” lo respetaba en la previa: si había alguien que tenía que ganar era él, porque venía corriendo desde hace tiempo con el Peugeot 208, conocía los caminos, venía con un buen presente. Era, sin dudas, el piloto a vencer. Ya con el rally en desarrollo, y por cómo se estaba dando, me dije que estaba entre nosotros dos. Y así fue.