El proyecto asomó hace nueve años con el fin de promover los principios de la educación ambiental y de generar conductas de cambio, apuntando al desarrollo sustentable y a una mejor calidad de vida. El desafío pronto se reveló dificultoso, con muchas trabas, pero no imposible. Y así, a duras penas, va tomando cuerpo. El Jardín Botánico de Concepción, uno de los pilares del proyecto Jardín Sustentable, es una realidad que se despliega en un terreno de cinco hectáreas ubicado en el extremo sur de la ciudad, por calle Padilla última cuadra. Ahí se plantaron 870 árboles de unas 85 especies, entre autóctonas y otras. Además cuenta con un vivero productor de árboles. El objetivo a corto plazo es superar las 1.000 plantas.
Es el nuevo “pulmón verde” que se cierne sobre la zona, aunque el ingeniero Darío Bulacio, impulsor del proyecto y titular de la Fundación Forestar, prefiere llamarlo “aula verde”. “Aquí el que viene aprecia la flora, los pájaros que comienzan a proliferar con más notoriedad, percibe el aroma particular de las plantas y el aire libre de impurezas. Es un lugar de aprendizaje”, advierte. “En este sitio, el niño o el adulto puede comenzar a tomar conciencia sobre la importancia de los árboles. La cuestión es que lo valorice y se contagie de esta especie de revolución u onda verde que promovemos”, apuntó.
El otro pulmón de la ciudad es el Parque de la Joven Argentina, que ahora está siendo recuperado luego de convertirse en un vaciadero clandestino. De la mano del Jardín Botánico se instrumenta también el programa de reciclado de residuos sólidos que se lleva adelante en el Punto Ecológico, ubicado en Alto Verde, tres kilómetros más al sur.
“La gran cantidad de residuos es causa y expresión de graves desequilibrios ambientales; contamina el agua, el suelo, el aire, posibilita el desarrollo de vectores de enfermedades. De ahí que a través del reciclado se apunta a capitalizar los desechos sólidos, que en la actualidad se arrojan en lugares inadecuados, perjudiciales para el medio ambiente”, explicó Bulacio. En punto ecológico los residuos son enfardados y enviados a distintas plantas industriales para su reciclado. “Al residuo que logramos concentrar se lo utiliza como materia prima para producir un nuevo producto -explicó-. Se reciclan papeles para hacer otros nuevos, o botellas para hacer buzos polares, tuberías y macetas”.
Más verde y menos basura
Bulacio sostuvo que Tucumán tiene que volver a ser el Jardín de la República, con más verde y menos basura. “El cambio tiene que comenzar por cada uno -advierte-. Si todos tomamos conciencia sobre la importancia que tiene forestar, cuidar los árboles, y evitar la contaminación del medio ambiente con basura, estaremos camino a cristalizar el anhelo de vivir en un ambiente saludable, con mejor calidad de vida”.
El profesional considera vital que las autoridades gubernamentales y legislativas asuman un compromiso de cambio, que se advierta en hechos concretos. “No hay compromisos definidos en este tema porque políticamente lo que pueda hacerse no es de resultado inmediato, ni tampoco queda marcado en algún bronce. Además no tiene rédito espontáneo o visible”, advirtió Bulacio.
Durante la anterior gestión municipal, indicó, los residuos sólidos comenzaron a ser separados, pero de todos modos iban a parar a orillas del río Gastona. “En estos momentos nos cuesta reunir botellas y papeles porque el destino más a mano son las calles, las acequias o los ríos”, observó. Fundación Forestar tiene el apoyo sostenido de la inmobiliaria Kappa que, a través de Bulacio, asumió un firme compromiso con el medio ambiente. El programa Jardín Sustentable promueve la entrega de plantines a cambio de residuos, y la plantación de árboles en escuelas con charlas educativas destinadas a docentes y estudiantes.