En 1988, Gerardo Blumenkrantz egresó del Gymnasium y al año siguiente viajó a Estados Unidos gracias a una beca de estudios. Después comenzó a trabajar hasta que se quedó definitivamente en Norteamérica, donde ejerce la docencia en The City College de Nueva York. Dice que una vez al año regresa a Tucumán para visitar a familiares y amigos. Ayer disertó junto al profesor español Francisco Uceda (artista, fotógrafo y pedagogo) en el Congreso Internacional de Calidad Educativa. Ambos trabajan juntos en Nueva York. Antes de su exposición, el tucumano Blumenkrantz charló con LA GACETA sobre los cambios y los nuevos desafíos del sistema educativo.
-Usted enseña creatividad e innovación en un master de comunicaciones integradas, ¿cuál es el eje de esa enseñanza?
-El eje central es cómo la creatividad es una necesidad en la educación. El deber que tienen los educadores es preparar a los jóvenes para desafíos que no sabemos cuáles son. No sabemos qué es lo que viene, porque todo cambia muy rápido; siempre cambió, pero ahora se ha modificado la aceleración de ese cambio; entonces como todo va muy rápido hay profesiones hoy en día que no existían hace un año. En el día a día, el cambio va ocasionando otros cambios drásticos y hay que adaptarse; entonces hay que enseñar flexibilidad y creatividad.
-¿Qué es lo que deben estimular los docentes para explotar la creatividad de los estudiantes?
-Soy creativo publicitario y artista. Vengo de esa rama, pero estoy en la docencia y con Uceda hemos creado este Master, que es el resultado de conversaciones que hemos tenido a lo largo del tiempo en las cuales queríamos nutrirnos, cada uno con la experiencia del otro, porque estamos en campos distintos: uno en la innovación y el otro en la pedagogía. Tratamos de hacer un diálogo interdisciplinario para ver cómo podemos concretamente enseñar creatividad y enseñar flexibilidad. También queremos que los maestros desarrollen sus capacidades creativas, porque ellos también tienen desafíos para resolver en la clase día a día, hora a hora, esos cambios. Y eso es lo que intentamos transmitir en este Congreso de Educación.
-¿Qué factores pueden activar la creatividad en el individuo?
-Ahora me estoy enfocando en la publicidad para el bien social; es decir utilizar el valor y la fuerza de la publicidad para cosas que le hacen bien a la sociedad. En eso estoy en la Universidad, que es pública, y a la que llaman “Harvard del proletariado”, porque en su momento era un lugar donde los hijos de los inmigrantes que no podían estudiar en las otras universidades como Columbia iban a esta universidad y de ahí salieron varias excelencias que alcanzaron el Premio Nobel, como Jonas Salk (investigador y médico virólogo estadounidense). Yo apunto a la desmitificación de la creatividad, porque el mayor problema es que uno dice “yo no soy creativo”, pero esto no se trata de inspiración divina, sino que es un método; es hablar del método. La creatividad es una actitud universal, no es patrimonio del artista. Por eso insistimos en la utilidad de la creatividad y de los enfoques metodológicos que se utilizan hoy en día para potenciar el aprendizaje creativo.