Un mes después de que Jorge Sergio “Chino” Alemán (23) muriera acribillado a balazos durante el mediodía del 27 de julio, el fiscal Washington Navarro Dávila confirmó que todo parecía indicar que se trataba de un ajuste de cuentas, y no descartaba que hubiera drogas en el medio del pleito, una de las principales causas de homicidios en la provincia. De hecho, los estupefacientes aparecen en uno de cada tres crímenes, según un relevamiento de LA GACETA. Sobre este caso, la madre del único detenido -Ulises (16)- señaló que las sospechas de los investigadores eran ciertas, pero que la historia era mucho más compleja de lo que parecía.
El adolescente acusado del homicidio que ocurrió en el pasaje 33 Orientales se abstuvo de declarar por consejo de su abogado defensor, pero a su madre le dijo que él no había tenido nada que ver con el caso “El Chino”. “Yo se lo pregunté y lo negó, pero creo que fue él, no lo voy a negar. Yo misma lo presenté ante la Justicia. Sí quiero aclarar que él no tiene antecedentes ni es un ‘soldadito’, como se dijo. No viene por ahí el asunto”, advirtió Mirtha.
Adicciones y violencia
La mujer lo aclaró porque los investigadores sospechaban que el crimen pudo haber sido cometido por un dinero, y estimaban que un transa se lo había encargado al adolescente. La madre lo negó; dijo que esta es una historia personal, con diferencias que llevan varios años latentes, y que se relaciona con los estupefacientes de otra forma.
“Yo he sufrido mucho para alejarlos de la droga a mis dos hijos. El más grande, que ahora tiene 20, se hizo adicto a la pasta base que le vendía ‘El Chino’. Por eso, al más grande también lo entregué y en su momento lo metieron al instituto Roca para poder recuperarlo. Ulises, como todo chico, seguía de acá para allá a su hermano más grande, pero nunca consumió. Los problemas comenzaron cuando mi marido les fue a decir a quienes le vendían esa porquería que dejaran de hacerlo. Primero le quisieron cortar el cuello, después le pegaron cinco tiros. Todavía lo tengo con una bolsa de colostomía”, describió la mujer.
En ese punto, la mujer admite que el adolescente se quedó solo: ella iba del Roca para ver a su hijo mayor, al hospital a cuidar a su marido. Según Mirtha, a la falta de contención se le sumó también la falta de protección.
“Un día los vendedores de droga lo sacaron corriendo a tiros. Hablé con las autoridades de seguridad y se hizo una investigación en la que se desbarató a la banda. Los mismos vecinos queríamos quemar el quiosco. Pero nunca dejaron de molestarlo”, afirmó. Mirtha también explicó que, después del homicidio, tuvo que dejar su casa de la zona sur de la ciudad y que aún tiene cartas con amenazas de las personas a las que acusa.
El asesinato
Según los testigos, Aleman estaba charlando con un amigo y la pequeña hija de este cuando llegó su asesino y lo acribilló: recibió tiros en la nuca, el antebrazo izquierdo y el tórax. Antes de huir en una moto, el tirador le dijo al testigo “no te preocupes, esto no es con vos”. Pese al terror de los vecinos del vecindario, los investigadores fueron rompiendo el secretismo hasta que llegaron a Ulises. Según las fuentes, el muchacho se encontraba prófugo y muy bien escondido, no sólo de la Policía, sino también de las venganzas por el homicidio. Su madre, en tanto, dio su versión.
“Un día antes del asesinato, ellos lo habían estado molestando a mi hijo, como siempre. Y yo lo he presentado varias veces en Tribunales, pero no lo han detenido. Como cualquier madre, yo siempre he querido lo mejor para mis dos hijos, pero los he presentado cuando correspondía y ahora a Ulises lo tengo en el instituto Roca”, relató la mujer.