“El me crió, me enseñó todo, era mi papá”, gritaba al aire y lloraba la adolescente de 15 años, sentada en una silla de plástico en la vereda, mientras un grupo de amigas con uniforme escolar la abrazaban y la consolaban. Se trataba de la hijastra del cabo José María Concha, el tercer policía asesinado este año durante un robo de moto. En la casa del efectivo, durante el velorio, fueron varios los allegados que no pudieron evitar los gritos de bronca y dolor. Afuera, un grupo de compañeros de la fuerza miraban con pena y aguantando las lágrimas.
Más tranquila, luego la adolescente contó: “él me crió desde los nueve años. Me enseñó muchas cosas, era una excelente persona. Y estaba muy ilusionado con ser papá”. Es que la pareja de Concha está embarazada y el bebé nacería entre diciembre y enero. “Sólo quiero Justicia”, agregó la joven.
El color azul de los uniformes resaltaba entre los presentes. Poco después del mediodía, llegaron al lugar el jefe Dante Bustamante y el subjefe, Mario Rojas. El primero salió de la vivienda en silencio, cabizbajo; el segundo, hablando con bronca contenida por lo ocurrido. En la Policía se tenía en alta estima al cabo, que se desempeñaba en el D1.
“Era uno de los mejores del departamento. Antes había estado en la Motorizada de Las Talitas y por su buen trabajo lo enviaron con nosotros. En estos dos años que nos acompañó fue un compañero predispuesto. Una excelente persona. Estamos muy golpeados”, sintetizó el comisario Javier Alderetes, uno de sus superiores. El jefe también explicó que Concha vivía con su madre, su hermana, su abuela y su pareja, y que era el sostén económico de todos ellos.
“Lo conocimos hace 15 años, cuando entró a la fuerza y comenzó a hacer servicios en el entonces Club Banco Provincia. Como persona era excelente: amable, generoso, servicial, buen policía”, confió su amiga Cinthya Álvarez. “No podíamos creer que fuera él. Al fin y al cabo, los que corren peligro son lo que trabajan honestamente. Que se haga justicia, sólo eso”, pidió otra amiga, Irina. Además de la fuerza y de la Policía, allegados al efectivo comentaron que le gustaba cantar. De hecho, llegó a unir dos pasiones en un estado de Facebook cuando escribió el año pasado: “Quiero vivir en una sociedad donde la palabra robar sólo se use para canciones de amor”. Precisamente, prueba de esto fue una canción romántica que el cabo entonó -“La cima del cielo”, de Ricardo Montaner- mientras alguien lo filmaba; ese video se encuentra disponible en la versión online.