La Selección argentina sigue regalando chances

La Selección argentina sigue regalando chances

Después de un gran primer tiempo, el equipo perdió el rumbo y apenas igualó con Venezuela.

De mal en peor. Una Argentina angustiada y sin respuestas futbolísticas ni anímicas puso en verdadero riesgo su pasaje al Mundial de Rusia 2018 al igualar 1-1 ¡con la eliminada Venezuela! En el mismísimo Monumental.

Con dos fechas para el cierre de la eliminatoria, y ubicado todavía en repechaje gracias a la derrota de Chile en Bolivia (1-0), el equipo de Jorge Sampaoli se jugará las últimas fichas en octubre, como local del renacido Perú -que ahora está quinto- y de visita ante la hoy golpeada Ecuador.

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Un vendaval de intensidad, eso fue Argentina de arranque. Antes de los 15’, Mauro Icardi ya había tenido tres gritos de gol ahogados: la primera vez se la sacó el arquero, la segunda no la pudo resolver en el área chica, la restante no llegó a tiempo a empujarla. Más tarde, en ese primer tiempo con dueño único, la Selección, el delantero del Inter fue irresoluto en otras dos oportunidades.

En líneas generales, esos 45 minutos iniciales correspondieron al pensamiento de Sampaoli: Ángel Di María, hasta que salió lesionado -pinchazo en su pierna izquierda- y luego Marcos Acuña, por izquierda, y Lautaro Acosta, por derecha, tuvieron la profundidad que había faltado en Montevideo. Paulo Dybala y Ever Banega fueron mejores socios de un Lionel Messi dinámico, con pase certero y atisbos de su magia.

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Argentina mereció irse al vestuario un par de goles arriba, pero se fue “zapatero”, en consonancia. En el Monumental muchos recordaban aquel River-Independiente del Valle, en que el “Millonario” peloteó al equipo ecuatoriano pero quedó fuera de la Libertadores 2015. Ahora, el juvenil Faríñez -la figura del partido- y la propia impericia nacional se levantaban como muralla entre la justicia y el resultado.

En el complemento todo cambió, para peor. Murillo cambió por gol un contragolpe (perdió la pelota Banega) la primera vez que Venezuela se animó, a los 49’. Y ni siquiera el hecho de que Argentina haya encontrado el empate apenas tres minutos después revirtió la tendencia. El tanto que cortó una sequía histórica de la “Albiceleste” en eliminatorias de más de 300 minutos sin convertir llegó como debía llegar, con rúbrica ajena: fue Feltscher quien la impulsó a la red por evitar que Icardi al fin la metiera. Mención de honor para la gran jugada con desborde de Acuña, que terminó siendo la impensada figura local.

Argentina fue una caricatura de sí misma desde entonces hasta el pitazo final. Un manojo de nervios y una falta de concepto total a la hora de atacar. Hasta Messi desapareció del partido y Sampaoli no supo arreglar las cosas desde el banco. Ni Darío Benedetto ni Javier Pastore después, se tornaron en soluciones. Y la línea de tres atrás mostró ser un flan (Mascherano quedó pagando varias veces): si la “Vinotinto” -que fue tomando coraje cada vez más- hubiera ganado con un tiro libre de los que dispuso o en alguna contra aislada, tampoco habría extrañado.

La colista Venezuela se llevó un punto con sabor a hazaña -siempre había perdido en Buenos Aires- y Argentina se llevó los silbidos de toda la cancha. El equipo de Sampaoli empezó la fecha en repechaje y la cierra en idéntico lugar. Lo que se acrecentó es la enorme preocupación ver a un equipo sin rumbo, con el Mundial de Rusia a la vuelta de la esquina.

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