“Ahora también vienen ancianos y mamás”, dijo el director de Cáritas
“La gente que necesita que alguien les dé alimento no ha menguado en los barrios”, determinó Jorge Reiden, director de Cáritas Tucumán. Según el referente de la organización solidaria, actualmente la entidad trabaja con 12 comedores y dos merenderos. Durante 2015, había un promedio de 803 beneficiarios por día. En 2016, la cifra ascendió a 892 asistentes diarios. En lo que va de 2017, se registró aproximadamente 1.050 personas que cada día van a los comedores en busca de alimento.
“El número se va incrementando, no solo por la pobreza sino también porque buscamos más recursos para poder recibir a más personas. Entonces, uno no puede deducir que haya mayor afluencia de gente por la necesidad, pero sí podemos saber que no ha descendido (la cantidad de personas que necesitan asistencia)”, relató Reiden. Las diferencias detectadas en los últimos años no sólo afectaron a la cantidad de beneficiarios de los comedores. “En un principio, estos comedores que llevan muchos años, atendían a niños. Actualmente la composición ha variado, hay muchos ancianos y hay mamás que ahora se quedan aprovechando ese plato de comida”, analizó el director provincial de Cáritas.
Reiden explicó que los comedores generalmente nacen de una parroquia de barrio. Con el objetivo de lograr el sostén económico, los miembros de la Cáritas parroquial suelen pedir ayuda a los vecinos y a los comercios del barrio. Además, el Gobierno provincial colabora con los comedores a través de una partida destinada a niños. “Esta ayuda ronda entre $ 9 y $ 10 por cada chico. Con la inflación y con el costo general de mantenimiento, ese dinero no alcanza”, se quejó. El director aclaró que su actividad “no tiene nada que ver con banderías políticas”. “Si viene la Nación, la Provincia o un municipio a ofrecer (ayuda), es bienvenido. Siempre que venga con la buena intención de no dar uso político a las personas”, manifestó.