Inauguran el trencito del parque 9 de Julio

Tucumán festejaba el 116° aniversario de la declaración de nuestra independencia, corría el año 1932. La provincia se preparó como de costumbre, se embanderaron los frentes de las casas, las calles y principales paseos públicos de la ciudad y del resto de la provincia. En un primer momento la atención se centró en la catedral por el tedeum, luego en la Casa Histórica con las correspondientes ceremonias y finalmente en el desfile en la plaza Independencia. En esta ocasión el parque Centenario 9 de Julio, también fue un imán para los tucumanos ya que en la fecha patria de ese año se habilitaba a la circulación el trencito del parque, como anunciaban nuestras páginas: será inaugurado el trencito del parque 9 de julio, uno de los más interesantes juegos de diversión que tendrá nuestro paseo principal y que va a ser, sin dudas, la alegría de chicos y grandes. La inauguración se realizará a las nueve de la mañana de dicho día 9. El pequeño convoy fue instalado en sus vías el 6 para las pruebas preliminares y su puesta a punto. De tal manera que durante los días previos se probó que funcione correctamente y que todo marche bien a lo largo del recorrido.

Cabe destacar que la locomotora fue el desarrollo de uno de aquellos locos de la mecánica de aquellos primeros años del siglo XX. Se trataba de Lencina, así sin nombre, un mecánico nacido en Río Hondo, quien vivió y murió en Monteros. Autodidacta, Lencina hizo una locomotora de vapor totalmente en su taller, y la hizo circular por un corto trayecto en Monteros. Soltero y sin parientes Lencina murió en Monteros en 1937, había escrito Tulio Santiago Ottonello en el anverso de la foto grande que acompaña estas líneas. El inventor no está identificado pero podría ser el hombre de traje blanco con alguna suciedad o quien está sentado a los mandos del artefacto. Era una máquina de vapor, es decir, una caldera horizontal atravesada por tubos que dirigen el calor para calentar el agua en su interior. El vapor producido es dirigido alternativamente hacia adelante y hacia atrás para que impulse el motor que da movimiento a la locomotora.

En el parque

Nadie sabe, ni hay referencias sobre de qué manera la pequeña máquina nacida en Monteros -a mediados de la década de 1910- llegó unos veinte años más tarde a convertirse en la planta impulsora del pequeño tren que durante décadas fue la alegría de los pequeños y adultos que subían a él. Tampoco se sabe cómo fue la negociación con Lencina. No obstante podríamos especular con que el hombre debió haber estado satisfecho al ver que su invento se usó para lo que él lo había fabricado: tirar de un convoy que funcionó por décadas. También se pierde en el tiempo en qué momento se cambió la planta motriz de vapor por un motor naftero. Los motores de vapor fueron usados hasta 1950 en los trenes y fueron reemplazados por diesel o motores eléctricos.

Espectáculos

Las actividades oficiales en el mes de julio de 1932 se completaban con una gran cartelera artística que iba a actuar en los teatros de la provincia.

La Filarmónica trajo al reconocido Cuarteto de Londres conformado por el primer violín John Pennington, el segundo violín Thomas Petre, viola de Williams Primrose y el violonchelista Charles Warwick Evans.

La compañía de zarzuelas del teatro Avenida realizó una extensa temporada durante el mes de julio.

En el teatro Alberdi se presentó el conjunto de arte nativo de Andrés Chazarreta.

Entre el cúmulo de noticias referidas a los actos realizados durante las festejos por nuestra independencia en aquel año se destacaba una sobre El parque Centenario en la que se indicaba: extraordinaria concurrencia asistió al parque Centenario para agregar: “la bendición de Miss Parque 1932 nombre que se ha puesto al pequeño tren inaugurado anteayer, dio lugar a que muchas personas, en su enorme mayoría niños, se congregaran en el punto de salida del convoy, para participar en las excursiones por nuestro principal paseo. El trencito dio alegría y regocijo a los más pequeños mientras los mayores se divirtieron en el almuerzo del parque, donde gran cantidad de concurrentes tomaron asiento en las mesas colocadas elegantemente alrededor de la Pérgola. Tras el almuerzo y hasta bien avanzada la tarde se bailó, sin que el entusiasmo decayera ni un solo instante. El almuerzo y baile fue a beneficio de la Sala Cuna.

Un regreso con gloria

Hacia principios de 2004 el trencito dejó de funcionar al caducar la concesión para la explotación del parque de diversiones que había en la estación.

El recorrido fue acortado por algunos cambios en las vías, cuya trocha alcanza los 60 centímetros, y volvió a circular con una nueva formación en julio de 2011. La nueva empresa gastó 300.000 pesos en la restauración del tren y 35.000 pesos para comprar un motor nuevo.

El actual recorrido, bastante más corto que el original, se realiza en 15 minutos y hay unos 700 metros de vías. Este pequeño, ruidoso y rechinante convoy está en el recuerdo de generaciones de tucumanos que alguna vez en su vida se subieron a sus vagones para recorrer las bellezas del parque diseñado por el paisajista francés Carlos Thays.