14 Julio 2017
SIN DUEÑO. Galeano y Ramírez luchan por la pelota, graficando lo que fue el juego. Ni el local ni el “Santo” pudieron hacerse del balón para imponer condiciones. chinophotos (especial para la gaceta)
En la ciudad del carnaval y de la lucha contra las papeleras, San Martín no festejó, pero tampoco sufrió el flagelo de una contaminación degradante en su turbulento fluir en esta recta final del torneo.
El empate a cero ante Juventud Unida se puede calificar con “objetivo no alcanzado”, pero lo pone más cerca, a dos puntos nomás y con tres fechas por delante, de poder archivar definitivamente los fantasmas para hacer borrón y cuenta nueva.
En el balance general, la igualdad le sentó bien a un partido preponderantemente chato. También es cierto que la imagen de los últimos minutos fue la de un “Santo” que pasó “las de Caín” para evitar la derrota ante un rival desesperado por sus urgencias y que ahora cayó en zona de descenso.
El primer tiempo pudo terminar 2-2. En situaciones de gol no se sacaron diferencias, aunque el “Decano” entrerriano estuvo más cerca. No rompió el cero por una cuestión de centímetros: un tiro en el palo de Martín Prost y un remate de Alexis Blanco que rozó en el travesaño. San Martín tuvo las suyas: un cabezazo de Gonzalo Rodríguez, conjurado por una gran volada de Lucas de León, y una arremetida en velocidad de Matías Catalán salvada in extremis por Paolo Impini.
En el trámite sí hubo diferencias. San Martín buscaba la posesión, Juventud Unida apostaba por la presión alta y las contras. Así como las cabinas del estadio de “Los Eucaliptos” se quedaron sin energía eléctrica, al equipo tucumano también le faltó conexión del medio hacia arriba. Tanto que Catalán fue su mejor generador de juego, sobre todo cuando encontró socios. Claro que ni Matías García, volcado sobre la derecha, ni Juan Galeano, otra vez de doble cinco, fueron los del partido ante Flandria.
San Martín salió a jugar con otro ímpetu el complemento. Y eso se percibió en las chances desperdiciadas por Ramón Lentini, que peleó todas las pelotas, pero claramente no estuvo en su mejor tarde: un disparo débil, un remate que no devino en centro ni al arco, un tiro demasiado ancho.
Hubo un tiro libre de García que no se tradujo en gol por otra eficaz intervención del arquero local. Y una mano en el área de Daian Vocos que el árbitro Ramiro López optó por no cobrar.
En el último cuarto, el “Santo” pareció pincharse físicamente. Y la “Juve” le saltó a la yugular, pero no lo pudo herir de muerte: Catalán, la figura, salvó sobre la línea un remate de Claudio Pombo, y casi sobre la hora Martín Abraham definió alto, solo frente a César Taborda.
Por aquellos palos del primer tiempo y estos sustos del complemento, San Martín se fue de Gualeguaychú con una media sonrisa, pero una sonrisa al fin.
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