"FIFAGate": murió el dirigente que se arrepintió y destapó la olla

Chuk Blazer, el dirigente que admitió haber cobrado coimas y se allanó a destapar la olla en el FIFAGate que derivó en imputaciones entre otros a dirigentes y empresarios argentinos, fue hallado muerto en Nueva York.

Blazer fue quien se reconoció culpable de una decena de delitos y aceptó colaborar con la Fiscalía de Nueva York para la investigación que quebró los cimientos de la dirigencia de la FIFA y cuyos cimbronazos terminaron con tres presidentes de la CONMEBOL presos y dos dirigentes y tres empresarios argentinos imputados.

Charles Gordon Blazer tenía 72 años y durante 22 fue el hombre fuerte del fútbol estadounidense y de la CONCACAF, de la que fue vicepresidente. El entrenador del seleccionado de Estados Unidos, Bruce Arena, aseguró que "conocía a Chuck hace muchos años y ha hecho mucho por el deportes". "Lamento todo lo ocurrido sobre FIFA pero era un buen hombre. Ayudó al deporte de Estados Unidos", señaló.

En noviembre de 2013 Blazer se declaró culpable de evasión fiscal, conspiración en crimen organizado, para el fraude por medios electrónicos, para blanqueo de dinero y omisión de declaración de cuentas bancarias. Aceptó colaborar llevando micrófonos ocultos a las reuniones de dirigentes y empresarios y desde entonces se convirtió en el "Topo".

Menos de dos años después, agentes llegaron a un hotel de Zurich y se llevaron detenidos a seis directivos de FIFA mientras desayunaban en tanto hubo otros 14 imputados, que con el correr de la investigación se ampliaron. Fue el fin del dominio de Joseph Blatter, la CONMEBOL tuvo que auto limpiarse tras la detención de los tres presidentes que antecedieron al actual Alejandro Domínguez.

Luego, con la FIFA envuelta en el escándalo, un comité de ética lo expulsó de por vida.

Los ex secretarios general de CONMEBOL, los argentinos Eduardo Deluca y José Luis Meiszner estuvieron detenidos en sus casas pero recibieron el fallo a favor de la justicia argentina que negó la extradición solicitada.

También quedaron imputados en la causa en Nueva York los empresarios Alejandro Burzaco, Hugo y Mariano Jinkis. En junio pasado el ex banquero argentino Jorge Arzuaga se declaró culpable de ayudar a transferir dinero de sobornos al fallecido expresidente del fútbol argentino y exvicepresidente de la FIFA, Julio Grondona, y a otros dirigentes en el marco del escándalo por corrupción en la FIFA.