La oficial de policía, Cinthya Romina Benedetti, quien se quitó la vida después de haber asesinado al agente Franco Piqueras en plena vía pública, no habría tenido un seguimiento psicológico después de que fuera tratada por haber protagonizado un incidente con una ex pareja que la denunció.
Una foto en Facebook habría desatado el crimen del policía
El lunes, después de haber gozado de una licencia, Benedetti se presentó en su puesto de trabajo en la División Homicidios. Intentó mantener una charla con el agente, casado con dos hijos. El encuentro se produjo en la esquina de Bascary y avenida Estado de Israel. Él negó a seguir manteniendo la relación y decidió marcharse del lugar. Ella, que habría estado ofuscada porque él habría puesto en Facebook una foto con su pareja. Le disparó y luego se suicidó.
Con el correr de las horas, se descubrió que Benedetti habría tenido varios problemas con parejas anteriores, que también eran policías. Por una pelea con una compañera por un hombre, habría sido trasladada desde la seccional 1° a la 7°. Justamente, cuando se desempeñaba allí fue denunciada por un colega en diciembre de 2014.
Es un hecho que nos sorprendió a todos y generó profundo dolor
El denunciante, que habría sido compañero de ella en la Escuela de Policía, dijo que Benedetti amenazó con matarlo y suicidarse si es que no retomaban. Sus superiores actuaron de inmediato y le quitaron el arma por precaución. También se le ordenó que fuera atendida por una junta médica.
El proceso comenzó en febrero de 2015. Además de entrevistarla, tres profesionales de la Policía le ordenaron que realizara un tratamiento psicológico. En abril, luego de que dos médicos y un psicólogo de la fuerza analizaran su caso, -el informe de la psicóloga que la atendió fue determinante- se le devolvió el arma.
Ella había sido denunciada en 2014 por amenazas y acoso
Los casos en los que se vio involucrada la oficial no avanzaron en la Justicia. Por un lado, en el primer escándalo no hubo denuncia y por eso no se abrió ninguna causa. En un segundo caso, el denunciante fue citado dos veces por la fiscala Adriana Giannoni y como no se presentó, se archivó la causa. Cuando realizó la denuncia policial, el amenazado había advertido que no quería perjudicar a Benedetti en su carrera y por eso no avanzó en la demanda.
La investigación
Giannoni tomó declaración ayer a los profesionales que atendieron a la acusada del homicidio. Ellos explicaron lo que hicieron en este caso y confirmaron que, después de haberle entregado el arma, no le hicieron ningún otro estudio.
También explicaron que en todos los casos en los que se ven involucrados policías que abusaron de sus armas de fuego, son tratados por profesionales que ellos eligen y que no necesariamente son oficiales, es decir, que trabajen en el Sistema Provincial de Salud. También ratificaron que los informes que elaboran esos psicólogos son fundamentales a la hora de decidir el futuro del uniformado.
En este caso, el informe de Benedetti fue labrado por una profesional particular, quien trabajaría en el Siprosa. “Tenemos que seguir investigando más para comprobar si es que no hubo incompatibilidad en el trabajo de esta profesional y si es que no hay alguna responsabilidad penal por no haber hecho un seguimiento a la oficial”, destacó Giannoni.
La fiscala adelantó que, por el momento, solicitará que todos los uniformados que tengan este tipo de problemas sean atendidos por los profesionales del Poder Judicial, y que una junta médica idónea sea la que se encargue de definir si puede o no portar el arma. “Esa es el tratamiento que se le dará en la fiscalía que dirijo, pero quiero aclarar que una vez que finalice la feria, haré un planteo formal para que todos los casos sean tratados de la misma manera”, concluyó.