Los impuestos, los salarios y los gastos en logística conforman el 61% del precio al público de los productos que se comercializan en las góndolas, en tanto que sólo el 6,3% representa en conjunto el margen de ganancia del productor y del establecimiento comercial, aseguró la Asociación de Supermercados Unidos (ASU).
“Queremos dar un debate sobre la utilidad de cada uno de los integrantes y la formación de precios, que no vengan con apreciaciones cualitativas, Vamos a discutir con número duros”, afirmó a Télam el presidente de ASU, Juan José Vasco Martínez, quien propuso “ver los balances de las grandes cadenas de supermercados que están todos auditados”.
A partir del 2018 los impuestos sólo se pagarán con tarjetaLos supermercados facturaron en 2016 alrededor de $ 330.000 millones, de los cuales $ 30.000 millones los aportaron al Estado en concepto de contribuciones patronales, Ingresos Brutos, impuesto a los créditos y débitos bancarios, Ganancias, tasas municipales y gravámenes al comercio exterior.
De acuerdo con un relevamiento que la consultora Abeceb realizó para ASU, los impuestos significan el 30% del precio final de un producto promedio de la canasta de los supermercados, en tanto que salarios y logística representan un 31%.
Por su parte, la ganancia del productor es de 5,3% en promedio, y la de los supermercados, de 1% del precio que pagan los consumidores.
“Es un estudio que derriba muchos mitos respecto de la utilidad final de los supermercados, muestra cuáles son los costos operativos”, remarcó Vasco Martínez.
Comparaciones
El relevamiento aseguró que “la participación de los servicios ha venido ganando peso en la determinación del precio final” de los productos en los supermercados.
Consejos para mejorar las finanzas personales y llegar a fin de mes más tranquiloMientras entre 2007 y 2016 los precios de los supermercados aumentaron 571%, los salarios crecieron 599% y los costos logísticos lo hicieron en un 675%, según el relevamiento.
El trabajo tomó cuatro productos de diferentes segmentos, como el detergente, la leche, la carne y los fideos, para demostrar la estructura interna de costos de cada uno.
En el caso del detergente, el 32,8% del precio final corresponde a impuestos, en tanto que salarios y logística explican otro 23,8%, con lo cual en conjunto significan 56,6% de lo que paga el consumidor.
En esta ecuación, el productor gana 5,3% del valor y el supermercado tiene un margen de rentabilidad de 2,7%.
Del precio que paga el público por un litro de leche, el 39,1% del mismo se los lleva el Estado en concepto de aportes, contribuciones, impuestos, tasas e IVA; el 29,9% corresponde a salarios y el 14,6% a logística.
La AFIP ahora pone en la mira a Netflix, Uber y SpotifyDe acuerdo con el estudio, en este producto tanto el productor como el supermercado tienen márgenes de utilidad negativos, del 0,5% y del 3,5%, respectivamente.
Al respecto, el relevamiento explicó que “estas bajas tasas de rentabilidad, que se dan en productos de gran consumo (PCG), compensan con las de bienes menos esenciales, como los detergentes”.
En cuanto a la carne, acá aparece un factor distinto que explica el 40,1% del precio de venta final: las mermas por faena y despostado, lo cual traducido en los hechos significa que de los 430 kilogramos que pesa el animal vivo, se termina el proceso con 174,6 kilos.
Otras variables
Luego de esta variable particular de la composición del precio de la carne, aparecen los impuestos y los aportes a la seguridad social que significan el 23,5% del precio al público; los sueldos, con 14,1%; y la logística, en este caso menor a los anteriores, con 4,1%.
Acá, la rentabilidad para el productor es de 6,1% sobre el valor final, pero para los supermercados vuelve a dar un margen negativo de 7,2%.
En el análisis de la composición del precios de los fideos, el estudio indicó que el 34,2% corresponde a impuestos y aportes a la seguridad social; el 17,9% a logística y el 17% a salarios.
En el caso de los fideos, los supermercados obtienen una rentabilidad de 6,5% y el productor del 2,7%. (Télam)