Un “efecto resorte” llevó al dólar a $ 17,40

El dólar minorista avanzó ayer 22 centavos en el segmento minorista, al cerrar a $ 16,95 para la compra y $ 17,40 para la venta, según el precio promedio de las entidades relevadas por el Banco Central. En el Banco Nación la divisa subió 17 centavos para cerrar en $ 16,93 para la compra y $ 17,33 para la venta. Mientras que en el segmento mayorista avanzó 21 centavos para cerrar en $ 17,04 y $ 17,14 en las puntas compradora y vendedora, respectivamente.

Gustavo Quintana, analista de PR Corredores de cambio, describió que en el tramo final de la rueda el tipo de cambio mayorista alcanzó un techo de $ 17,17 por unidad, para luego retroceder tres centavos y terminar por debajo del máximo intradiario.

Según Quintana, las razones que motivaron la firme suba de las últimas dos semanas están vinculadas a “una aceleración del cambio de moneda en los inversores, una baja estacional del agro y la incertidumbre que generan las próximas elecciones”.

Consultado por la agencia Télam sobre el nivel que puede alcanzar en diciembre, el analista indicó que “es muy difícil definir el techo”, aunque advirtió que en el mercado minorista se le agrega una demanda estacional de julio producto del aguinaldo y por compra de divisas para las vacaciones de invierno.

“Se esperaba más respuesta de los exportadores en general, ya que venían postergando sus liquidaciones. Sin embargo, arrancaron vendiendo cuando el dólar había pasado ya los $ 17,05 en los primeros tramos del mercado, pero se retiraron al ver que no paraba la suba, que llegó a un máximo de $ 17,17. Esto sucedió porque volvieron los demandantes de la divisa para seguir tomando coberturas en moneda extranjera, para sus exposiciones en pesos”, explicó Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios.

Según el economista Eduardo Robinson, era previsible que la cotización del dólar se reajuste en los meses previos a las elecciones. “Pero se dio una suerte de efecto resorte: el dólar venía muy estable y tuvo una sobrerreacción en los últimos días”, indica. Y completa: “lo que llama la atención es la velocidad”.

La segunda lectura que hace el consultor está relacionada con los efectos que puede tener este sostenido incremento de la divisa en la economía. En términos generales, Robinson indica que la devaluación favorece al sector exportador. “Sobre todo a las economías regionales que, ante la estabilidad de los precios internacionales de los commodities y la suba de costos de producción de comienzos de año, la mejora del tipo de cambio les trae algo de alivio”, acota.

Ahora bien, ¿qué sucede con los pequeños ahorristas que apostaron al dólar? Según Robinson, el que compró dólares a comienzos de junio a $ 16,30, y hoy cotiza a $ 17,40 hizo una interesante diferencia en pocos días. “No obstante, la devaluación aún no alcanza para ganarle a la inflación acumulada en lo que va del año (10,3% hasta mayo)”, dice. En enero de este año la cotización era de $ 16,20.

Posible escenario

Las luces amarillas se encenderán si persiste el reacomodamiento del tipo de cambio y si se traslada al nivel general de precios. Robinson explica que el Gobierno necesita imperiosamente frenar la inflación, ya que la mayoría de las paritarias se cerraron con cláusulas gatillos de reajuste. “Por el momento, la cotización está dentro de los rangos de variación previstos. Hay que tener en cuenta que, en promedio para este año, la divisa alcanzaría los $ 18 por dólar”, expresa el economista. Ante esta situación el Banco Central, no intervendrá vendiendo divisas, sino mediante la tasa de interés.

Según el economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), Jorge Vasconcelos, para que, en el corto plazo, la suba del precio del dólar provoque efectos negativos en la macroecomía, tendría que darse un traspaso a la inflación que obligue al Banco Central a subir las tasas de interés, como forma de aplacar las expectativas.

“Ese escenario no parece estar planteado, aunque obviamente la autoridad monetaria tampoco será audaz a la hora de bajar las tasas, ya que el objetivo es llevar la inflación al andarivel de 1% mensual antes que termine el año, bastante ambicioso, por cierto”, puntualiza. Por ahora, más que inversión la apuesta al dólar es para cobertura, propio de los años electorales.