Aún después de haber recibido un tiro en la cabeza, Daniel Alberto Albarracín intentó escapar. Pero cinco cuadras más adelante del lugar donde fue baleado cayó sin aliento. Su pareja lo encontró en la calle y lo llevó al hospital, donde falleció poco después. El policía que le disparó explicaría más tarde que lo hizo cuando advirtió que se producía un asalto y los ladrones no acataron la voz de alto.
Todo comenzó el domingo a la tarde, alrededor de las 20, cuando un hombre y una mujer caminaban por la esquina de calles Manuela Pedraza y 9 de Julio, en Villa Alem. Fuentes policiales informaron que la pareja fue interceptada por dos delincuentes que se desplazaban en una moto.
“Uno de ellos bajó con un arma y apuntó a la mujer en la cabeza, al hombre lo hicieron tirar al piso”, relataron las fuentes.
Por una coincidencia del destino, en ese momento pasaba por allí el cabo Nelson Alarcón. Si bien el policía presta servicio en la Dirección Drogas Peligrosas (Digedrop), el domingo estaba de franco y se dirigía al cumpleaños de un ahijado junto a su esposa y a su hijo bebé. Las fuentes dijeron que Alarcón advirtió que se estaba produciendo el asalto, entonces sacó el arma reglamentaria y les impartió la voz de alto a los delincuentes. Lejos de acatar la orden, los asaltantes abrieron fuego y se desató un intenso tiroteo. “Fue un milagro que no lo hayan herido a él ni al bebé”, comentó un pariente de Alarcón que se comunicó con este diario y pidió que se reserve su identidad.
Lo abandonó
Cuando un proyectil alcanzó a uno de los asaltantes, estos se subieron a la motocicleta y emprendieron la huida. Pero no pudieron avanzar demasiado: el herido había recibido el disparo en la sien izquierda y su estado era de extrema gravedad. Mientras avanzaban por calle Belisario López al 1.600, aproximadamente a cinco cuadras del lugar del tiroteo, este se desplomó sobre el piso. Su cómplice lo dejó en ese lugar y huyó antes de que llegara la Policía.
Lo detuvieron mientras circulaba en un auto haciendo tiros al aireLas fuentes estimaron que fue su cómplice quien le avisó a la pareja del herido lo que había pasado. La joven de 23 años corrió a socorrer a su concubino y lo llevó al hospital Padilla. Allí lo identificaron como Daniel Alberto Albarracín, de 21 años, y se le comunicó a la joven que el estado de su novio era irreversible. Fallecería una hora después.
Nadie vio nada
Personal policial de la Unidad Regional Capital se encargó de investigar el caso, bajo las directivas del fiscal de la VII° Nominación, Arnoldo Suasnábar. Las fuentes comentaron que, luego de recoger diversos testimonios, pudieron determinar que Albarracín ya tenía antecedentes por robos y que hacía poco tiempo había estado aprehendido en la seccional 13ª. También estimaron que el cómplice, que hasta el cierre de esta edición continuaba prófugo, sería concuñado del fallecido.
Suasnábar le tomó declaración ayer al policía que realizó el disparo, pero no ordenó medidas privativas de la libertad en su contra. LA GACETA se presentó ayer en el lugar del hecho pero todos los vacinos consultados aseguraron que no vieron nada. “Sí escuché los disparos, pero pensé que eran cohetes y no salí. Más tarde vi que estaba lleno de policías”, comentó una mujer.
En cuanto a las víctimas del asalto a quienes intentó defender el cabo Alarcón, un equipo periodístico fue a buscarlos. La mujer no fue encontrada y el hombre negó haber estado involucrado en una situación como esa.