Cientos de personas denuncian que fueron estafadas al adquirir departamentos
En San Miguel de Tucumán, de los más de 600 edificios construidos, al menos 30 de ellos se encuentran habitados en condiciones irregulares, según Catastro municipal. En algunos casos, quienes viven en esas construcciones tienen instalados servicios precariamente, como el gas en garrafas. También cuentan con cocheras sin terminar, no disponen de matafuegos, mangueras hidratantes o barandas en las escaleras, entre otras anomalías.
Que las edificaciones se encuentren habitadas en esas condiciones no está permitido por el Código de Planeamiento Urbano Municipal. La ordenanza 4.639 establece que un edificio sin Certificado Final de Obra (CFO) no puede ser habitado y no puede disponer de instalaciones de servicios de luz, agua, teléfono o gas. Este certificado es un permiso que otorga Catastro municipal una vez que inspecciona y comprueba que la edificación que acaba de ser construida está en condiciones de ser ocupada.
Del total de construcciones en altura habitadas sin el CFO, seis corresponden a la constructora Grandi, una a Barenbreuker y 23 a la firma Mas & Rovira. Desde Catastro Municipal argumentan que esas construcciones no cuentan con el apto porque se produjeron irregularidades durante la construcción de los edificios. Por ejemplo: las constructoras presentan planos luego de haberlos construido (cuando debería haber sido aprobado por Catastro antes de iniciarse) y estos planos no cumplen los requisitos que fija el Código de Planeamiento Urbano.
Otra de las consecuencias de vivir en esas condiciones es que no se pueden escriturar las unidades. Esto significa que los residentes de los departamentos nunca podrán ser dueños de sus propiedades bajo la ley y se estima que esas unidades se devalúan hasta el 40%.
Eterna espera
Por otra parte, más de 500 personas que compraron departamentos mediante la inversión en pozo no pueden acceder a sus unidades aún habiéndose vencido los plazos de entrega. Los datos surgen de las estimaciones de una agrupación de vecinos que denuncian haber sido perjudicados por Grandi.
En algunos casos, los edificios están a medio construir. En otros, las obras no han arrancado, a pesar de que algunos compradores han abonado la totalidad de sus departamentos.
La palabra oficial
La responsabilidad de la Municipalidad en estos problemas que están teniendo los vecinos es discutible, sostuvo el secretario de Relaciones Institucionales de la Municipalidad, José Luis Avignone.
“La autocrítica es que quizá no tengamos la suficiente capacidad operativa como para realizar tantos controles como realmente se necesitan”, sostuvo. Y agregó: “pero esto con el tiempo se puede ir solucionando”.
Sin embargo, advirtió que en cualquier momento puede ocurrir una tragedia con las personas que viven en construcciones con garrafas en los pasillos: “el peligro es que tengamos un Cromagnon a la tucumana”.
En cuanto a quienes todavía esperan sus unidades, sostuvo que fueron estafados por las constructoras y comercializadoras. “Hubo personas que adquirieron de buena fe sin tener en cuenta que ese empresario firmó algunas documentaciones que lo liberan de responsabilidad a futuro. Otros (empresarios), actuaron de mala fe. Lisa y llanamente los han estafado”, sentenció Avignone.
HISTORIAS
Pagó su unidad pero la obra no comenzó
En 2013, Rubén Suárez pagó el 100% de un departamento en pozo a la constructora Grandi. El edificio debía haberse terminado 36 meses luego de que los planos de la obra sean aprobados por Catastro Municipal. Sin embargo, el proyecto nunca logró el apto por las infracciones que cometió la empresa en otras construcciones, según la denuncia. Por eso el terreno en Mendoza 1.087 está baldío. “Se tiene que hacer cargo el organismo que corresponda, porque nosotros (los vecinos) estamos en el medio. Se supone que debe haber alguien que controle qué tan solventes son las empresas para vender”, reclamó Suárez.
Dejó de pagar cuando se dio cuenta de que las obras no arrancaban
Delina Palomo compró un departamento en pozo a la constructora Barenbreuker & asociados. “Lo único que quería era un lugar con dignidad para vivir con mis hijos”, contó, en diálogo con Panorama Tucumano. Ella pagó hasta el 80% de su unidad, porque advirtió que las obras en Córdoba 303 no arrancaban, a pesar de que tendrían que haber finalizado el año pasado. “Es difícil volver a empezar cuando se han entregado todos los ahorros, con toda la idea de que uno va a vivir mejor. Esto ha sido una estafa”, lamentó Delina.
Habitan una edificación con irregularidades
Hace cinco años que Milagro Lastra Lobo vive en un edificio ubicado en Las Heras 252, construido por Barenbreuker & asociados. Según mostró la mujer a Panorama Tucumano, la construcción cuenta con irregularidades, por lo que no dispone del Certificado Final de Obra. En primer lugar, el segundo piso del penthouse en el que vive no está terminado. Además, el edificio carece de medidores de luz particulares. Por eso, tiene medidor de obra. Incluso, los vecinos tuvieron que comprar la segunda bomba de agua. Sin embargo, sí disponen de instalaciones de gas individuales, lo cual viola el Código de Planeamiento Urbano.
Poseen unidades con escrituras indivisas
Emma Myriam López de Rosso vive en el edificio de Mas y Rovira ubicado en Corrientes 415. A pesar de que esa edificación no cuenta con el Certificado Final de Obra, los vecinos tienen instalados los servicios como si la obra contara con el apto municipal. Aunque Emma vive hace más de 12 años allí, no puede ser propietaria frente a la ley. “Si yo lo quiero vender (al departamento), al saber que no hay un final de obra, el comprador paga menos”, se lamentó. Y dijo: “nosotros (los vecinos) esperamos que algún día manden una inspección y digan si esto se puede solucionar o no”.