En el procedimiento “Bobinas Blancas de Acero” hubo un dato que pasó desapercibido por muchos. En la investigación tuvo una activa participación personal de la DEA (Drug Enforcement Administration), la agencia de Estados Unidos que se dedica a la lucha contra el narcotráfico a nivel mundial.
Los norteamericanos aportaron datos claves para lograr el decomiso de los 500 kilos de cocaína que se encontraron en la localidad mendocina de Luján de Cuyo. También articularon acciones con las autoridades canadienses para que incautaran en ese país un embarque que llevaba por lo menos 400 kilos de “merca” escondidas en bobinas de acero y que habría sido enviada por la misma banda.
La DEA fue creada en 1973 por la administración de Richard Nixon. Su misión fue desde un primer momento frenar el ingreso de drogas a los Estados Unidos. Primero comenzaron a trabajar en su país, pero después cambiaron de política de acción: para detener el contrabando debían trabajar en los países donde se producen las sustancias. Colombia y México son los estados que les abrieron las puertas para detener a los grupos narcos.
Desde la agencia aseguran que no interfieren en las políticas de seguridad de los países donde se encuentran, sino que brindan colaboración. “Los recursos tecnólogicos que aportan son importantísimos para cualquier investigación y los conocimientos sobre las organizaciones criminales que poseen son inagotables”, consideró una fuente. Con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada sus investigadores volvieron a recorrer el país luego de años de que casi no existiera una relación.
En abril de 2016 Patricia Bullrrich había anunciado la firma de un acuerdo con la DEA para que instalara una agencia de observación en Salta para vigilar a todo el NOA. Después del anuncio poco se dijo, pero ahora se sabe que está funcionando de manera activa desde hace casi un año. Al menos una vez por mes, en esa ciudad, mantienen reuniones con representantes de todas las fuerzas nacionales que se dedican a la lucha contra el narcotráfico. Allí, según trascendió, intercambian información, analizan investigaciones que están desarrollando y planifican trabajos en conjunto.
No es casualidad que la agencia norteamericana haya elegido a “La Linda” para instalarse. La consideran como uno de los principales lugares de acceso de droga al país. Oficialmente se supo que al poco tiempo de haberse instalado le reclamó a la Nación mayor presencia de hombres en la frontera y la implementación de sistemas tecnológicos para luchar contra los narcos.
Extraoficialmente, según los documentos clasificados al que tuvo acceso LA GACETA, advirtió sobre la presencia de grupos vinculados a carteles mexicanos y colombianos, instalados en Bolivia, produciendo cocaína que ingresan al país por el NOA y que luego son distribuidas a diferentes partes del mundo. También señalaron que Perú estaba creciendo en la elaboración de “merca” por haber tenido una cosecha récord de hojas de coca. Todos sus dichos fueron comprobados con el secuestro de dos toneladas concretado en el operativo “Bobinas Blandas”.
Otra de las preocupaciones de la DEA fue el contrabando. “Ellos están convencidos de que ambas actividades ilegales manejan casi los mismos sistemas de ingreso al país y su posterior distribución. Por ese motivo pidieron que se combatan ambas cosas”, comentó un investigador.
La Nación escuchó atentamente las recomendaciones. Lo primero que hizo fue trasladar a miembros de la ex Side de la región a Bolivia y a Perú para que reunieran información sobre los grupos narcos que operan en el país o los que utilizan estas tierras para desarrollar el negocio. Recientemente, funcionarios del área de Seguridad, en un encuentro realizado en Salta, anunciaron que se comprarán radares y drones para controlar las fronteras.