Ante Vélez, Atlético tuvo un buen cambio de imagen
Fue la noche de las despedidas. La despedida de Atlético de su gente tras un semestre maravilloso de Copa Libertadores que se vio opacado por una floja campaña en este torneo de Primera. Fue la despedida de quizás varios integrantes de su plantel, porque después del 30 de junio, según dicen desde adentro del vestuario, no quedará mucha gente de la vieja guardia.
No quedarán aquellos futbolistas con los que el hincha se encariñó; a los que el hincha recordará por viejas hazañas y que ayer rindieron su último examen ante Vélez.
Fue una buena medida la “V”, un equipo ancho, con chicos veloces que saben oler la sangre de la víctima a kilómetros de distancia y luego sacar provecho de ello. Vélez fue eso, un malón que intentó aturdir a un agotado dueño casa. Y a su vez, Vélez fue un grupo de mineros que buscó roer los cimientos del que intentó cambiar una imagen oscura culpa de sus últimas presentaciones, todas despedidas con derrotas.
Hubo un nuevo brío en Atlético, en el mismo Atlético que hasta no hace muchos días atrás había sido bailado por Defensa y Justicia. Ayer Vélez no lo bailó, ni tampoco lo invitó a bailar. Eso sí, en la única que la “V” pudo mostrar su candor en la pista, Matías Vargas le puso la salsa a la noche en 25 de Mayo y Chile. El juvenil le regaló al público un slalom endemoniado y después lo aturdió con una definición clara y cruzada ante una salida desesperada de Cristian Lucchetti. Golazo, sí. Pero también es verdad que la jugada nació de un intento de pase rasante del “Decano” en ofensiva que fue rechazado y que después nadie pudo recuperar. En resumen, Atlético quedó a mitad de camino de producir daño y finalmente lo sufrió en carne propia.
Lo positivo dentro de lo negativo es que Atlético no tiró la toalla. Guillermo Acosta reventó el travesaño y al toque, en una jugada casi calcada -tiro libre de Barbona, alguien la baja y-, “BB” disparó rasante y adentro. Gol, 1-1, a los 47’ del primer tiempo. Atlético, el que recibía cachetadas sobre la hora, dio vuelta la tortilla.
En el segundo tiempo fue más que Vélez, pero no encontró la llave del gol. Lo mereció el “Decano”, tanto como esa despedida a puro aplauso para con aquellos guerreros que ya no estarán y extrañarán.