“La imagen de la mujer se asemeja a una muñeca rota”

“La imagen de la mujer se asemeja a una muñeca rota”

Jorge de Lassaletta recrea “Casa de muñecas”, un texto clásico de Henrik Ibsen

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LA PROTAGONISTA. Lilian Mirkin compone a Nora Helmer, el personaje central de “Casa de muñecas”. LA PROTAGONISTA. Lilian Mirkin compone a Nora Helmer, el personaje central de “Casa de muñecas”.
15 Junio 2017

La teatralidad de “Casa de muñecas” marcó la manera de ver la escena de Jorge de Lassaletta. El texto de Henrik Ibsen, que esta noche estrenará en El árbol de Galeano, lo acompaña desde que fue material de estudio y formación iniciático.

En la puesta donde dirige a Lilian Mirkin, Fabián Bonilla, Carina Morales Estrada, Jorge García y Fernando Godoy trabajó especialmente en la construcción de los personajes, le cuenta a LA GACETA. “El matrimonio central constituye un vínculo que es el de un padre con su hija, a la que hay que aleccionar. Y en varias partes se regresa a la idea de un dueño que amaestra a su mascota, con una carga de lo siniestro, lo prohibido y lo condenatorio como representación de la transgresión de la norma. Cada personaje tiene varias máscaras que varían y que son distintas”, afirma.

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El director se centró en la existencia de un sistema de explotación humana. “Ibsen habla de una sociedad bajo el puño del industrialismo, que impone una moral económica-espiritual regida por la relación equilibrada y prescindente del hombre con el dinero, y la represión de los impulsos que esa ambición promueve. Con la riqueza que se acumula, se resguarda un sistema jerarquizado con un ‘macho’ que la conquista y otros personajes que son utilitarios y egoístas”, explica.

La obra aborda el conflicto de género, actual tanto cuando el noruego la escribió en 1879 como ahora. Por eso la protagonista es Nora Helmer (a cargo de Mirkin), la esposa que llega al límite de su dignidad por su marido y para salvar la felicidad familiar, hasta que descubre su condición real y los falsos principios en que basaba sus valores. En ese momento, abandona todo lo que conformaba su vida hasta entonces.   

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De Lassaletta es permeable a la problemática y a los hechos de violencia contra la mujer que jalonan la historia de su liberación. “La imagen de la mujer actual se asemeja a una muñeca, y a diario aparece rota”, apunta. Sin embargo, aclara que no es una obra feminista: “es realista y de crítica social, puntualiza en la degradación de la mujer, aunque fuera tomada como una bandera de las primeras manifestaciones feministas”.

“Hasta que la persona logre su libertad económica, social, sexual, de conocimiento y desmitificación, el autor permanecerá vigente, aunque algunos motivos tecnológicos y estilísticos le den al texto una veladura vetusta. Pero al actualizar la cotidianeidad de los diálogos y al ir profundizando en su devenir, el equipo fue encontrando conflictos entre el hombre y la mujer aún irresueltos en nuestra sociedad”, alerta.

La puesta se sostiene sobre una estética despojada. “Fue convalidándose durante los ensayos y consecuencia del concepto general que tenía del material, basado fundamentalmente en la actuación -explicó-. Tenía que formar un elenco de mucha experiencia, todos mayores que la edad de los personajes, que sin maquillaje y con indumentaria de ensayo transformen sus cuerpos para tener distintas edades y actitudes. También esta economía se instala en el espacio neutral, que es caracterizado por la acción y el conflicto. Y coadyuvando esta intención, en el escenario se desenmascara el proceso de producción del espectáculo, para mostrar al actor en su gestión, que se transforma a la vista del público en el personaje. Queremos que el espectador no sea pasivo, sino que imagine y componga a partir de las palabras y el despliegue actoral”.

DEBUTAN HOY

• A las 21 en El árbol de Galeano (Virgen de La Merced 435).

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