“Por una parte está la cuestión de los 15 segundos de fama. Es su oportunidad de estar en cámara, de resaltar de su ámbito normal. Calculo que eso sedujo a esta persona”, opinó Guillermo Puig, encargado del área de Tutoría en Contexto de Encierro de la Universidad Nacional de Tucumán respecto a la nota que brindó un ladrón al programa Panorama Tucumano.
“Por otra parte, probablemente haya cierto orgullo profesional. Más allá de la carga negativa que tiene la actividad que desarrolla él (ladrón), es su medio de vida, es aquello con lo cual sostiene su día a día”, agregó el docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
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También se refirió a las declaraciones del criminal acerca de su estadía en el penal de Villa Urquiza y su deseo de abandonar la actividad ilegal. En un momento de la entrevista el delincuente había afirmado que estuvo en prisión en cuatro ocasiones, mientras que en otro momento dijo que pediría perdón a sus víctimas.
“A algunos pocos la cárcel les puede llegar a servir para encontrar elementos que en la vida en libertad no encontraron y encaminar su vida hacia lo que socialmente consideramos aceptable: estudiar, o aprender un oficio. Desgraciadamente estos son casos mínimos”, dijo Puig, quien da clases a los internos privados de la libertad. "En la mayoría de los casos, y cuando las estadías en prisión son prolongadas o repetidas, esto va degenerando la persona, te va dessocializando y te va dando la posibilidad de adquirir nuevas mañas delictivas”, lamentó.
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Finalmente, recordó que el hecho de que la familia del entrevistado también cometa delitos no debería dar lugar a generalizaciones prejuiciosas. “Me parece que más bien tenemos que analizar cuáles son los factores sociales que han hecho que este hijo siga la ‘carrera’ del padre”, concluyó.