09 Mayo 2017
NO HAY DESCANSO. El plantel casi no tuvo tiempo para saborear el triunfo conseguido en Campana, ante Villa Dálmine, y ya comenzó a prepararse para enfrentar mañana, en La Ciudadela, a Atlético Paraná. El equipo quiere prolongar la racha positiva. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
Que San Martín haya encadenado una buena seguidilla de partidos sumando victorias y empates que le permitieron acomodarse en la tabla y dejar de lado por el momento el angustiante tema del descenso, no es un dato menor en Bolívar y Pellegrini.
El equipo había ingresado en un bajón preocupante y las sirenas de alarma habían comenzado a sonar con fuerzas en La Ciudadela. Sin embargo, los dirigidos por Diego Cagna ya acumulan cuatro partidos sin perder; sumaron 10 puntos sobre 12 posibles y si no cosechó el 100 por ciento de los puntos que jugó en estos últimos juegos fue pura y exclusivamente por culpa suya, ya que en San Luis ganaba 3 a 1 y permitió la reacción de su rival que, con muy poco, igualó 3 a 3.
La cabeza muchas veces juega en contra en el fútbol. Y la autoestima de un equipo que parecía estar contra las cuerdas, le jugó en contra en la ciudad puntana. Los triunfos no pudieron extirpar ese trauma que persigue al “Santo”.
“Lo psicológico tiene muchísimo que ver en este deporte. Cuando andás mal, te cuesta mucho poder revertirlo porque estás pensando en que cualquier golpe puede agravar el momento. En cambio cuando entrás en una racha positivo, todo se te hace más fácil”, explica César Taborda, uno de los jugadores con más experiencia del plantel.
Al “Santo”, a pesar de que enderezó su rumbo, todo parece costarle el doble; y hasta el triple. Cerrar los partidos es todo un tema, no importa la ventaja que pueda llegar a sacar durante un encuentro. Nunca puede terminarlo en paz. “Siempre decimos eso, un poco en broma y otro en serio jajaja. Nos encantaría poder cerrar un partido tranquilos, ojalá sea contra Atlético Paraná”, asegura el “1” y va un poco más allá. “Obvio que siempre elegiría ganar cómodamente, pero cuando lo hacés de manera ajustada, la victoria tiene un sabor extra, más lindo y se disfruta más”.
Pero lo cierto es que el “Santo” no puede con su genio, parece estar destinado a sufrir para lograr sus cometidos. Contra Villa Dálmine, cuando superaba con tranquilidad a su rival, había sacado dos goles de diferencia y el partido parecía cerrado, se relajó; el “Violeta” descontó y los fantasmas aparecieron nuevamente.
Y el tema psicológico volvió a saltar a escena. “Es difícil controlar ese tema. Veníamos de una racha en donde no ligábamos nada y para colmo en los últimos partidos nos comenzó a pasar que nos llegaban y nos convertían; incluso nos empataron en San Luis. Todo eso pesa a la hora de cerrar los partidos y mientras nos siga sucediendo ese tipo de cosas, ese tema va a pesar. Tenemos que ganar un par de partidos con mayor holgura”, asegura Juan Galeano que, al margen, festeja los puntos que cosecharon en el último tiempo porque les permitió dar un lindo salto en la tabla de promedios. “Sumamos puntos para alejarnos de la zona del descenso y poder jugar con mayor tranquilidad los próximos partidos. Eso también ayudará. Jugar sin tanta presión hará que el equipo pueda soltarse y rendir mucho mejor”, agrega.
Con ese objetivo en mente, en La Ciudadela todos apuntan a sacarse de encima a Atlético Paraná para seguir escalando en las dos tablas. “Hay que ir partido a partido, aunque parezca una frase hecha. Nos traicionó mucho pensar en otros objetivos. Debemos ganar siempre el siguiente partido, después se verá qué es lo que pasa más adelante”, sentencia Taborda, aclarando que la buena racha no fue producto de la casualidad. “Nosotros buscamos cambiar el presente esforzándonos para cambiar un presente que pintaba complicado. La racha llegó sola, producto de la casualidad”.
En tanto, Galeano explica que la fe también hizo lo suyo. “A pesar de que habíamos perdido varios juegos, nunca bajamos los brazos. Seguimos confiando y trabajando en el día y los resultados se están viendo ahora”, remata.
En San Martín están felices por el nuevo presente. Eso sí, dejar de lado el famoso karma de no cerrar con tranquilidad los partidos es el nuevo objetivo de cara al duelo de mañana.
El equipo había ingresado en un bajón preocupante y las sirenas de alarma habían comenzado a sonar con fuerzas en La Ciudadela. Sin embargo, los dirigidos por Diego Cagna ya acumulan cuatro partidos sin perder; sumaron 10 puntos sobre 12 posibles y si no cosechó el 100 por ciento de los puntos que jugó en estos últimos juegos fue pura y exclusivamente por culpa suya, ya que en San Luis ganaba 3 a 1 y permitió la reacción de su rival que, con muy poco, igualó 3 a 3.
La cabeza muchas veces juega en contra en el fútbol. Y la autoestima de un equipo que parecía estar contra las cuerdas, le jugó en contra en la ciudad puntana. Los triunfos no pudieron extirpar ese trauma que persigue al “Santo”.
“Lo psicológico tiene muchísimo que ver en este deporte. Cuando andás mal, te cuesta mucho poder revertirlo porque estás pensando en que cualquier golpe puede agravar el momento. En cambio cuando entrás en una racha positivo, todo se te hace más fácil”, explica César Taborda, uno de los jugadores con más experiencia del plantel.
Al “Santo”, a pesar de que enderezó su rumbo, todo parece costarle el doble; y hasta el triple. Cerrar los partidos es todo un tema, no importa la ventaja que pueda llegar a sacar durante un encuentro. Nunca puede terminarlo en paz. “Siempre decimos eso, un poco en broma y otro en serio jajaja. Nos encantaría poder cerrar un partido tranquilos, ojalá sea contra Atlético Paraná”, asegura el “1” y va un poco más allá. “Obvio que siempre elegiría ganar cómodamente, pero cuando lo hacés de manera ajustada, la victoria tiene un sabor extra, más lindo y se disfruta más”.
Pero lo cierto es que el “Santo” no puede con su genio, parece estar destinado a sufrir para lograr sus cometidos. Contra Villa Dálmine, cuando superaba con tranquilidad a su rival, había sacado dos goles de diferencia y el partido parecía cerrado, se relajó; el “Violeta” descontó y los fantasmas aparecieron nuevamente.
Y el tema psicológico volvió a saltar a escena. “Es difícil controlar ese tema. Veníamos de una racha en donde no ligábamos nada y para colmo en los últimos partidos nos comenzó a pasar que nos llegaban y nos convertían; incluso nos empataron en San Luis. Todo eso pesa a la hora de cerrar los partidos y mientras nos siga sucediendo ese tipo de cosas, ese tema va a pesar. Tenemos que ganar un par de partidos con mayor holgura”, asegura Juan Galeano que, al margen, festeja los puntos que cosecharon en el último tiempo porque les permitió dar un lindo salto en la tabla de promedios. “Sumamos puntos para alejarnos de la zona del descenso y poder jugar con mayor tranquilidad los próximos partidos. Eso también ayudará. Jugar sin tanta presión hará que el equipo pueda soltarse y rendir mucho mejor”, agrega.
Con ese objetivo en mente, en La Ciudadela todos apuntan a sacarse de encima a Atlético Paraná para seguir escalando en las dos tablas. “Hay que ir partido a partido, aunque parezca una frase hecha. Nos traicionó mucho pensar en otros objetivos. Debemos ganar siempre el siguiente partido, después se verá qué es lo que pasa más adelante”, sentencia Taborda, aclarando que la buena racha no fue producto de la casualidad. “Nosotros buscamos cambiar el presente esforzándonos para cambiar un presente que pintaba complicado. La racha llegó sola, producto de la casualidad”.
En tanto, Galeano explica que la fe también hizo lo suyo. “A pesar de que habíamos perdido varios juegos, nunca bajamos los brazos. Seguimos confiando y trabajando en el día y los resultados se están viendo ahora”, remata.
En San Martín están felices por el nuevo presente. Eso sí, dejar de lado el famoso karma de no cerrar con tranquilidad los partidos es el nuevo objetivo de cara al duelo de mañana.
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