08 Mayo 2017
De los 16 puentes que sufrieron daños por el agua, 11 ya fueron rehabilitados
Están próximos a ser inaugurados un cruce sobre el río San Javier y otro sobre el Salas, camino a Villa Padre Monti. En 2015 cuatro estructuras colapsaron por completo; una fue construida nuevamente y otras dos están en obra.
IRRECUPERABLE. El puente sobre la ruta 305, antes de Villa Padre Monti, debe ser reconstruido por completo tras la furia del agua en 2015. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO (archivo)
Los últimos tres veranos dejaron a Tucumán bajo el agua, con destrozos en localidades enteras y con severos daños en los caminos y rutas. En rigor, según un informe interno del oficialismo, fueron 16 los puentes que sufrieron roturas importantes en los temporales de 2015 y de 2016, de los cuales cuatro debieron ser reconstruidos por completo. Y, de acuerdo a la documentación oficial, al menos 11 ya fueron recuperados y habilitados al tránsito vehicular nuevamente.
Los últimos días de febrero y los primeros de marzo de 2015 fueron los más dramáticos. En esa ocasión, al menos 13 estructuras no soportaron la presión del agua y terminaron cediendo. El caso más emblemático fue el del puente sobre el río Lules, ubicado sobre la ruta provincial 301, que une la capital con distintas localidades del sur. La estructura colapsó en la madrugada del 11 de marzo debido a la gran cantidad de agua y material sedimentario que chocó contra los estribos, lo que hizo que cediera el terraplén que une el puente con la superficie.
El paso sobre ese puente fue restituido el 27 de agosto de 2015, tras una inversión de más de $10 millones. El año pasado, además, se rehabilitaron:
- Puente sobre arroyo Totorillas en ruta 307, con una inversión de $1,2 millón.
- Puente sobre río Zerda en ruta 324. La inversión fue de más de $6 millones.
- Puente sobre río Mandolo en ruta 324, a un costo de $5 millones.
- Puente sobre río Los Sosa en ruta 307. La obra demandó cerca de $ 3,5 millones.
- Puente sobre río La Calera en ruta 321.
Otros casos
Del temporal de 2015, también fueron habilitados uno de los dos pasos colapsados sobre el río San Javier, por la ruta 340 entre esa comuna y La Sala; un cruce sobre el arroyo Caspinchango entre La Fronterita y Teniente Berdina, por la ruta 324; y reparados los daños en los terraplenes de acceso del puente sobre la 312, entre Los Gutiérrez y la ruta provincial 305.
No obstante, aún no se completaron las obras de recuperación en un puente sobre el río San Javier, a un costo de más de $ 12,5 millones. El avance de la obra supera el 90%, según datos oficiales. Un poco más atrasada, en cambio, aparece la construcción de un nuevo paso sobre la ruta 305, que une El Sunchal con Villa Padre Monti. La inversión de la nueva estructura supera los $ 40 millones y lleva más de un 70% de ejecución. Sin inicio inminente, en cambio, aparece el paso de ingreso al Parque Nacional Los Alisos, sobre el río Jaya por la ruta 330.
El caso del puente sobre el río Acequiones, en la 309 entre Zárate y Las Arcas (Trancas), es particular. La obra presenta daños estructurales desde hace más de 15 años, que se profundizaron con las lluvias de 2015. Tampoco se iniciaron allí obras de recuperación.
Aunque el verano de 2015 fue dramático, en 2016 la fuerza del agua también dejó secuelas en la infraestructura vial del interior.
Según el documento al que accedió LA GACETA, colapsó el 50% de la estructura del puente sobre el río Seco, en la ruta 324 (Sargento Moya). El paso allí fue habilitado de manera precaria, no así sobre el arroyo San Francisco (en la ruta 334, entre La Cocha y Taco Ralo). También es restringida la circulación sobre el Salí, por la ruta 323.
Desmonte no planificado, cuencas desequilibradas, aumento de sedimentos en los cauces y hasta canalizaciones innecesarias son algunas de las causas de las inundaciones en el sur que sobresalen en el informe que el Plan Belgrano elevó a Pablo Bereciartúa, subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación.
El documento detalla cuáles son los factores centrales que llevaron a que localidades del sur tucumano queden año tras año bajo las aguas. También, enumera cuáles deberían ser las prioridades del Estado a la hora de encarar obras de prevención y de mitigación de las inundaciones.
El informe lleva la firma del subsecretario de Infraestructura del Plan Belgrano, José Ricardo Ascárate. “La cuenca de los ríos San Francisco, Alijilán y Ovanta se encuentra totalmente desequilibrada, en un franco proceso de conformación de carcavamiento”, planteó el radical. Advirtió, además, que la vida útil del embalse de Río Hondo se acorta debido a que los sedimentos ingresan directamente al lago. Ascárate insiste en que la canalización que se hizo entre 2014 y 2015 al norte de la ruta 334 (une La Cocha con Taco Ralo) potenció los socavones e incrementó el caudal del río Marapa.
Entre las sugerencias, sobresale la de crear espacios de “detención” aguas arriba de la confluencia de los ríos San Francisco, Alijilán y Ovanta, además de ordenar y canalizar el río Marapa, cerca de La Madrid. También, el Plan Belgrano propuso conformar barreras forestales de unos 100 metros de ancho, cada un kilómetro, para frenar el flujo.
Ascárate cuestionó que en el pedido de $ 600 millones que la Provincia formuló a la Nación no se haga hincapié en la necesidad de reforestación y del control del suelo en el pedemonte. “El problema es el mal manejo y la desinversión en el recurso hídrico, que se agrava año a año. Se sigue con la absurda metodología a la que nos condenaron los últimos 12 años de gobierno: de remediar cada año las consecuencias del problema y no de solucionar sus causas”, planteó el ex legislador provincial.
Los últimos días de febrero y los primeros de marzo de 2015 fueron los más dramáticos. En esa ocasión, al menos 13 estructuras no soportaron la presión del agua y terminaron cediendo. El caso más emblemático fue el del puente sobre el río Lules, ubicado sobre la ruta provincial 301, que une la capital con distintas localidades del sur. La estructura colapsó en la madrugada del 11 de marzo debido a la gran cantidad de agua y material sedimentario que chocó contra los estribos, lo que hizo que cediera el terraplén que une el puente con la superficie.
El paso sobre ese puente fue restituido el 27 de agosto de 2015, tras una inversión de más de $10 millones. El año pasado, además, se rehabilitaron:
- Puente sobre arroyo Totorillas en ruta 307, con una inversión de $1,2 millón.
- Puente sobre río Zerda en ruta 324. La inversión fue de más de $6 millones.
- Puente sobre río Mandolo en ruta 324, a un costo de $5 millones.
- Puente sobre río Los Sosa en ruta 307. La obra demandó cerca de $ 3,5 millones.
- Puente sobre río La Calera en ruta 321.
Otros casos
Del temporal de 2015, también fueron habilitados uno de los dos pasos colapsados sobre el río San Javier, por la ruta 340 entre esa comuna y La Sala; un cruce sobre el arroyo Caspinchango entre La Fronterita y Teniente Berdina, por la ruta 324; y reparados los daños en los terraplenes de acceso del puente sobre la 312, entre Los Gutiérrez y la ruta provincial 305.
No obstante, aún no se completaron las obras de recuperación en un puente sobre el río San Javier, a un costo de más de $ 12,5 millones. El avance de la obra supera el 90%, según datos oficiales. Un poco más atrasada, en cambio, aparece la construcción de un nuevo paso sobre la ruta 305, que une El Sunchal con Villa Padre Monti. La inversión de la nueva estructura supera los $ 40 millones y lleva más de un 70% de ejecución. Sin inicio inminente, en cambio, aparece el paso de ingreso al Parque Nacional Los Alisos, sobre el río Jaya por la ruta 330.
El caso del puente sobre el río Acequiones, en la 309 entre Zárate y Las Arcas (Trancas), es particular. La obra presenta daños estructurales desde hace más de 15 años, que se profundizaron con las lluvias de 2015. Tampoco se iniciaron allí obras de recuperación.
Aunque el verano de 2015 fue dramático, en 2016 la fuerza del agua también dejó secuelas en la infraestructura vial del interior.
Según el documento al que accedió LA GACETA, colapsó el 50% de la estructura del puente sobre el río Seco, en la ruta 324 (Sargento Moya). El paso allí fue habilitado de manera precaria, no así sobre el arroyo San Francisco (en la ruta 334, entre La Cocha y Taco Ralo). También es restringida la circulación sobre el Salí, por la ruta 323.
Desmonte no planificado, cuencas desequilibradas, aumento de sedimentos en los cauces y hasta canalizaciones innecesarias son algunas de las causas de las inundaciones en el sur que sobresalen en el informe que el Plan Belgrano elevó a Pablo Bereciartúa, subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación.
El documento detalla cuáles son los factores centrales que llevaron a que localidades del sur tucumano queden año tras año bajo las aguas. También, enumera cuáles deberían ser las prioridades del Estado a la hora de encarar obras de prevención y de mitigación de las inundaciones.
El informe lleva la firma del subsecretario de Infraestructura del Plan Belgrano, José Ricardo Ascárate. “La cuenca de los ríos San Francisco, Alijilán y Ovanta se encuentra totalmente desequilibrada, en un franco proceso de conformación de carcavamiento”, planteó el radical. Advirtió, además, que la vida útil del embalse de Río Hondo se acorta debido a que los sedimentos ingresan directamente al lago. Ascárate insiste en que la canalización que se hizo entre 2014 y 2015 al norte de la ruta 334 (une La Cocha con Taco Ralo) potenció los socavones e incrementó el caudal del río Marapa.
Entre las sugerencias, sobresale la de crear espacios de “detención” aguas arriba de la confluencia de los ríos San Francisco, Alijilán y Ovanta, además de ordenar y canalizar el río Marapa, cerca de La Madrid. También, el Plan Belgrano propuso conformar barreras forestales de unos 100 metros de ancho, cada un kilómetro, para frenar el flujo.
Ascárate cuestionó que en el pedido de $ 600 millones que la Provincia formuló a la Nación no se haga hincapié en la necesidad de reforestación y del control del suelo en el pedemonte. “El problema es el mal manejo y la desinversión en el recurso hídrico, que se agrava año a año. Se sigue con la absurda metodología a la que nos condenaron los últimos 12 años de gobierno: de remediar cada año las consecuencias del problema y no de solucionar sus causas”, planteó el ex legislador provincial.
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