06 Mayo 2017
VUELO INAUGURAL. Los chinos saludan la aeronave de fabricación propia. reuters
SHANGAI.- China puede enviar transbordadores al espacio, es líder del mercado del automóvil electrónico y ha llegado muy lejos con una densa red de trenes de alta velocidad en un tiempo récord. Sólo en la fabricación de aviones de pasajeros propios va a la zaga, pero esto podría cambiar rápidamente.
Tras varios años de retrasos, el avión C919, la gran esperanza del programa de aviación china, realizó ayer su vuelo inaugural despegando deShanghai. Se trata del primer avión de gran tamaño de medio recorrido de fabricación china, después de que el año pasado el fabricante estatal Comac lanzara el pequeño avión regional ARJ-21, lo que supone un importante paso para entrar en el mercado de la aviación comercial, dominado por europeos y estadounidenses.
El avión, que tendrá entre 168 y 174 asientos y un alcance de 4.075 kilómetros, competirá con el Boeing 737 y el Airbus A320, dos de los aviones más vendidos del mundo. Sin embargo, según los expertos, Comac aún tendrá que hacer pruebas durante los próximos dos o tres años antes de que el avión esté listo para su salida masiva al mercado. Entonces, se acelerará la competencia.
Según la Organización Internacional del Transporte Aéreo (IATA), antes de 2024 China se habrá convertido en el mayor mercado de pasajeros del mundo. Se calcula que en las próximas dos décadas las aerolíneas chinas encargarán más de 6.000 nuevos aviones por valor de un billón de euros. Un negocio enorme que Pekín ya no quiere dejar a la europea Airbus o la estadounidense Boeing.
“Naturalmente, nuestro objetivo es convertirnos en un tercer gran jugador en el mercado”, señala Yang Shao, que dirige la escuela de técnica de aviación más conocida del país en Beihang. Pero el C919 es sólo “el primer paso”, matiza.
Hasta que China pueda competir al mismo nivel que Boeing y Airbus queda aún un largo camino, creen los expertos. El experto en aviación y escritor Derek Levine cree que debido a los retrasos en el desarrollo del C919, que originalmente debía estar listo en 2016, Comac quedará años por detrás de sus competidores.
Sin embargo, la ventaja es que Comac podrá vender sus aviones más barato que sus competidores, gracias a las masivas ayudas estatales, aunque el ahorro podría esfumarse rápidamente teniendo en cuenta el mayor consumo de queroseno.
Incluso los medios estatales chinos se mostraron ayer contenidos a dar la noticia. En las próximas décadas, los aviones chinos se convertirán sin duda en una “fuerte alternativa”, señalan, pero a corto plazo no parece realista que vayan a romper la hegemonía de Airbus y Boeing, escribe la agencia estatal de noticias Xinhua.
Cooperación
Además, Comac tendrá que apostar por cooperaciones con fabricantes occidentales, que hasta ahora fue también el secreto de su éxito, por ejemplo en suministradores franceses o estadounidenses. Los motores, por ejemplo, son fabricados por CFM International, una joint venture de General Electric y la francesa Safran.
También Pekín obligó durante años a Airbus y Boeing a gestionar de forma conjunta con las fábricas de montaje final de Comac el suministro de sus aviones en China. De esa forma, las fabricantes occidentales podían vender más aviones en el país asiático, pero al mismo tiempo dando a cambio mucho conocimiento a los chinos, que aprenden rápido.
De cualquier forma, en el sector nadie quiere infravalorar al nuevo jguador. “El éxito de Comac es voluntad política de Pekín”, apunta el representante de un fabricante occidental. No importa lo buenos que sean de verdad los aviones, pero al final, las aerolíneas estatales podrían verse obligadas a comprar los jets de fabricación nacional.
Y es que los primeros pedidos previos del C1919 son ya una realidad: según Comac, 23 aerolíneas, en su mayoría chinas, han pedido 570 aparatos.
Y el siguiente paso ya está en marcha: tan pronto como sea posible, los chinos quieren comenzar a fabricar el C929 en colaboración con Rusia. Se trata de un avión de gran tamaño con espacio para 300 pasajeros y una autonomía de 9.000 kilómetros que supondría un paso de gigante en el desarrollo de la aviación china y que se prevé este listo en 10 años.
Tras varios años de retrasos, el avión C919, la gran esperanza del programa de aviación china, realizó ayer su vuelo inaugural despegando deShanghai. Se trata del primer avión de gran tamaño de medio recorrido de fabricación china, después de que el año pasado el fabricante estatal Comac lanzara el pequeño avión regional ARJ-21, lo que supone un importante paso para entrar en el mercado de la aviación comercial, dominado por europeos y estadounidenses.
El avión, que tendrá entre 168 y 174 asientos y un alcance de 4.075 kilómetros, competirá con el Boeing 737 y el Airbus A320, dos de los aviones más vendidos del mundo. Sin embargo, según los expertos, Comac aún tendrá que hacer pruebas durante los próximos dos o tres años antes de que el avión esté listo para su salida masiva al mercado. Entonces, se acelerará la competencia.
Según la Organización Internacional del Transporte Aéreo (IATA), antes de 2024 China se habrá convertido en el mayor mercado de pasajeros del mundo. Se calcula que en las próximas dos décadas las aerolíneas chinas encargarán más de 6.000 nuevos aviones por valor de un billón de euros. Un negocio enorme que Pekín ya no quiere dejar a la europea Airbus o la estadounidense Boeing.
“Naturalmente, nuestro objetivo es convertirnos en un tercer gran jugador en el mercado”, señala Yang Shao, que dirige la escuela de técnica de aviación más conocida del país en Beihang. Pero el C919 es sólo “el primer paso”, matiza.
Hasta que China pueda competir al mismo nivel que Boeing y Airbus queda aún un largo camino, creen los expertos. El experto en aviación y escritor Derek Levine cree que debido a los retrasos en el desarrollo del C919, que originalmente debía estar listo en 2016, Comac quedará años por detrás de sus competidores.
Sin embargo, la ventaja es que Comac podrá vender sus aviones más barato que sus competidores, gracias a las masivas ayudas estatales, aunque el ahorro podría esfumarse rápidamente teniendo en cuenta el mayor consumo de queroseno.
Incluso los medios estatales chinos se mostraron ayer contenidos a dar la noticia. En las próximas décadas, los aviones chinos se convertirán sin duda en una “fuerte alternativa”, señalan, pero a corto plazo no parece realista que vayan a romper la hegemonía de Airbus y Boeing, escribe la agencia estatal de noticias Xinhua.
Cooperación
Además, Comac tendrá que apostar por cooperaciones con fabricantes occidentales, que hasta ahora fue también el secreto de su éxito, por ejemplo en suministradores franceses o estadounidenses. Los motores, por ejemplo, son fabricados por CFM International, una joint venture de General Electric y la francesa Safran.
También Pekín obligó durante años a Airbus y Boeing a gestionar de forma conjunta con las fábricas de montaje final de Comac el suministro de sus aviones en China. De esa forma, las fabricantes occidentales podían vender más aviones en el país asiático, pero al mismo tiempo dando a cambio mucho conocimiento a los chinos, que aprenden rápido.
De cualquier forma, en el sector nadie quiere infravalorar al nuevo jguador. “El éxito de Comac es voluntad política de Pekín”, apunta el representante de un fabricante occidental. No importa lo buenos que sean de verdad los aviones, pero al final, las aerolíneas estatales podrían verse obligadas a comprar los jets de fabricación nacional.
Y es que los primeros pedidos previos del C1919 son ya una realidad: según Comac, 23 aerolíneas, en su mayoría chinas, han pedido 570 aparatos.
Y el siguiente paso ya está en marcha: tan pronto como sea posible, los chinos quieren comenzar a fabricar el C929 en colaboración con Rusia. Se trata de un avión de gran tamaño con espacio para 300 pasajeros y una autonomía de 9.000 kilómetros que supondría un paso de gigante en el desarrollo de la aviación china y que se prevé este listo en 10 años.
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