23 Abril 2017
Creció sin contención, no fue a la escuela y su única ocupación se limita a buscar dinero para adquirir drogas. A sus 22 años, esa es la realidad de Gustavo Ariel “Perrito” Carretero, quien ayer dejó de vagar por las calles para ser encerrado en un calabozo. Es nada menos que el principal sospechoso de haber abusado de Ornella Dottori y de haberle quitado la vida a la jovencita de 16 años que estaba embarazada.
“Perrito” vivió en la zona conocida como “El Terraplén”, en Jujuy al 4.000, durante su niñez. Pero cuando falleció su madre debió mudarse a la ciudad de Alberdi, donde reside su padre, porque sus hermanos lo corrieron de la casa, hartos de su mala conducta. Quienes fueron sus vecinos en la capital, que ayer lo reconocieron y lo entregaron a la Policía, recordaron que de niño lo llamaban “Otorrino” porque es gangoso. Ellos desconocían que luego ese apodo cambió por el de “Perrito”, por eso recién advirtieron que era él a quien buscaba la Policía cuando vieron una foto suya.
Fermín Carretero es su padre. El hombre, que tiene un taller de reparación de televisores en Alberdi, accedió a hablar con LA GACETA. Contó con tristeza que su hijo siempre vivió alejado de él. “No se lo podía controlar y andaba de un lugar a otro”, comentó. “Mi hijo no sabe leer ni escribir y es un adicto crónico a las drogas. Intenté muchas veces hacerlo curar pero no hubo caso, como tampoco pude hacer que estudiara. Su madre murió y es probable que eso lo haya afectado”, estimó Carretero.
Según dijo el hombre, “Perrito” sólo se presentaba en el taller cuando quería que su padre le diera plata. La última vez que lo visitó con esas intenciones fue el lunes 10 de abril, el mismo día que las cámaras de seguridad de una vivienda de Alberdi lo filmaron cuando pasaba caminando junto a Ornella, quien sería asesinada pocas horas después. Pero su padre se negó a darle dinero. Por eso los investigadores sospechan que la jovencita le habría dado su teléfono celular para que lo vendiera. Días más tarde, un joven se lo entregaría a la Policía y revelaría que se lo había comprado a “Perrito”.
“Sólo espero que a mi hijo no lo carguen con un crimen que estoy casi seguro que no cometió”, pidió ayer Carretero padre, tras señalar que “Perrito” y Ornella eran amigos cercanos. Cuando se le preguntó por la situación penal de su hijo y por el video que lo implica en el caso, el hombre intentó explicar: “la chica era su amiga y siempre se encontraban. En el video se los ve amistosos, no discutiendo ni peleando. Es difícil que él le haya quitado la vida. Además, nunca lo conocí violento”.
Cuatro detenidos
“Perrito” era el único sospechoso que seguía prófugo. Una testigo le aseguró al fiscal Miguel Ángel Varela que presenció el ataque y señaló que fueron cuatro las personas que abusaron de Ornella y le provocaron la muerte. La testigo mencionó en primer lugar a Damián “Pomelo” Fernández, un tatuador de Concepción que se entregó en Tribunales en cuanto supo que la Policía lo estaba buscando, dos días después del hecho. Luego la joven agregó que también había visto a José Gustavo “Bomba” Victoria y a Javier Alejandro “Cabera” Gramajo, quienes fueron detenidos en los últimos días. Sólo faltaba Carretero, que cayó ayer.
“Perrito” vivió en la zona conocida como “El Terraplén”, en Jujuy al 4.000, durante su niñez. Pero cuando falleció su madre debió mudarse a la ciudad de Alberdi, donde reside su padre, porque sus hermanos lo corrieron de la casa, hartos de su mala conducta. Quienes fueron sus vecinos en la capital, que ayer lo reconocieron y lo entregaron a la Policía, recordaron que de niño lo llamaban “Otorrino” porque es gangoso. Ellos desconocían que luego ese apodo cambió por el de “Perrito”, por eso recién advirtieron que era él a quien buscaba la Policía cuando vieron una foto suya.
Fermín Carretero es su padre. El hombre, que tiene un taller de reparación de televisores en Alberdi, accedió a hablar con LA GACETA. Contó con tristeza que su hijo siempre vivió alejado de él. “No se lo podía controlar y andaba de un lugar a otro”, comentó. “Mi hijo no sabe leer ni escribir y es un adicto crónico a las drogas. Intenté muchas veces hacerlo curar pero no hubo caso, como tampoco pude hacer que estudiara. Su madre murió y es probable que eso lo haya afectado”, estimó Carretero.
Según dijo el hombre, “Perrito” sólo se presentaba en el taller cuando quería que su padre le diera plata. La última vez que lo visitó con esas intenciones fue el lunes 10 de abril, el mismo día que las cámaras de seguridad de una vivienda de Alberdi lo filmaron cuando pasaba caminando junto a Ornella, quien sería asesinada pocas horas después. Pero su padre se negó a darle dinero. Por eso los investigadores sospechan que la jovencita le habría dado su teléfono celular para que lo vendiera. Días más tarde, un joven se lo entregaría a la Policía y revelaría que se lo había comprado a “Perrito”.
“Sólo espero que a mi hijo no lo carguen con un crimen que estoy casi seguro que no cometió”, pidió ayer Carretero padre, tras señalar que “Perrito” y Ornella eran amigos cercanos. Cuando se le preguntó por la situación penal de su hijo y por el video que lo implica en el caso, el hombre intentó explicar: “la chica era su amiga y siempre se encontraban. En el video se los ve amistosos, no discutiendo ni peleando. Es difícil que él le haya quitado la vida. Además, nunca lo conocí violento”.
Cuatro detenidos
“Perrito” era el único sospechoso que seguía prófugo. Una testigo le aseguró al fiscal Miguel Ángel Varela que presenció el ataque y señaló que fueron cuatro las personas que abusaron de Ornella y le provocaron la muerte. La testigo mencionó en primer lugar a Damián “Pomelo” Fernández, un tatuador de Concepción que se entregó en Tribunales en cuanto supo que la Policía lo estaba buscando, dos días después del hecho. Luego la joven agregó que también había visto a José Gustavo “Bomba” Victoria y a Javier Alejandro “Cabera” Gramajo, quienes fueron detenidos en los últimos días. Sólo faltaba Carretero, que cayó ayer.
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