18 Abril 2017
WASHINGTON/PEKÍN.- Corea del Norte realizó el domingo un lanzamiento fallido de un misil, poco antes de la llegada a Seúl del vicepresidente estadounidense, Mike Pence. A continuación, algunas claves sobre cómo podría reaccionar el presidente, Donald Trump, ante esta provocación del norcoreano, Kim Jong-un.
La mayor parte de los expertos cree que Estados Unidos no hará nada. Los primeros comentarios del Gobierno estadounidense fueron bastante comedidos. Hubo que esperar a que Pence endureciese el tono durante su visita a Seúl, hablando de una “provocación” y amenazando a Corea del Norte de las consecuencias en caso de un ataque militar. “Pyongyang haría bien en no intentar poner a prueba la firmeza de Trump ni la capacidad de las Fuerzas Armadas de EEUU”, dijo Pence.
Esta prueba militar por supuesto que le preocupa a Estados Unidos, incluso teniendo en cuenta que fue fallida. Seguramente, en un primer momento hubo alivio al ver que se trató de un ensayo balístico y no de la prueba nuclear que muchos temían. Pero ese ensayo nuclear es sólo cuestión de tiempo y podría provocar una reacción muy distinta de Estados Unidos. Además, con el desfile militar del sábado, Kim dejó claro al mundo el arsenal que posee y cómo sigue persiguiendo su objetivo de desarrollar un misil de largo alcance con capacidad para llegar hasta Estados Unidos.
Washington no comentó nada sobre dicho desfile, pero expertos militares estadounidenses se mostraron sorprendidos por la cantidad de nuevos misiles presentados. También preocupan los enormes misiles que Kim mostró por primera vez.
Se desconoce dónde está, para Trump, la línea roja en Corea del Norte. Se especula con un posible ataque preventivo estadounidense en caso de que haya indicios de un nuevo ensayo nuclear por Pyongyang. Pero eso sería un paso de consecuencias impredecibles, ya que Corea del Norte podría responder atacando a Corea del Sur.
El asesor de Seguridad Nacional de Trump, H.R. McMaster, reconoció que la impredecibilidad de Kim es un problema a la hora de evaluar opciones militares. Así que se limitó a explicar que para EEUU “todas las opciones” están sobre la mesa. (DPA)
La mayor parte de los expertos cree que Estados Unidos no hará nada. Los primeros comentarios del Gobierno estadounidense fueron bastante comedidos. Hubo que esperar a que Pence endureciese el tono durante su visita a Seúl, hablando de una “provocación” y amenazando a Corea del Norte de las consecuencias en caso de un ataque militar. “Pyongyang haría bien en no intentar poner a prueba la firmeza de Trump ni la capacidad de las Fuerzas Armadas de EEUU”, dijo Pence.
Esta prueba militar por supuesto que le preocupa a Estados Unidos, incluso teniendo en cuenta que fue fallida. Seguramente, en un primer momento hubo alivio al ver que se trató de un ensayo balístico y no de la prueba nuclear que muchos temían. Pero ese ensayo nuclear es sólo cuestión de tiempo y podría provocar una reacción muy distinta de Estados Unidos. Además, con el desfile militar del sábado, Kim dejó claro al mundo el arsenal que posee y cómo sigue persiguiendo su objetivo de desarrollar un misil de largo alcance con capacidad para llegar hasta Estados Unidos.
Washington no comentó nada sobre dicho desfile, pero expertos militares estadounidenses se mostraron sorprendidos por la cantidad de nuevos misiles presentados. También preocupan los enormes misiles que Kim mostró por primera vez.
Se desconoce dónde está, para Trump, la línea roja en Corea del Norte. Se especula con un posible ataque preventivo estadounidense en caso de que haya indicios de un nuevo ensayo nuclear por Pyongyang. Pero eso sería un paso de consecuencias impredecibles, ya que Corea del Norte podría responder atacando a Corea del Sur.
El asesor de Seguridad Nacional de Trump, H.R. McMaster, reconoció que la impredecibilidad de Kim es un problema a la hora de evaluar opciones militares. Así que se limitó a explicar que para EEUU “todas las opciones” están sobre la mesa. (DPA)
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