09 Abril 2017
CONTRASTE. El ingeniero Lamelas remarcó que durante el período diciembre-enero el problema fue la sequía. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.-
Greenpeace advirtió la semana pasada que las inundaciones que sufren varias provincias no son un fenómeno natural. Se deben al aumento de las precipitaciones por el cambio climático y a la falta de una política ambiental nacional que proteja a los bosques nativos, nuestra esponja natural, del avance de la frontera agropecuaria y los desarrollos inmobiliarios. A esto se le sumó un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que ubicó a Argentina entre los 10 países que más desmontaron durante los últimos 25 años.
¿Las inundaciones que sufre el sur de la provincia tienen su explicación en el cambio climático?, le preguntamos al ingeniero César Lamelas, jefe de la Sección Agrometeorológica de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc). “Marzo fue un mes excepcionalmente lluvioso. En algunos sectores de la provincia cayeron lluvias cuya probabilidad de ocurrencia es de una cada 100 años. En la mayoría de las localidades del sur las precipitaciones duplicaron y hasta triplicaron los promedios esperados, marcando récords nunca registrados. Sin dudas, estas son señales claras del cambio climático”, recalcó.
El experto sostuvo que se trata de un proceso que tiene una enorme escala. Sólo así se podría entender que hayan quedado bajo el agua otras zonas en La Pampa o en Comodoro Rivadavia, por ejemplo.
Cuenta Lamelas que cada año se llevan más sorpresas relacionadas con el clima. “Se producen situaciones extremas. Entre diciembre de 2016 y enero de 2017 -meses claves para la campaña agrícola- hubo una profunda sequía. Llovió menos de la mitad de lo esperado. Y ahora el agua nos tapa”, sostuvo el experto, que comparó los datos históricos de las 36 estaciones automáticas que tiene la Eeaoc.
En Alberdi, La Cocha y Simoca llovió entre un 250% y 281% más de lo normal. Y hay casos realmente llamativos: en La Invernada, departamento de La Cocha, cayeron 270 milímetros en un día (27 de marzo), cuando el promedio esperado para el mes es de 169 mm.
Acostumbrarse
La última vez que el sur tucumano se había inundado fue en 2015. Antes, ocurrió en 2000 y en 2007. “Nos tendremos que acostumbrar a que las lluvias excepcionales ocurran con más frecuencia. No habría que esperar ni un segundo para empezar a hacer cosas que permitan atenuar el impacto de estos fenómenos”, sugiere Lamelas.
Hay que pensar en las inundaciones, pero no olvidarnos de la sequía, que también es una muestra del cambio climático. Esto es lo que sugirió en uno de sus últimos informes Juan Minetti, director del Laboratorio Climatológico Sudamericano.
Todo este proceso de inundaciones y sequías históricas, según analizó el especialista, comenzaron a hacerse notar luego de las históricas inundaciones en Santa Fe, hace 14 años. Precisamente desde 2003, las condiciones secas se fueron instalando gradualmente durante una década completa.
¿Las inundaciones que sufre el sur de la provincia tienen su explicación en el cambio climático?, le preguntamos al ingeniero César Lamelas, jefe de la Sección Agrometeorológica de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc). “Marzo fue un mes excepcionalmente lluvioso. En algunos sectores de la provincia cayeron lluvias cuya probabilidad de ocurrencia es de una cada 100 años. En la mayoría de las localidades del sur las precipitaciones duplicaron y hasta triplicaron los promedios esperados, marcando récords nunca registrados. Sin dudas, estas son señales claras del cambio climático”, recalcó.
El experto sostuvo que se trata de un proceso que tiene una enorme escala. Sólo así se podría entender que hayan quedado bajo el agua otras zonas en La Pampa o en Comodoro Rivadavia, por ejemplo.
Cuenta Lamelas que cada año se llevan más sorpresas relacionadas con el clima. “Se producen situaciones extremas. Entre diciembre de 2016 y enero de 2017 -meses claves para la campaña agrícola- hubo una profunda sequía. Llovió menos de la mitad de lo esperado. Y ahora el agua nos tapa”, sostuvo el experto, que comparó los datos históricos de las 36 estaciones automáticas que tiene la Eeaoc.
En Alberdi, La Cocha y Simoca llovió entre un 250% y 281% más de lo normal. Y hay casos realmente llamativos: en La Invernada, departamento de La Cocha, cayeron 270 milímetros en un día (27 de marzo), cuando el promedio esperado para el mes es de 169 mm.
Acostumbrarse
La última vez que el sur tucumano se había inundado fue en 2015. Antes, ocurrió en 2000 y en 2007. “Nos tendremos que acostumbrar a que las lluvias excepcionales ocurran con más frecuencia. No habría que esperar ni un segundo para empezar a hacer cosas que permitan atenuar el impacto de estos fenómenos”, sugiere Lamelas.
Hay que pensar en las inundaciones, pero no olvidarnos de la sequía, que también es una muestra del cambio climático. Esto es lo que sugirió en uno de sus últimos informes Juan Minetti, director del Laboratorio Climatológico Sudamericano.
Todo este proceso de inundaciones y sequías históricas, según analizó el especialista, comenzaron a hacerse notar luego de las históricas inundaciones en Santa Fe, hace 14 años. Precisamente desde 2003, las condiciones secas se fueron instalando gradualmente durante una década completa.
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