04 Abril 2017
EFECTIVO. Cartier marcó cinco tries y es tryman junto a otro “verdinegro”: Lucas Santamarina. Prensa UAR
La campaña de Tucumán Rugby en el Nacional de Clubes va dejando hasta aquí algunos momentos opacos (la derrota ante el SIC) y otros decididamente brillantes, como el triunfo sobre Hindú o los 80 minutos en los que construyó la segunda peor goleada que alguna vez haya sufrido Duendes. Y aunque todavía falte para saber si llegará a cuartos de final, el balance parcial tiene entre sus aspectos positivos la productividad de sus “refuerzos”: Gonzalo Martínez Zavalía, Lucas Cartier y Santiago Rodríguez del Busto. Los tres estuvieron un largo tiempo fuera del equipo, por diversos motivos, pero volvieron con todo, como si nunca se hubiesen ido. El aporte de cada uno se mide por cuestiones ajenas al ingoal, pero no es menor el dato de que entre los tres, aportaron ocho de los 19 tries que el equipo marcó en estas cuatro fechas.
Una pausa y regresamos
El primero en guardar la “verdinegra” por un tiempo fue Rodríguez del Busto. Un poco por la frustración de la final perdida en 2014, pero principalmente por desgaste físico y mental, “Sancho” decidió que lo mejor era parar. “No sabía si era definitivo o no. Sólo sabía que me estaba pesando mucho ir a entrenar y al gimnasio. No tenía las mismas ganas que antes, así que dije que no jugaría ese año”, explica.
Lo que en principio sería una temporada sabática, al final fueron dos. “Me dediqué a hacer todas las cosas que por jugar al rugby no podía, como hacer enduro o jugar torneos de fútbol con mis amigos”, cuenta. Justamente, fue por uno de esos torneos de la redonda que el bichito de la ovalada regresó. “Ahí también jugaba Álvaro López González, entrenador de seven de los ‘Naranjas’. Me ofrecí a colaborarle y en el Seven de la República me di cuenta de que todavía tenía ganas de jugar. Me sentía bien, porque había seguido entrenándome, así que decidí agotar ese remanente de nafta que me queda, je”, cierra el fullback.
Prioridades
“Talo” Martínez Zavalía tuvo una más que buena razón para colgar los botines un tiempo: fue papá de Joaquín, que cumplió un año hace unos días. “Ya lo llevamos a la cancha”, se enorgullece el centro, que también aprovechó el parate para recibirse de licenciado en Gestión de Empresas Agroindustriales y empezar a trabajar. “Por suerte, ahora acomodé los tiempos y pude volver. Me siento muy contento de poder estar de nuevo en este grupo que cada día me sorprende más, por la unión y la competencia sana que hay”, resalta Gonzalo, que este año quiere darse el gusto de festejar un título con el club, cosa que no pudo en 2015 por estar de viaje. “Me fui de intercambio a Australia un mes antes de la final. Casi me muero cuando vi que éramos campeones y yo no estaba”, recuerda y se agarra la cabeza.
Irse para tomar impulso
Cartier no tuvo tiempo ni para tomar aire tras la final del Regional 2015. Tres días después, ya se entrenaba con los “Naranjas” para debutar en el Argentino. Eso, sumado a los exámenes de Medicina, le quitaron hasta las ganas de correr al wing. “Llegué a jugar el Nacional del año pasado, pero no lo disfrutaba, así que dije que no seguiría. Necesitaba descansar del rugby para volver con más pilas”, cuenta su caso Lucas. Durante ese tiempo metió materias a lo loco, pedaleó cuanto pudo, jugó al fútbol y retomó las reuniones con sus amigos de la “Calasa 93”, su división. “No me arrepiento. Fue un lindo año. Meses antes de que terminara empecé a entrenarme solo, saliendo a correr y haciendo pesas. Ahora volví con todas las pilas”, asegura Cartier, respaldado por los cinco conquistas que lo tienen en la cima de la tabla de trymen del Nacional.
Una pausa y regresamos
El primero en guardar la “verdinegra” por un tiempo fue Rodríguez del Busto. Un poco por la frustración de la final perdida en 2014, pero principalmente por desgaste físico y mental, “Sancho” decidió que lo mejor era parar. “No sabía si era definitivo o no. Sólo sabía que me estaba pesando mucho ir a entrenar y al gimnasio. No tenía las mismas ganas que antes, así que dije que no jugaría ese año”, explica.
Lo que en principio sería una temporada sabática, al final fueron dos. “Me dediqué a hacer todas las cosas que por jugar al rugby no podía, como hacer enduro o jugar torneos de fútbol con mis amigos”, cuenta. Justamente, fue por uno de esos torneos de la redonda que el bichito de la ovalada regresó. “Ahí también jugaba Álvaro López González, entrenador de seven de los ‘Naranjas’. Me ofrecí a colaborarle y en el Seven de la República me di cuenta de que todavía tenía ganas de jugar. Me sentía bien, porque había seguido entrenándome, así que decidí agotar ese remanente de nafta que me queda, je”, cierra el fullback.
Prioridades
“Talo” Martínez Zavalía tuvo una más que buena razón para colgar los botines un tiempo: fue papá de Joaquín, que cumplió un año hace unos días. “Ya lo llevamos a la cancha”, se enorgullece el centro, que también aprovechó el parate para recibirse de licenciado en Gestión de Empresas Agroindustriales y empezar a trabajar. “Por suerte, ahora acomodé los tiempos y pude volver. Me siento muy contento de poder estar de nuevo en este grupo que cada día me sorprende más, por la unión y la competencia sana que hay”, resalta Gonzalo, que este año quiere darse el gusto de festejar un título con el club, cosa que no pudo en 2015 por estar de viaje. “Me fui de intercambio a Australia un mes antes de la final. Casi me muero cuando vi que éramos campeones y yo no estaba”, recuerda y se agarra la cabeza.
Irse para tomar impulso
Cartier no tuvo tiempo ni para tomar aire tras la final del Regional 2015. Tres días después, ya se entrenaba con los “Naranjas” para debutar en el Argentino. Eso, sumado a los exámenes de Medicina, le quitaron hasta las ganas de correr al wing. “Llegué a jugar el Nacional del año pasado, pero no lo disfrutaba, así que dije que no seguiría. Necesitaba descansar del rugby para volver con más pilas”, cuenta su caso Lucas. Durante ese tiempo metió materias a lo loco, pedaleó cuanto pudo, jugó al fútbol y retomó las reuniones con sus amigos de la “Calasa 93”, su división. “No me arrepiento. Fue un lindo año. Meses antes de que terminara empecé a entrenarme solo, saliendo a correr y haciendo pesas. Ahora volví con todas las pilas”, asegura Cartier, respaldado por los cinco conquistas que lo tienen en la cima de la tabla de trymen del Nacional.
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Tucumán Rugby Club