El pueblo de San Martín cumplió: La Ciudadela se llenó de rojiblanco

Durante los días previos al partido contra Instituto, el pueblo de San Martín había prometido recibir al equipo con un “Ciudadelazo”. El “Santo” volvía a su cancha luego de tres derrotas consecutivas; pero ya se sabe que nada apaga la pasión del “ciruja”.

Los hinchas se autoconvocaron para hacer sus aportes. Y ayer, hacia las 17, la cancha del “Santo” semejaba aquellos salones de fiesta vestidos para la mejor celebración. Era el modo en que la hinchada le brindaba su apoyo a los jugadores y al cuerpo técnico.

Cuando el equipo ingresó al campo de juego, las bombas de humo rojo y blanco sumaron otra nube al cielo; infinitos papelitos volaron por los aires y de las tribunas, pintadas de banderas y de camisetas, bajó ese aliento que aturde, pero que gusta al jugador.

“¡Mirá lo que es esto, mirá lo que es esta fiesta!”, se admiraba Andrés Correa, un segundo antes de sumarse al cántico de turno. “Parece que estamos peleando el campeonato, ¡y estamos más cerca de la tabla ‘de abajo’!”, añadía.

“¿Sabés lo que pasa, hermano? -explicaba Miguel Ángel Díaz a LG Deportiva-, esto es pasión; esto es San Martín. Esto es un grande de verdad”. Y seguidamente arrojó a la cancha un par de cintas de papel, que se fueron desenrollando en su recorrido.

Pero la fiesta organizada por los hinchas no estuvo completa. Faltó el motivo del festejo. El fútbol que desplegó San Martín no estuvo a tono con la ornamentación de La Ciudadela. El equipo no llegó a hacer su aporte, para que la celebración fuese plena. “Teníamos que ganar; estaba todo preparado para eso. Era triunfo y despegue, al menos eso debía haber sido. Pero no, seguimos sin sumar”, protestó Sergio de la Vega, visiblemente molesto.

Una vez que el árbitro pitó el final del partido, muchas gargantas que hasta minutos antes habían enrojecido por tanto alentar, ahora vomitaban insultos al aire. “Es que no puede ser; no sé qué pasa. Por momentos jugamos muy bien, pero luego el equipo se queda como dormido”, renegaba Florencia Arnau, mientras su amiga Virginia Savoy asentía, con una seriedad que inspiraba respeto.

La procesión “ciruja” descendió las escaleras de acceso a la platea Alta mascullando bronca. Los hinchas se habían vestido para una fiesta, y no hubo nada que festejar. De todos modos, seguramente no será el último “Ciudadelazo”.

Rápida vuelta al trabajo

Hay mucho para corregir, por eso no pierden el tiempo. El cuerpo técnico liderado por Diego Cagna decidió que el plantel regrese hoy mismo a los entrenamientos. A las 17, en el estadio, el plantel volverá a reunirse pensando en el duelo contra Chacarita, que se jugaría el próximo sábado a las 17.05; duelo que sería televisado por TyC Sports.

Dos bajas y...

Más problemas para Diego Cagna. Ayer. Rodrigo Moreira y César Abregú sumaron la quinta amarilla por lo que se perderán el duelo contra el “Funebrero”. Además, habrá que seguir de cerca la evolución de Matías García y Esteban Goicoechea, quienes no pudieron terminar el duelo de ayer debido a sendas molestias físicas.

Cambio de vestuario

En La Ciudadela siguen las obras; ahora le tocó el turno al vestuario local, que se encuentra en pleno proceso de renovación. Por ese motivo, el plantel “santo” no pudo utilizarlo en esta ocasión, y debió cambiarse en el viejo vestuario visitante. Además, a pesar de que aún le falta mejorar bastante, el campo de juego lució mucho mejor.

Homenaje y concientización

Ayer, el equipo saltó al campo con una bandera en honor a los soldados tucumanos que combatieron en la guerra de Malvinas. Por otro lado, en el día Mundial de la Concientización del Autismo, el grupo “Tea Padres Tucumán”, exhibió su bandera. El grupo nuclea a los padres de niños con Trastorno del Espectro Autista.