26 Marzo 2017
ALEGORÍA. Un niño extiende la mano pidiendo ayuda para la UE. reuters
Emoke Bebiak - Agencia DPA
ROMA.- Como colofón a los festejos por el 60 aniversario de la fundación de la Unión Europea (UE), los jefes de Estado y Gobierno del bloque subrayaron ayer su compromiso con la unidad y la solidaridad, aunque eso signifique avanzar “a distintos ritmos”. Así lo firmaron en la Declaración de Roma, en la que los líderes de los 27 países de la UE sin contar Reino Unido abogaron por una Europa “más fuerte y resiliente, mediante una unidad y una solidaridad aún mayores”. Todo ello en momentos en los que el bloque se enfrenta al aumento de los nacionalismos, la crisis migratoria y el “Brexit”.
No obstante, esa unidad que todos subrayaron no excluye una EU en la que cada uno de los Estados miembro pueda elegir cooperar más estrechamente en determinados aspectos, lo que permitirá a grupos de países avanzar a diferentes velocidades hacia una mayor integración. “Actuaremos juntos, a distintos ritmos cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección”, escribieron los líderes. Todo ello “de conformidad con los Tratados, y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante”.
En ese sentido se manifestaba poco después ante los medios el jefe del Gobierno Español, Mariano Rajoy, al abogar por “seguir profundizando en el mercado único” con el objetivo final de un presupuesto europeo común y la futura emisión de eurobonos. Para ello, añadió, es preciso “un nivel similar en materia de competitividad” entre los socios. Y propone la creación de unos criterios similares a los que se fijaron en Maastricht para quienes desearan unirse al euro. Precisamente “Europa a varias velocidades”, defendida sobre todo por Alemania, Francia, España e Italia, fue uno de los puntos más polémicos de la declaración. Polonia amenazó con no firmar el documento, alegando que determinados países se quedarían atrás.
Sin embargo, en la noche del viernes la primera ministra polaca, Beata Szydlo, manifestó su disposición a aceptar la declaración. Pero durante la ceremonia de la firma, Szydlo hizo ademán de ahondar en la controversia al levantar el bolígrafo durante unos segundos antes de estampar su rúbrica.
Por su parte, el griego Alexis Tsipras, que también amenazó con no adherirse ante los desacuerdos con las reformas exigidas por sus acreedores, acabó igualmente firmando después de que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, le reafirmara el apoyo del bloque en temas sociales.
La ceremonia de hoy, en la que se conmemoraba la firma de los Tratados de Roma (1957) que dieron origen a la Unión Europea, vivió numerosos y apasionados llamamientos a fomentar la unidad a medida que se recordaba el pasado de cooperación del bloque.
Según el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, la cumbre era una “renovación” de una “alianza excepcional de naciones libres”, que hace 60 años pusieron en marcha “excelentes predecesores”. “Ellos tuvieron la valentía de Colón para navegar por aguas desconocidas y descubrir el Nuevo Mundo”, añadió.
La declaración adoptada subraya la necesidad de una mayor unidad en momentos en los que la UE aspira a definir su lugar global. “A nuestros países, tomados uno a uno, la dinámica mundial los condenaría a la marginación”, señalaron los líderes. “Permanecer unidos es nuestra mejor posibilidad de influir en ella y de defender nuestros intereses y valores comunes”. Sin embargo, las celebraciones y gestos se vieron inevitablemente ensombrecidos por la ausencia de la primera ministra británica, Theresa May. Reino Unido notificará oficialmente el miércoles a Bruselas su intención de abandonar el bloque. En el marco de la cumbre, Junker calificó el actual como un “momento muy triste” para la UE. “Creo que el ‘Brexit’, la salida de Reino Unido, es una tragedia”, declaró, e instó a la alianza a mostrar claramente “que se centra en los asuntos importantes” en lugar de perderse en los detalles.
ROMA.- Como colofón a los festejos por el 60 aniversario de la fundación de la Unión Europea (UE), los jefes de Estado y Gobierno del bloque subrayaron ayer su compromiso con la unidad y la solidaridad, aunque eso signifique avanzar “a distintos ritmos”. Así lo firmaron en la Declaración de Roma, en la que los líderes de los 27 países de la UE sin contar Reino Unido abogaron por una Europa “más fuerte y resiliente, mediante una unidad y una solidaridad aún mayores”. Todo ello en momentos en los que el bloque se enfrenta al aumento de los nacionalismos, la crisis migratoria y el “Brexit”.
No obstante, esa unidad que todos subrayaron no excluye una EU en la que cada uno de los Estados miembro pueda elegir cooperar más estrechamente en determinados aspectos, lo que permitirá a grupos de países avanzar a diferentes velocidades hacia una mayor integración. “Actuaremos juntos, a distintos ritmos cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección”, escribieron los líderes. Todo ello “de conformidad con los Tratados, y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante”.
En ese sentido se manifestaba poco después ante los medios el jefe del Gobierno Español, Mariano Rajoy, al abogar por “seguir profundizando en el mercado único” con el objetivo final de un presupuesto europeo común y la futura emisión de eurobonos. Para ello, añadió, es preciso “un nivel similar en materia de competitividad” entre los socios. Y propone la creación de unos criterios similares a los que se fijaron en Maastricht para quienes desearan unirse al euro. Precisamente “Europa a varias velocidades”, defendida sobre todo por Alemania, Francia, España e Italia, fue uno de los puntos más polémicos de la declaración. Polonia amenazó con no firmar el documento, alegando que determinados países se quedarían atrás.
Sin embargo, en la noche del viernes la primera ministra polaca, Beata Szydlo, manifestó su disposición a aceptar la declaración. Pero durante la ceremonia de la firma, Szydlo hizo ademán de ahondar en la controversia al levantar el bolígrafo durante unos segundos antes de estampar su rúbrica.
Por su parte, el griego Alexis Tsipras, que también amenazó con no adherirse ante los desacuerdos con las reformas exigidas por sus acreedores, acabó igualmente firmando después de que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, le reafirmara el apoyo del bloque en temas sociales.
La ceremonia de hoy, en la que se conmemoraba la firma de los Tratados de Roma (1957) que dieron origen a la Unión Europea, vivió numerosos y apasionados llamamientos a fomentar la unidad a medida que se recordaba el pasado de cooperación del bloque.
Según el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, la cumbre era una “renovación” de una “alianza excepcional de naciones libres”, que hace 60 años pusieron en marcha “excelentes predecesores”. “Ellos tuvieron la valentía de Colón para navegar por aguas desconocidas y descubrir el Nuevo Mundo”, añadió.
La declaración adoptada subraya la necesidad de una mayor unidad en momentos en los que la UE aspira a definir su lugar global. “A nuestros países, tomados uno a uno, la dinámica mundial los condenaría a la marginación”, señalaron los líderes. “Permanecer unidos es nuestra mejor posibilidad de influir en ella y de defender nuestros intereses y valores comunes”. Sin embargo, las celebraciones y gestos se vieron inevitablemente ensombrecidos por la ausencia de la primera ministra británica, Theresa May. Reino Unido notificará oficialmente el miércoles a Bruselas su intención de abandonar el bloque. En el marco de la cumbre, Junker calificó el actual como un “momento muy triste” para la UE. “Creo que el ‘Brexit’, la salida de Reino Unido, es una tragedia”, declaró, e instó a la alianza a mostrar claramente “que se centra en los asuntos importantes” en lugar de perderse en los detalles.
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