El “Santo” jugó como para llevarse un empate, pero perdió 3-1 y se sigue hundiendo

El “Santo” jugó como para llevarse un empate, pero perdió 3-1 y se sigue hundiendo

LUCHA ANTE TODO. Alexis Ferrero le gana en el salto a Fabricio Lenci. El capitán, al igual que el resto de sus compañeros, le puso el pecho a la situación y luchó hasta el último minuto. foto de matías napoli escalero (especial para la gaceta) LUCHA ANTE TODO. Alexis Ferrero le gana en el salto a Fabricio Lenci. El capitán, al igual que el resto de sus compañeros, le puso el pecho a la situación y luchó hasta el último minuto. foto de matías napoli escalero (especial para la gaceta)
25 Marzo 2017

Marcelo Androetto - Especial para LG Deportiva

Otra vez con las manos vacías. Otra vez la amargura de lo que pudo haber sido y no fue. San Martín encajó su tercera derrota consecutiva en una infartante noche en La Paternal y quedó al borde de caer en zona de descenso. El 3-1 que le propinó Argentinos fue excesivo, pero castiga la crónica inoperancia del “Santo” a la hora de convertir y el ingreso tardío del sustituto Acosta.

A San Martín le siguió faltando cinco para el peso. Porque como en Pergamino y en Mataderos hizo un primer tiempo más que aceptable. El tándem Lentini-Quiroga, más Rodríguez llegando por afuera, inquietó varias veces a Argentinos, que defendía con línea de tres. Además, salió a realizar una presión alta, que cortó el circuito futbolístico del local.

Entiéndase bien: San Martín no apabullaba, pero le presentaba batalla de igual a igual al escolta del torneo, en territorio ajeno. Tuvo algunas chances el “Santo”, pero pasó lo que podía pasar: tuvo la pólvora mojada cuando el partido le hacía un guiño. Y como de la nada, el habilidoso Colman -la figura- desbordó por izquierda y metió el centro. Romero entró como “pancho por su casa” para dejar sin defensa a Carrizo y 1-0. Que bien pudo ser 2-0, si Batallini no se hubiera perdido un gol increíble ante una fallida salida de Carrizo.

Argentinos volvió dormido del vestuario. Y San Martín casi lo aprovecha. Martínez salvó sobre la línea un cabezazo de Lentini y un rato después Lanzilotta voló para sacar otro cabezazo del nueve, que se metía en el ángulo.

El partido se hizo de ida y vuelta. El “Santo”, dispuesto a quemar sus cartuchos, se desprotegía mucho atrás. Y a los 60’ el anfitrión asestó su segundo golpe: Rolón tiró la pared con Fydriszewski y definió a la derecha de Carrizo, todo a gran velocidad. Golazo, made in la escuela de Argentinos.

Cagna agotó los cambios en espacio de tres minutos. Acosta entró como un crack. Metió un pase-puñalada para Serrano que llegaba por derecha. Galeano, lanzado al corazón del área chica, cambió centro por gol. San Martín recibía una vida más en La Paternal.

Acosta casi mete un gol olímpico. Y después, en un slalom magnífico, dejó a tres rivales en el camino para luego definir afuera. Y otra vez Acosta, un verdadero revulsivo, remató apenas alto. Colman sacudió el travesaño. Ya en tiempo de descuento, Moreira y “Maxi” Rodríguez se perdieron goles hechos. Cagna no lo podía creer. Y Carrizo evitó que los hinchas locales siguieran sufriendo: quiso rechazar y le erró a la pelota, para que Frydiszewski cierre el pleito. Otra vez sopa, San Martín.

Más allá de la derrota, San Martín mostró vergüenza y capacidad de reacción para ir en busca del empate. En el ida y vuelta del segundo tiempo, tuvo algunas oportunidades clarísimas, que podrían haber cambiado la historia. Dejó una mejor imagen que en los partidos previos.

San Martín sufre de una enfermedad crónica: la de no convertir casi nada de lo que genera. Como en sus dos partidos anteriores, redondeó un primer tiempo interesante y contó con varias chances claras, pero volvió a fallar en zona de gatillo, un error que sus rivales no cometieron.

Los equipos se arman de atrás para adelante, y si el arquero no brinda seguridad, lo demás se hace cuesta arriba. El “1” de San Martín duda demasiado cuando debe salir a cortar, y el insólito yerro que posibilitó al “Bicho” liquidar el partido fue consecuencia de esa inseguridad.

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