22 Marzo 2017
TAREA DOBLE. Bianchi debe aunar físico e inteligencia para seguir jugando. reuters
Las palabras de Pablo Lavallén tras el partido ante Aldosivi hablan de los problemas que podrá enfrentar Atlético en la zaga central. “Tiene que parar dos meses para curarse. Es bastante complicada. Lo tendremos que ir llevando como podamos hasta que termine el torneo. Cuando no sufra dolores habrá que infiltrarlo para que pueda jugar”, comentó en conferencia de prensa sobre la lesión de Ignacio Canuto.
El jugador llegó a Atlético a principios de 2016 pero no fue sino hasta unos meses después en que se transformó en una pieza clave de la defensa. Tanto que en el partido ante Peñarol, por la Copa Libertadores, quedó en evidencia. Se retiró lesionado con Atlético ganando 1 a 0 y apenas cinco minutos después de su salida, el equipo uruguayo había dado vuelta el marcador.
“No creo que haya habido una merma concreta después de su salida”, señaló el entrenador en referencia a Canuto pero Enrique Meza Britez, su reemplazante, no continuó con el trabajo que venía haciendo su compañero en varios de los partidos en los que le tocó jugar.
Canuto padece una sinovitis en los extensores de su pie derecho que saltó a la luz en la serie contra El Nacional. A partir de allí, el jugador es infiltrado para cada partido que le toca jugar, tal como lo harán de ahora en adelante. ¿Es que acaso no hay otro zaguero confiable? Al parecer no y ese es un problema central para Atlético.
Bruno Bianchi, el compañero ideal de Canuto, jugó todos los partidos del año y pese a que merece un descanso parece que no podrá ser. Lo peor es que la AFA y/o la Conmebol podrían dárselo obligatoriamente. ¿Por qué? Por si la lesión de Canuto no fuera suficiente, Bianchi acumula cuatro amarillas en el torneo local y dos en la Libertadores. Es decir, está a una, en cada torneo, de ser suspendido por una fecha.
Jairo Palomino empezó su carrera jugando en la posición defensor central y podría ser una opción pero hasta ahora, Lavallén jamás lo utilizó en esa posición. ¿Qué queda? En Reserva, la dupla de centrales es Mauro Osores y Alejandro Montiel, dos juveniles sin experiencia en Primera.
El panorama no es alentador. Algo que tampoco colaboró fue la partida de Franco Sbuttoni en enero al fútbol japonés. Un defensor central que hubiese sido útil en éstos momentos.
Por ahora, y sin probabilidad de refuerzos, Lavallén tendrá que arreglárselas con lo que hay.
El jugador llegó a Atlético a principios de 2016 pero no fue sino hasta unos meses después en que se transformó en una pieza clave de la defensa. Tanto que en el partido ante Peñarol, por la Copa Libertadores, quedó en evidencia. Se retiró lesionado con Atlético ganando 1 a 0 y apenas cinco minutos después de su salida, el equipo uruguayo había dado vuelta el marcador.
“No creo que haya habido una merma concreta después de su salida”, señaló el entrenador en referencia a Canuto pero Enrique Meza Britez, su reemplazante, no continuó con el trabajo que venía haciendo su compañero en varios de los partidos en los que le tocó jugar.
Canuto padece una sinovitis en los extensores de su pie derecho que saltó a la luz en la serie contra El Nacional. A partir de allí, el jugador es infiltrado para cada partido que le toca jugar, tal como lo harán de ahora en adelante. ¿Es que acaso no hay otro zaguero confiable? Al parecer no y ese es un problema central para Atlético.
Bruno Bianchi, el compañero ideal de Canuto, jugó todos los partidos del año y pese a que merece un descanso parece que no podrá ser. Lo peor es que la AFA y/o la Conmebol podrían dárselo obligatoriamente. ¿Por qué? Por si la lesión de Canuto no fuera suficiente, Bianchi acumula cuatro amarillas en el torneo local y dos en la Libertadores. Es decir, está a una, en cada torneo, de ser suspendido por una fecha.
Jairo Palomino empezó su carrera jugando en la posición defensor central y podría ser una opción pero hasta ahora, Lavallén jamás lo utilizó en esa posición. ¿Qué queda? En Reserva, la dupla de centrales es Mauro Osores y Alejandro Montiel, dos juveniles sin experiencia en Primera.
El panorama no es alentador. Algo que tampoco colaboró fue la partida de Franco Sbuttoni en enero al fútbol japonés. Un defensor central que hubiese sido útil en éstos momentos.
Por ahora, y sin probabilidad de refuerzos, Lavallén tendrá que arreglárselas con lo que hay.
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