Por Juan Manuel Montero
17 Marzo 2017
MALA FORTUNA. Rodrigo Aliendro se lamenta una chance perdida. Esta vez, la suerte no estuvo del lado de Atlético. reuters
MONTEVIDEO (Juan Manuel Montero, enviado especial de LG Deportiva).- La derrota en el estadio “Campeón del Siglo”, luego de estar en ventaja ante un rival al que no se le había caído una idea hasta el gol del empate, pegó fuerte en el seno del plantel “Decano”.
Si bien Atlético fue a cuidar su arco y a ver si llegaba una contra milagrosa (que encontró en el centro de Rodrigo Aliendro y la cabeza de Cristian Menéndez), con el 1-0 parecía que el triunfo era posible. Peñarol no inquietaba y los tres puntos no parecían correr peligro. Por eso la bronca de Bruno Bianchi, luego de que el colombiano Wilmar Roldán marcara el final del encuentro, era evidente. “Generamos muchas situaciones y ellos, en dos minutos, con el aliento de su gente y algunas desgracias nuestras, se encontraron con la ventaja”, se lamentó el central, advirtiendo de que a pesar de haber llegado menos sobre el arco del buen arquero Gastón Guruceaga, su equipo merecía mejor suerte. “Ellos no generaron mucho; nosotros tuvimos varias claras sobre el final. Hay que seguir, tenemos confianza para pasar de ronda”, sentenció.
Por su parte, Pablo Lavallén, dejó la casa del “Carbonero” con un sabor agridulce, producto del cóctel que le dejó el buen rendimiento y el marcador final. “Duele mucho el resultado porque Peñarol nunca nos superó. Me voy con bronca pero tranquilo; jugamos muy bien”, explicó el entrenador en rueda de prensa, resaltando de que el 2-1 fue demasiado generoso para con los locales. “Desde mi opinión, merecíamos llevarnos algún punto. Fue un partido muy friccionado, donde no hubo buen juego, pero tuvimos las chances más claras. Lamentablemente sufrimos dos minutos fatales. Ellos, además, tuvieron mucha suerte”, confluyó el DT.
Si bien Atlético fue a cuidar su arco y a ver si llegaba una contra milagrosa (que encontró en el centro de Rodrigo Aliendro y la cabeza de Cristian Menéndez), con el 1-0 parecía que el triunfo era posible. Peñarol no inquietaba y los tres puntos no parecían correr peligro. Por eso la bronca de Bruno Bianchi, luego de que el colombiano Wilmar Roldán marcara el final del encuentro, era evidente. “Generamos muchas situaciones y ellos, en dos minutos, con el aliento de su gente y algunas desgracias nuestras, se encontraron con la ventaja”, se lamentó el central, advirtiendo de que a pesar de haber llegado menos sobre el arco del buen arquero Gastón Guruceaga, su equipo merecía mejor suerte. “Ellos no generaron mucho; nosotros tuvimos varias claras sobre el final. Hay que seguir, tenemos confianza para pasar de ronda”, sentenció.
Por su parte, Pablo Lavallén, dejó la casa del “Carbonero” con un sabor agridulce, producto del cóctel que le dejó el buen rendimiento y el marcador final. “Duele mucho el resultado porque Peñarol nunca nos superó. Me voy con bronca pero tranquilo; jugamos muy bien”, explicó el entrenador en rueda de prensa, resaltando de que el 2-1 fue demasiado generoso para con los locales. “Desde mi opinión, merecíamos llevarnos algún punto. Fue un partido muy friccionado, donde no hubo buen juego, pero tuvimos las chances más claras. Lamentablemente sufrimos dos minutos fatales. Ellos, además, tuvieron mucha suerte”, confluyó el DT.
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