12 Marzo 2017
GOL. Benedetto festeja el 2-0. El DT se jugó por él y cumplió. “El que juega tiene que rendirle a Boca, no a mí”, dijo Guillermo. telam
BUENOS AIRES.- Parecía haber algo más que el festejo por sus goles en el aura de Darío Benedetto, el actor principal del triunfo de Boca sobre Banfield por 2 a 0. Puede que sea el hecho de que el “Xeneize” volvió a jugar oficialmente tras 83 días o que luego de un verano en el que fueron todas pálidas para el equipo, volvió a ser el de 2016. También, que su equipo sigue siendo el único líder o tal vez, que alejó la presencia de Walter Bou que amenaza con sus goles para desplazarlo.
Sea cual sea el motivo extra de su alegría desmesurada, todo puede justificarse luego de un triunfo que vale mucho para Boca, que este año solo disputará torneos locales y Copa Argentina.
El 2-0 empezó siendo 0-1 para Boca pero para su suerte, el árbitro asistente Juan Pablo Belatti sancionó fuera de juego en una jugada que terminaría en gol del “Taladro”. Darío Cvitanich convirtió en posición legítima (por muy poco pero legítima al fin) y pese a que había un compañero suyo en offside, no participó y según los entendidos, no estaba interfiriendo. “El jugador en fuera de juego no interfiere”, dijo en su cuenta de Twitter, Horacio Elizondo, el árbitro de la final del Mundial 2006.
En la jugada siguiente vino el primer gol de Benedetto que la empujó tras un desborde y una asistencia de Frank Fabra. Muy parecido fue el segundo gol, ya en el complemento, pero con la ayuda de otro colombiano: Wilmar Barrios.
Luego de ese problema inicial, lo único que sufrió el visitante fue la expulsión de Sebastián Pérez, que duró menos de 10 minutos en cancha. (Especial)
Sea cual sea el motivo extra de su alegría desmesurada, todo puede justificarse luego de un triunfo que vale mucho para Boca, que este año solo disputará torneos locales y Copa Argentina.
El 2-0 empezó siendo 0-1 para Boca pero para su suerte, el árbitro asistente Juan Pablo Belatti sancionó fuera de juego en una jugada que terminaría en gol del “Taladro”. Darío Cvitanich convirtió en posición legítima (por muy poco pero legítima al fin) y pese a que había un compañero suyo en offside, no participó y según los entendidos, no estaba interfiriendo. “El jugador en fuera de juego no interfiere”, dijo en su cuenta de Twitter, Horacio Elizondo, el árbitro de la final del Mundial 2006.
En la jugada siguiente vino el primer gol de Benedetto que la empujó tras un desborde y una asistencia de Frank Fabra. Muy parecido fue el segundo gol, ya en el complemento, pero con la ayuda de otro colombiano: Wilmar Barrios.
Luego de ese problema inicial, lo único que sufrió el visitante fue la expulsión de Sebastián Pérez, que duró menos de 10 minutos en cancha. (Especial)