11 Marzo 2017
EN LA SEDE CENTRAL. Un comité de Políticas Universitarias de la Nación visitó el Rectorado por un informe. la gaceta / foto de franco vera
A los pocos días de retomar las actividades administrativas, al Rectorado le tocó rendir el primer examen. Una comitiva de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación (SPU) desembarcó en la casa de Altos Estudios con una misión: supervisar cómo han venido haciendo las tareas de recorte de gastos. Pero también conocer por qué hubo dos decanos (de Económicas y Derecho) que prefirieron no firmar el acta compromiso el año pasado. Ese documento, impulsado por la SPU, contiene una serie de pautas a las que la UNT debe ajustarse si quiere disminuir el déficit (y contar con la ayuda económica de la Nación).
Sobre el primer punto, el vicerrector José García, aseguró que los técnicos “se mostraron de acuerdo con los indicadores de mejoras” que se han planteado y adelantó que se va a exponer esto en la reunión de decanos, el lunes por la tarde. Negó que los funcionarios de la Nación hayan mostrado preocupación porque el año pasado el Consejo Superior rechazó el balance 2015.
Durante la visita de la SPU, los decanos que no firmaron el acta: José Luis Jiménez (Económicas) y Adela Seguí (Derecho) le expusieron a una de las funcionarias de la SPU sus razones. “Le dije que no estaban dadas las condiciones para firmar porque no se conocía el diagnóstico del cual partía la SPU para hacer el ajuste”, señaló Jiménez y agregó que pidió conocer estos datos y le dijeron que no; y le aclararon que el acta no se podía modificar.
En tanto, la decana de Derecho resaltó que la visita a su facultad fue de 20 minutos y que la funcionaria estaba acompañada por parte del gabinete del Rectorado. “Le respondí que no firmé porque se nos había hablado de congelamiento de planta docente y no docente y que no podía apoyar un ajuste en desmedro de la calidad”, contó Seguí.
¿A dónde va la plata?
La crisis en las cuentas universitarias fue el tema que más ocupó a los consejeros y funcionarios el año pasado. La situación deficitaria derivó en cambios en el área Administrativa, recortes de partidas para funcionamiento de las facultades, congelamiento de nombramientos, dudas y críticas al uso de fondos por parte de la Nación y el coletazo final que fue no aprobar el balance de 2015. La comisión de Hacienda se reunió esta semana por primera vez y ya pidió que le remitieran la rendición de cuentas de 2016 y, fundamentalmente, cómo será el reparto de los $ 3.500 millones que la Nación le asignó a la UNT para este año. Uno de los consejeros explicó que si bien no pueden objetar el presupuesto, lo que se puede hacer es observar hacia dónde va la plata. Es un año preelectoral y, por experiencia, los universitarios saben a partir de julio el clima se va a tornar denso. La realidad es que la UNT siempre está en período electoral o preelectoral. No hay un tercer estado, debido a que año de por medio se enfrenta a contiendas electorales.
García confirmó que el lunes comenzarán a discutir el balance 2016 en el consejo de Decanos, antes de pasarlo a la comisión y al consejo superior. El año pasado hubo renovación de parte del Superior en el primer semestre y eso demoró el debate. Las diferencias surgieron casi a fin de año y en una de las últimas sesiones la mayoría de los consejeros votó por la no aprobación del balance de 2015.
Sobre el primer punto, el vicerrector José García, aseguró que los técnicos “se mostraron de acuerdo con los indicadores de mejoras” que se han planteado y adelantó que se va a exponer esto en la reunión de decanos, el lunes por la tarde. Negó que los funcionarios de la Nación hayan mostrado preocupación porque el año pasado el Consejo Superior rechazó el balance 2015.
Durante la visita de la SPU, los decanos que no firmaron el acta: José Luis Jiménez (Económicas) y Adela Seguí (Derecho) le expusieron a una de las funcionarias de la SPU sus razones. “Le dije que no estaban dadas las condiciones para firmar porque no se conocía el diagnóstico del cual partía la SPU para hacer el ajuste”, señaló Jiménez y agregó que pidió conocer estos datos y le dijeron que no; y le aclararon que el acta no se podía modificar.
En tanto, la decana de Derecho resaltó que la visita a su facultad fue de 20 minutos y que la funcionaria estaba acompañada por parte del gabinete del Rectorado. “Le respondí que no firmé porque se nos había hablado de congelamiento de planta docente y no docente y que no podía apoyar un ajuste en desmedro de la calidad”, contó Seguí.
¿A dónde va la plata?
La crisis en las cuentas universitarias fue el tema que más ocupó a los consejeros y funcionarios el año pasado. La situación deficitaria derivó en cambios en el área Administrativa, recortes de partidas para funcionamiento de las facultades, congelamiento de nombramientos, dudas y críticas al uso de fondos por parte de la Nación y el coletazo final que fue no aprobar el balance de 2015. La comisión de Hacienda se reunió esta semana por primera vez y ya pidió que le remitieran la rendición de cuentas de 2016 y, fundamentalmente, cómo será el reparto de los $ 3.500 millones que la Nación le asignó a la UNT para este año. Uno de los consejeros explicó que si bien no pueden objetar el presupuesto, lo que se puede hacer es observar hacia dónde va la plata. Es un año preelectoral y, por experiencia, los universitarios saben a partir de julio el clima se va a tornar denso. La realidad es que la UNT siempre está en período electoral o preelectoral. No hay un tercer estado, debido a que año de por medio se enfrenta a contiendas electorales.
García confirmó que el lunes comenzarán a discutir el balance 2016 en el consejo de Decanos, antes de pasarlo a la comisión y al consejo superior. El año pasado hubo renovación de parte del Superior en el primer semestre y eso demoró el debate. Las diferencias surgieron casi a fin de año y en una de las últimas sesiones la mayoría de los consejeros votó por la no aprobación del balance de 2015.
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