08 Marzo 2017
CONFIADOS. José Méndez y “Bebé” Acosta no le temen al poderoso Palmeiras. Con orden y efectividad pueden dar la nota. la gaceta / foto de antonio ferroni
Si en una partida entre rivales de idéntico fuste el detalle cuenta más que un pase quirúrgico a la zona de gatillo, en un encuentro en donde a priori se enfrenta un equipo con sueños de grandeza contra uno ya consagrado a nivel internacional, cada paso dado con acierto vale oro.
Este partido, el del debut de Atlético en el grupo 5 de la Copa Libertadores, tiene ese tinte. El “Decano” recibe a Palmeiras, el campeón de 1999, el mismo que no pudo revalidar su corona en 2000 porque perdió contra Boca, y el mismísimo que en 2002 tocó fondo en Brasil cuando descendió de categoría. O sea, “O Verdao”, el gran candidato al título de la Libertadores 2017, parece haber pasado por todos los estados, y siempre resurgió de las cenizas.
Pero lo que vale es el presente, y eso dice que Atlético ya no es David que teme perder contra Goliat. No. Puede ser un David el “Decano”, pero uno que sepa que lleva las de ganar si hace lo que planificó en la semana previa. “Trataremos de anular a algunos jugadores clave de Palmeiras para así hacer nuestro juego”, sostuvo Pablo Lavallén, el entrenador de los de 25 de Mayo y Chile.
El mediocampo visitante es de temer, sobre todo del lado de Michel Bastos, hombre con rodaje europeo de primer nivel. Ni hablar de la ofensiva, con el colombiano Miguel Borja, un peligro para los guantes del capitán Cristian Lucchetti, si los zagueros centrales le dan espacio.
Concentración, inteligencia y precisión, deben ser las bases de Atlético. Sus hombres deben mantener al 100% la cabeza fría durante los 90 minutos de juego. No pueden permitirse licencias. Y cuando el balón entre en clima de ataque, los mediocampistas de combate, llámese Rodrigo Aliendro, Guillermo Acosta y Leandro González, deberán convertirse en cirujanos, en pos de cederles la puntada final a Cristian Menéndez y a Fernando Zampedri, hoy el dolor de cabeza para el entrenador de Eduardo Baptista.
“Palmeiras es el equipo más fuerte del grupo”, asume Lavallén, y como tal, el conjunto brasileño en la previa se viste de Goliat. Pero solo en la previa.
Este partido, el del debut de Atlético en el grupo 5 de la Copa Libertadores, tiene ese tinte. El “Decano” recibe a Palmeiras, el campeón de 1999, el mismo que no pudo revalidar su corona en 2000 porque perdió contra Boca, y el mismísimo que en 2002 tocó fondo en Brasil cuando descendió de categoría. O sea, “O Verdao”, el gran candidato al título de la Libertadores 2017, parece haber pasado por todos los estados, y siempre resurgió de las cenizas.
Pero lo que vale es el presente, y eso dice que Atlético ya no es David que teme perder contra Goliat. No. Puede ser un David el “Decano”, pero uno que sepa que lleva las de ganar si hace lo que planificó en la semana previa. “Trataremos de anular a algunos jugadores clave de Palmeiras para así hacer nuestro juego”, sostuvo Pablo Lavallén, el entrenador de los de 25 de Mayo y Chile.
El mediocampo visitante es de temer, sobre todo del lado de Michel Bastos, hombre con rodaje europeo de primer nivel. Ni hablar de la ofensiva, con el colombiano Miguel Borja, un peligro para los guantes del capitán Cristian Lucchetti, si los zagueros centrales le dan espacio.
Concentración, inteligencia y precisión, deben ser las bases de Atlético. Sus hombres deben mantener al 100% la cabeza fría durante los 90 minutos de juego. No pueden permitirse licencias. Y cuando el balón entre en clima de ataque, los mediocampistas de combate, llámese Rodrigo Aliendro, Guillermo Acosta y Leandro González, deberán convertirse en cirujanos, en pos de cederles la puntada final a Cristian Menéndez y a Fernando Zampedri, hoy el dolor de cabeza para el entrenador de Eduardo Baptista.
“Palmeiras es el equipo más fuerte del grupo”, asume Lavallén, y como tal, el conjunto brasileño en la previa se viste de Goliat. Pero solo en la previa.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular