08 Marzo 2017
CABEZA FRÍA. Pese a que la tensión convive con el grupo, Aliendro y compañía aseguran que los nervios son parte del oficio y que ello no les juega en contra, a la hora de salir a jugar. la gaceta / foto de Antonio Ferroni
El factor ansiedad bien puede ser la sombra de cada uno de los integrantes de la delegación de Atlético que hoy, a las 21.45, irá por otra hazaña en su ya rica historia en la Copa Libertadores 2017. El rival a derrotar es Palmeiras, el gigante brasileño y uno de los candidatos a ganar el título, según vaticinan los especialistas.
Pero Atlético vive un cuento de hadas, donde todos sus sueños se hacen realidad, gracias al trabajo y el apoyo de sus hinchas. Así lo reconoce Rodrigo Aliendro, quien despejó el camino para llegar al triunfo en la revancha contra Junior, por la fase 3. “Los hinchas siempre acompañan y esperamos ansiosos el día del partido”, reconoce el ex Chacarita, quien con seguridad será “decano” por muchos años más ya que en junio le comprarían su pase.
Hablar del “Verdao” es hablar de un campeón (1999), de un club con antecedentes de grandes duelos y batallas durante sus 17 participaciones en la Libertadores.
“Es un equipo muy difícil, pero nosotros venimos haciendo las cosas bien. Trataremos de manejar la pelota y hacer lo mejor para conseguir un buen resultado”, dice Aliendro, quien reconoce que los nombres que forman a Palmeiras merecen un respeto especial por los antecedentes que arrastran. “Tiene jugadores de mucha jerarquía, el técnico nos da consejos sobre ellos, sobre cómo frenarlos”, explica el volante ofensivo.
Si bien Atlético todo lo que toca lo convierte en oro en la Copa, la preocupación central del equipo no gira en torno a esta fase de grupos, donde después de Palmeiras mantendrá duelos con Peñarol y Jorge Wilstermann. Más allá de lo tentador que es el el torneo continental, en Atlético no desvían la mirada de lo que se viene en casa.
“El objetivo principal siempre es mantener la categoría en Primera. Después, en la Copa intentar realizar la mejor actuación y llegar lo más lejos que podamos”, reconoce Aliendro.
“Los que nos pasó (en referencia a los duelos con El Nacional y Junior) hace que sigamos aún más motivados. Jugar la Libertadores nos hace sentir importantes y muy confiados para afrontar el torneo local que, en definitiva, es el portal de acceso a las competencias internacionales”, agrega Leonel Di Plácido, “el factor sorpresa” de los laterales que suben al ataque en el “Decano”.
Si bien la presión fue compañera de andanzas del equipo en la previa al duelo de hoy, “Flecha” desinfla lo que para algunos podría ser un volcán en plena erupción. Enfrentar a Palmeiras no es el partido más importante en la historia del club. Y lo explica: “Los que jugamos eran más importantes porque fueron decisivos. Este es el comienzo de algo lindo. Hay que disfrutarlo”.
El desafío de hacer grande a Atlético es una misión que habita en el corazón de cada futbolista que forma parte del plantel. Bajar la guardia no es opción, tampoco olvidar las raíces, porque todo lo que consiguió Atlético como club con el pasar de los años fue a base de sacrificio y sangre. Y eso, juran, nunca faltará.
Pero Atlético vive un cuento de hadas, donde todos sus sueños se hacen realidad, gracias al trabajo y el apoyo de sus hinchas. Así lo reconoce Rodrigo Aliendro, quien despejó el camino para llegar al triunfo en la revancha contra Junior, por la fase 3. “Los hinchas siempre acompañan y esperamos ansiosos el día del partido”, reconoce el ex Chacarita, quien con seguridad será “decano” por muchos años más ya que en junio le comprarían su pase.
Hablar del “Verdao” es hablar de un campeón (1999), de un club con antecedentes de grandes duelos y batallas durante sus 17 participaciones en la Libertadores.
“Es un equipo muy difícil, pero nosotros venimos haciendo las cosas bien. Trataremos de manejar la pelota y hacer lo mejor para conseguir un buen resultado”, dice Aliendro, quien reconoce que los nombres que forman a Palmeiras merecen un respeto especial por los antecedentes que arrastran. “Tiene jugadores de mucha jerarquía, el técnico nos da consejos sobre ellos, sobre cómo frenarlos”, explica el volante ofensivo.
Si bien Atlético todo lo que toca lo convierte en oro en la Copa, la preocupación central del equipo no gira en torno a esta fase de grupos, donde después de Palmeiras mantendrá duelos con Peñarol y Jorge Wilstermann. Más allá de lo tentador que es el el torneo continental, en Atlético no desvían la mirada de lo que se viene en casa.
“El objetivo principal siempre es mantener la categoría en Primera. Después, en la Copa intentar realizar la mejor actuación y llegar lo más lejos que podamos”, reconoce Aliendro.
“Los que nos pasó (en referencia a los duelos con El Nacional y Junior) hace que sigamos aún más motivados. Jugar la Libertadores nos hace sentir importantes y muy confiados para afrontar el torneo local que, en definitiva, es el portal de acceso a las competencias internacionales”, agrega Leonel Di Plácido, “el factor sorpresa” de los laterales que suben al ataque en el “Decano”.
Si bien la presión fue compañera de andanzas del equipo en la previa al duelo de hoy, “Flecha” desinfla lo que para algunos podría ser un volcán en plena erupción. Enfrentar a Palmeiras no es el partido más importante en la historia del club. Y lo explica: “Los que jugamos eran más importantes porque fueron decisivos. Este es el comienzo de algo lindo. Hay que disfrutarlo”.
El desafío de hacer grande a Atlético es una misión que habita en el corazón de cada futbolista que forma parte del plantel. Bajar la guardia no es opción, tampoco olvidar las raíces, porque todo lo que consiguió Atlético como club con el pasar de los años fue a base de sacrificio y sangre. Y eso, juran, nunca faltará.