01 Marzo 2017
Alfaro prometió obras y se distanció de Alperovich y de Manzur
BALANCE. El intendente destacó las gestiones de su primer año y fortaleció sus vínculos con Cambiemos. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
Con la promesas de obras públicas y tomando cada vez más distancia de las figuras del Partido Justicialista provincial, el intendente Germán Alfaro dio por iniciado este mediodía un nuevo período de sesiones ordinarias en el Concejo Deliberante de la capital. Los fondos coparticipables, la expropiación de la Casa Sucar, la licitación de dos líneas de colectivos y la disputa con la Sociedad Aguas del Tucumán fueron los ejes del discurso, que duró alrededor de 55 minutos.
En medio de una protesta del Sindicato de Peones de Taxi, que pidieron por el "blanqueo" de los trabajadores y que rodearon el edificio ubicado en San Martín y Monteagudo, Alfaro volvió a marcar sus diferencias con la administración provincial y reclamó millones de pesos que dejan de entrar a las arcas del municipio. "En esta provincia se desconocen principios elementales de la forma republicana de gobierno. Desde el pacto social, que siempre fue presentado como una ventaja cuando, en realidad, es un instrumento para someter intendentes y delegados comunales, controlando la recaudación y la percepción de impuestos que no le corresponderían a la provincia. Debemos reparar esta anomalía; son los municipios los que brindan servicios y es la provincia la que cobra los impuestos", reclamó el jefe municipal.
Con las finanzas ajustadas, el intendente amplió sus pedidos y reiteró que iniciará acciones legales. "Exigimos un régimen de coparticipación que amplíe los porcentajes y los impuestos que se distribuyen. La carga fiscal es agobiante para los contribuyentes y a los municipios nos llegan exiguos porcentajes que condicionan el funcionamiento de las ciudades. Exigimos el urgente tratamiento de una nueva ley de coparticipación, al igual que lo está haciendo el gobierno nacional que está en este mismo momento tratándola con los ministros de economía provinciales. Hemos reclamado esta situación al gobernador. Nuestros planteos no fueron escuchados, nuestros pedidos fueron soslayados. Vamos a tomar por el camino judicial", apuntó Alfaro, que desde que asumió la intendencia ahondó las tensiones con el ejecutivo provincial, a cargo del gobernador Juan Manzur.
Alineado con el presidente Mauricio Macri, el intendente aprovechó el discurso para apuntar en contra del tres veces gobernador y actual senador nacional, José Alperovich, con el que mantiene distancia desde hace unos años. "Alperovich inauguró una forma de gobierno que mostró el mayor desprecio por la legalidad e institucionalidad. Ese manejo no ha cambiado. El estado provincial es el primer generador de empleo. No contrata empleados por su capacidad de trabajar por el bien común, contrata empleados para asegurar su triunfo electoral y voy a decirlo con todas las letras: los impuestos de los tucumanos se destinan a asegurar la permanencia del alperovichismo en el poder", se despachó Alfaro, que volvió a cargar contra la SAT (la responsabilizó de 3.000 pozos en la ciudad) y recordó una demanda judicial por daños y perjuicios.
Cuando llegó la etapa de los anuncios, el intendente se comprometió a convocar un llamado a licitación para remodelar la peatonal Celestino Gelsi (calle Muñecas del 1 al 300), la pavimentación de 160 cuadras, la construcción del desagüe pluvial de avenida Jujuy (entre Canal Sur y avenida Américo Vespucio, con una longitud de 2.400 metros) y la licitación de las Líneas 10 y 12, entre otras obras proyectadas por su Gobierno para los próximos 12 meses. "Estamos invirtiendo más de 594 millones de pesos para mejorar la infraestructura y embellecer nuestra ciudad y, de esa manera, mejorar la calidad de vida de todos los que habitamos en ella", resaltó el intendente, que aprovechó la oportunidad para repetir que la expropiación de la Casa Sucar se hará con fondos propios del municipio.
Para el cierre, el intendente renovó sus votos con la administración del presidente Macri y reacomodó filas en el Acuerdo por el Bicentenario al agradecer la colaboración de José Cano, conductor del Plan Belgrano, y Domingo Amaya, desde la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación, con quienes compartió el partido que lo llevó al ejecutivo municipal. De fondo sonaban los bombos de la protesta de taxistas, un nuevo foco de conflicto que el intendente deberá desactivar en las próximas semanas.
En medio de una protesta del Sindicato de Peones de Taxi, que pidieron por el "blanqueo" de los trabajadores y que rodearon el edificio ubicado en San Martín y Monteagudo, Alfaro volvió a marcar sus diferencias con la administración provincial y reclamó millones de pesos que dejan de entrar a las arcas del municipio. "En esta provincia se desconocen principios elementales de la forma republicana de gobierno. Desde el pacto social, que siempre fue presentado como una ventaja cuando, en realidad, es un instrumento para someter intendentes y delegados comunales, controlando la recaudación y la percepción de impuestos que no le corresponderían a la provincia. Debemos reparar esta anomalía; son los municipios los que brindan servicios y es la provincia la que cobra los impuestos", reclamó el jefe municipal.
Con las finanzas ajustadas, el intendente amplió sus pedidos y reiteró que iniciará acciones legales. "Exigimos un régimen de coparticipación que amplíe los porcentajes y los impuestos que se distribuyen. La carga fiscal es agobiante para los contribuyentes y a los municipios nos llegan exiguos porcentajes que condicionan el funcionamiento de las ciudades. Exigimos el urgente tratamiento de una nueva ley de coparticipación, al igual que lo está haciendo el gobierno nacional que está en este mismo momento tratándola con los ministros de economía provinciales. Hemos reclamado esta situación al gobernador. Nuestros planteos no fueron escuchados, nuestros pedidos fueron soslayados. Vamos a tomar por el camino judicial", apuntó Alfaro, que desde que asumió la intendencia ahondó las tensiones con el ejecutivo provincial, a cargo del gobernador Juan Manzur.
Alineado con el presidente Mauricio Macri, el intendente aprovechó el discurso para apuntar en contra del tres veces gobernador y actual senador nacional, José Alperovich, con el que mantiene distancia desde hace unos años. "Alperovich inauguró una forma de gobierno que mostró el mayor desprecio por la legalidad e institucionalidad. Ese manejo no ha cambiado. El estado provincial es el primer generador de empleo. No contrata empleados por su capacidad de trabajar por el bien común, contrata empleados para asegurar su triunfo electoral y voy a decirlo con todas las letras: los impuestos de los tucumanos se destinan a asegurar la permanencia del alperovichismo en el poder", se despachó Alfaro, que volvió a cargar contra la SAT (la responsabilizó de 3.000 pozos en la ciudad) y recordó una demanda judicial por daños y perjuicios.
Cuando llegó la etapa de los anuncios, el intendente se comprometió a convocar un llamado a licitación para remodelar la peatonal Celestino Gelsi (calle Muñecas del 1 al 300), la pavimentación de 160 cuadras, la construcción del desagüe pluvial de avenida Jujuy (entre Canal Sur y avenida Américo Vespucio, con una longitud de 2.400 metros) y la licitación de las Líneas 10 y 12, entre otras obras proyectadas por su Gobierno para los próximos 12 meses. "Estamos invirtiendo más de 594 millones de pesos para mejorar la infraestructura y embellecer nuestra ciudad y, de esa manera, mejorar la calidad de vida de todos los que habitamos en ella", resaltó el intendente, que aprovechó la oportunidad para repetir que la expropiación de la Casa Sucar se hará con fondos propios del municipio.
Para el cierre, el intendente renovó sus votos con la administración del presidente Macri y reacomodó filas en el Acuerdo por el Bicentenario al agradecer la colaboración de José Cano, conductor del Plan Belgrano, y Domingo Amaya, desde la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación, con quienes compartió el partido que lo llevó al ejecutivo municipal. De fondo sonaban los bombos de la protesta de taxistas, un nuevo foco de conflicto que el intendente deberá desactivar en las próximas semanas.
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