Por Jose Ariel Ibañez
24 Febrero 2017
Los hinchas de Atlético seguramente no pudieron dormir anoche. La ansiedad previa, los nervios que aparecieron tras el gol de Junior y los festejos que se prolongaron hasta la madrugada conforman un cóctel de emociones muy fuertes que los obligó a mantenerse de pie. De todos modos, ellos no necesitan cerrar los ojos para soñar. Basta con lo que transmite en la cancha el equipo que conduce Pablo Lavallén, que jugará la fase de grupos de la Copa Libertadores. Ya nada parece imposible para el “Decano”, un equipo de “clase media baja”, según la curiosa definición del presidente Mario Leito, que ahora compite con los mejores del continente y recibirá mucho dinero. El suficiente para consolidar sus equilibradas finanzas.
“Ahora que venga Barcelona”, se animó a decir el entrenador a los periodistas de Fox Sports al terminar el encuentro. El DT se acostumbró a lanzar frases resonantes al finalizar los partidos pero también demostró tener los pies sobre la tierra. Sabe que competir en un torneo internacional los llena de orgullo; potencia a los futbolista y jerarquiza a la institución. Pero a pesar de semejante tentación no hay a descuidar el torneo local. Si bien Atlético cuenta con un colchón de puntos que le permite no estar pendiente del promedio, todos saben que si se descuida un semestre completo las consecuencias pueden ser graves en el futuro, tal como les sucedió a otros equipos. Apelar a la rotación en los dos torneos es una buena alternativa. Así podrán jugar los que estén mejor desde el aspecto físico y los chicos que se forman desde abajo tendrán minutos en la cancha rodeados por los más grande. De esa forma podrán foguearse sin asumir responsabilidades que todavía no les corresponden y que suelen ser negativas para sus carreras. Lindo desafío le espera a Atlético. Pero para que el sueño se prolongue en el tiempo y no se transforme en una pesadilla habrá que ser cuidadoso. Atlético es un grande que crece día a día y tiene potencial para seguir por esa senda. Si no se cometen errores, lo mejor está por venir.
“Ahora que venga Barcelona”, se animó a decir el entrenador a los periodistas de Fox Sports al terminar el encuentro. El DT se acostumbró a lanzar frases resonantes al finalizar los partidos pero también demostró tener los pies sobre la tierra. Sabe que competir en un torneo internacional los llena de orgullo; potencia a los futbolista y jerarquiza a la institución. Pero a pesar de semejante tentación no hay a descuidar el torneo local. Si bien Atlético cuenta con un colchón de puntos que le permite no estar pendiente del promedio, todos saben que si se descuida un semestre completo las consecuencias pueden ser graves en el futuro, tal como les sucedió a otros equipos. Apelar a la rotación en los dos torneos es una buena alternativa. Así podrán jugar los que estén mejor desde el aspecto físico y los chicos que se forman desde abajo tendrán minutos en la cancha rodeados por los más grande. De esa forma podrán foguearse sin asumir responsabilidades que todavía no les corresponden y que suelen ser negativas para sus carreras. Lindo desafío le espera a Atlético. Pero para que el sueño se prolongue en el tiempo y no se transforme en una pesadilla habrá que ser cuidadoso. Atlético es un grande que crece día a día y tiene potencial para seguir por esa senda. Si no se cometen errores, lo mejor está por venir.
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