19 Febrero 2017
El "Decano" sabe pelear contra la marea
TODO BAJO CONTROL. Lavallén dialoga con su ayudante de campo, Javier Claut durante el entrenamiento de ayer en el complejo Ojo de Agua. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
Al parecer, todos los organismos que comandan el fútbol, tienen como objetivo evitar los penales. A pesar de ser una de las instancias del juego más dramáticas y apasionantes, que suelen atraer espectadores neutros sin importar los protagonistas, en el fondo consideran una resolución injusta de una serie de playoff.
Con ese espíritu, en 2005, la Conmebol se plegó a lo que la UEFA venía haciendo con sus torneos y decidió aplicar a sus competiciones la regla del gol de visitante. Usualmente suele decirse que ese gol “vale doble” pero solo sirve como una figura ya que la aseveración no es correcta. En realidad, la regla es un criterio para desempatar una serie igualada, antes de llegar a los penales: quien tenga más goles anotados fuera de casa, avanza.
Luego del 0-1 en Cartagena, ante Junior de Barranquilla, en Atlético no se habló de otra cosa: no pudieron hacer un gol de visitante. El temor de recibir un gol en el Monumental en el partido que se jugará el jueves, a las 19.15 es fundado: si Junior marca, el equipo de Pablo Lavallén deberá hacer tres para avanzar a la instancia de grupos. Ni hablar si le hacen dos. La fórmula del hincha, para no marearse, es la siguiente: para pasar directamente deberá ganar por dos o más goles. El 1-0 es el único resultado con diferencia mínima que no lo eliminará y lo llevará a los penales.
Pero los “Decanos” no son los primeros en hallarse en este escenario, ni mucho menos. Desde que la Conmebol aplicó la regla del gol de visitante en 2005, 49 series de playoff en la Copa Libertadores (incluyendo fases previas a la zona de grupos como las que está jugando Atlético) arrancaron 1-0 a favor del equipo local. De ese total, en 32 ocasiones avanzó el equipo que ganó el primer partido. Es decir, equipos en la posición actual de Junior se quedaron con la serie en el 61,7% de las veces.
El que pierde ese primer partido de visitante, por 1 a 0, triunfó en el global en sólo 17 oportunidades. Es decir, equipos en los zapatos de Atlético, ganan el 38,3% de estas series.
Los datos pueden sonar poco alentadores para el equipo de 25 de Mayo y Chile pero no hay que preocuparse demasiado. No sólo porque está en condiciones de dar vuelta la serie gracias a sus jugadores y la presión que puede ejercer de local, sino porque no es la primera vez que está contra las cuerdas.
En la fase 2, ante El Nacional, luego del partido de ida, las probabilidades también estaban en su contra. Desde 2005 hasta la heroica serie ante los ecuatorianos, el equipo que empata 2-2 de local en el inicio de una serie solo había avanzado de llave en el 16% de las veces.
Para ser más específicos, hasta que Fernando Zampedri les dio la clasificación, solo dos equipos en la historia de la Copa (desde 2005, claro está) se habían levantado de un empate 2-2 en casa: en 2008, Boca igualó en dos con Atlas de local y ganó 3-0 en México. En 2009, Defensor Sporting (Uruguay) ganó 1-0 la vuelta ante el “Xeneize” en La Bombonera.
Por eso y por mucho más, nada está perdido.
Con ese espíritu, en 2005, la Conmebol se plegó a lo que la UEFA venía haciendo con sus torneos y decidió aplicar a sus competiciones la regla del gol de visitante. Usualmente suele decirse que ese gol “vale doble” pero solo sirve como una figura ya que la aseveración no es correcta. En realidad, la regla es un criterio para desempatar una serie igualada, antes de llegar a los penales: quien tenga más goles anotados fuera de casa, avanza.
Luego del 0-1 en Cartagena, ante Junior de Barranquilla, en Atlético no se habló de otra cosa: no pudieron hacer un gol de visitante. El temor de recibir un gol en el Monumental en el partido que se jugará el jueves, a las 19.15 es fundado: si Junior marca, el equipo de Pablo Lavallén deberá hacer tres para avanzar a la instancia de grupos. Ni hablar si le hacen dos. La fórmula del hincha, para no marearse, es la siguiente: para pasar directamente deberá ganar por dos o más goles. El 1-0 es el único resultado con diferencia mínima que no lo eliminará y lo llevará a los penales.
Pero los “Decanos” no son los primeros en hallarse en este escenario, ni mucho menos. Desde que la Conmebol aplicó la regla del gol de visitante en 2005, 49 series de playoff en la Copa Libertadores (incluyendo fases previas a la zona de grupos como las que está jugando Atlético) arrancaron 1-0 a favor del equipo local. De ese total, en 32 ocasiones avanzó el equipo que ganó el primer partido. Es decir, equipos en la posición actual de Junior se quedaron con la serie en el 61,7% de las veces.
El que pierde ese primer partido de visitante, por 1 a 0, triunfó en el global en sólo 17 oportunidades. Es decir, equipos en los zapatos de Atlético, ganan el 38,3% de estas series.
Los datos pueden sonar poco alentadores para el equipo de 25 de Mayo y Chile pero no hay que preocuparse demasiado. No sólo porque está en condiciones de dar vuelta la serie gracias a sus jugadores y la presión que puede ejercer de local, sino porque no es la primera vez que está contra las cuerdas.
En la fase 2, ante El Nacional, luego del partido de ida, las probabilidades también estaban en su contra. Desde 2005 hasta la heroica serie ante los ecuatorianos, el equipo que empata 2-2 de local en el inicio de una serie solo había avanzado de llave en el 16% de las veces.
Para ser más específicos, hasta que Fernando Zampedri les dio la clasificación, solo dos equipos en la historia de la Copa (desde 2005, claro está) se habían levantado de un empate 2-2 en casa: en 2008, Boca igualó en dos con Atlas de local y ganó 3-0 en México. En 2009, Defensor Sporting (Uruguay) ganó 1-0 la vuelta ante el “Xeneize” en La Bombonera.
Por eso y por mucho más, nada está perdido.
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