El tamborileo de las batucadas quiebra el silencio que impera a media mañana en el pueblo de Alpachiri, ubicado a 18 kilómetros al oeste de Concepción. Y enseguida cientos de niños y adolescentes son contagiados por un ritmo que los empuja a entregarse a una danza frenética, interminable. Es el último día de ensayo de una de las comparsas que este domingo participarán, a partir de las 20, del corso departamental que se realizará en esa comunidad.
La agrupación local está conformada por unos 400 menores que participan de la Escuela de Verano que se desarrolla en el salón de reuniones de la Comuna y que está a cargo de Gabriela Prieto y de Analía Svaldi. Los chicos exhiben una atractiva destreza gracias a las prácticas desplegadas en el taller de Expresión Corporal.
También se dictan otros talleres, como el de Deportes, el de Plástica y el de Recreación. Aquí se viene trabajando desde los primeros días de enero. “Esta experiencia nos permite contener a cientos de niños y jóvenes que en estas vacaciones de verano no tienen más distracciones que las de ver televisión o estar todo el día con el celular. Aprenden nuevos conocimientos, realizan tareas saludables y se les da alimento”, explicó Analía.
Fernanda Cano, supervisora del proyecto (que cuenta con el apoyo de los Ministerios del Interior y de Asistencia Social de la provincia), valoró la participación que tienen los padres en todas las actividades. “Ellos acompañan a los chicos, colaboran con la preparación del vestuario y fundamentalmente los alientan en todo lo que hacen” comentó la funcionaria.
“La verdad es que para nosotros, los padres, esta escuela de verano representa una gran ayuda en tiempos en que los chicos se quedan sin clases. Y es entonces que quedan librados al ocio. No tienen nada que hacer. Además aquí son raras las familias que tienen la posibilidad de salir a vacacionar”, apuntó Lucía Motti.
Los tamboreros se muestran complacidos con lo que hacen y aprendieron en la escuela. Carlos, un niño de 11 años, confesó que siempre soñó tocar ese instrumento de percusión. “Aquí me desato, porque en casa no me dejan hacer mucho ruido”, confesó sonriente. En la comuna de Alpachiri también se reúnen los talleres que se dictan en El Molino, Piedra Grande y La Calera. Los chicos de todos estos pueblos participarán en los corsos junto a otros 500 bailarines de comunidades vecinas, según comentó el comisionado comunal, Juan Manuel Moreno. Carrozas y murgas también desfilarán por alrededores de la plaza San Martín. “A través de esta actividad también rescatamos una celebración que, en un tiempo, tuvo mucho brillo en el pueblo y que se fue perdiendo con los años”, observó Fernanda.
En Alpachiri, el carnaval adquiere efervescencia con una legión de niños y jóvenes que inundan las calles del pueblo. Desbordan energía y ganas de desplegar lo mejor de cada uno en una fiesta que promete sobrada diversión…