13 Febrero 2017
BUENOS AIRES.- La Cámara Federal deberá resolver en las próximas semanas si hace lugar al pedido para la detención de Oscar Parrilli, el ex jefe de inteligencia del gobierno kirchnerista procesado por el encubrimiento agravado de un narcotraficante prófugo.
El fiscal Guillermo Marijuan ya apeló el procesamiento sin prisión preventiva, pero la defensa de Parrilli aún no fundamentó su planteo porque primero pretende apartar de la causa al juez Martín Irurzun, presidente de la Cámara Federal y encargado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) del área de las escuchas.
La semana pasada, Irurzun rechazó su recusación, pero el juez Eduardo Farah y otro convocado de la Sala I (Eduardo Freiler, Jorge Ballestero o Leopoldo Bruglia) analizarán el planteo de la defensa de Parrilli para dar una respuesta.
Después de que quede conformado el tribunal de alzada a intervenir, en la Sala II tendrán que resolver la recusación contra el juez federal Ariel Lijo y también las quejas al procesamiento del ex funcionario kirchnerista -el fiscal por la detención y la defensa por su sobreseimiento-.
Pero el escándalo de las escuchas generó, además, roces políticos porque el kirchnerismo denunció por espionaje al Gobierno de Mauricio Macri y se abrió una investigación impulsada por la CSJN para esclarecer por qué esas conversaciones llegaron a los medios de comunicación.
Sin respuestas a esos interrogantes, las explicaciones dadas a la Corte por el juez federal Lijo, quien investiga a Parrilli, permitió reconstruir el derrotero sobre cómo se inició esa causa, cuándo se ordenaron las escuchas, el acceso de la defensa a esa diligencia y las oficinas por las cuales pasaron.
Acusación contra Macri
Parrilli se defendió al insistir que las escuchas formaban parte de “un espionaje” para lograr “la impugnación de la candidatura de Cristina Kirchner” en las próximas elecciones. Acusó al macrismo de buscar eliminarlos políticamente. “Nos ligaron a los peores crímenes, como el narcotráfico y el atentado a la embajada de Israel”, dijo.
Denunció que “esto es responsabilidad directa del presidente Macri y del ministro de Justicia, (Germán) Garavano con la complicidad de los medios de comunicación”.
Sostuvo que “esas grabaciones” pudieron haber sido filtradas por “Lijo, Marijuan, (Ricardo) Lorenzetti o la Agencia Federal de Inteligencia”, pero que “ahora salen todos a decir ‘yo no fui’ como si jugaran a la mancha venenosa”. (DyN)
El fiscal Guillermo Marijuan ya apeló el procesamiento sin prisión preventiva, pero la defensa de Parrilli aún no fundamentó su planteo porque primero pretende apartar de la causa al juez Martín Irurzun, presidente de la Cámara Federal y encargado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) del área de las escuchas.
La semana pasada, Irurzun rechazó su recusación, pero el juez Eduardo Farah y otro convocado de la Sala I (Eduardo Freiler, Jorge Ballestero o Leopoldo Bruglia) analizarán el planteo de la defensa de Parrilli para dar una respuesta.
Después de que quede conformado el tribunal de alzada a intervenir, en la Sala II tendrán que resolver la recusación contra el juez federal Ariel Lijo y también las quejas al procesamiento del ex funcionario kirchnerista -el fiscal por la detención y la defensa por su sobreseimiento-.
Pero el escándalo de las escuchas generó, además, roces políticos porque el kirchnerismo denunció por espionaje al Gobierno de Mauricio Macri y se abrió una investigación impulsada por la CSJN para esclarecer por qué esas conversaciones llegaron a los medios de comunicación.
Sin respuestas a esos interrogantes, las explicaciones dadas a la Corte por el juez federal Lijo, quien investiga a Parrilli, permitió reconstruir el derrotero sobre cómo se inició esa causa, cuándo se ordenaron las escuchas, el acceso de la defensa a esa diligencia y las oficinas por las cuales pasaron.
Acusación contra Macri
Parrilli se defendió al insistir que las escuchas formaban parte de “un espionaje” para lograr “la impugnación de la candidatura de Cristina Kirchner” en las próximas elecciones. Acusó al macrismo de buscar eliminarlos políticamente. “Nos ligaron a los peores crímenes, como el narcotráfico y el atentado a la embajada de Israel”, dijo.
Denunció que “esto es responsabilidad directa del presidente Macri y del ministro de Justicia, (Germán) Garavano con la complicidad de los medios de comunicación”.
Sostuvo que “esas grabaciones” pudieron haber sido filtradas por “Lijo, Marijuan, (Ricardo) Lorenzetti o la Agencia Federal de Inteligencia”, pero que “ahora salen todos a decir ‘yo no fui’ como si jugaran a la mancha venenosa”. (DyN)
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