Por Guillermo Monti
07 Febrero 2017
GUAYAQUIL.- Todos preguntan por Fernando Zampedri. El delantero fue muy requerido por la prensa y allegados a Barcelona (de Ecuador) preguntaron todo sobre él. Quieren saber cómo juega, cómo se comporta, cuáles son sus virtudes y cuáles sus carencias. Es la clase de efecto que provoca este posicionamiento de Atlético en el fútbol regional, el salto a una vidriera que permite cotizar mucho mejor a los activos del club. Zampedri es uno de ellos y no haberlo cedido a Huracán es un poroto que se anota la directiva.
Ejecutaron penales
La práctica concluyó con ensayo de penales, definición que se producirá si el partido termina 2 a 2. El 0-0 y el 1-1 clasifican al anfitrión. Un 3-3 beneficiaría al “Decano”. El que gane pasa.
Descanso y viaje
La prescripción del cuerpo técnico es mucho descanso. Después del almuerzo todos se recluyeron en las habitaciones, hasta la hora de la merienda. El chárter partirá a las 15 para un vuelo de 50 minutos rumbo a Quito. Hay un partido en el futuro inmediato de Atlético, condicionado por el resultado de la ida, por todo lo que significa jugar en la altura y por lo jugoso del premio. Hay un rival que se llevó más de lo que merecía del Monumental y que seguramente hoy exhibirá otro rostro. Y está el “Decano”, con sus armas tan conocidas y con el corazón como recurso indispensable para hacer historia. Superar esta barrera es la meta. Después, en el horizonte mediato, asoma otro infierno: el de Barranquilla. Pero a no sacar la cabeza de la finalísima de esta noche.
El dulce sabor de la Copa
Los fanáticos que rompieron el chanchito juegan su propio partido, conscientes de que asisten a una instancia histórica. Mientras tanto, los directivos, que se mueven por el imponente Hilton de Guayaquil armados de esperanza, pero a la vez de responsabilidad. La Libertadores es un dulce que, una vez probado, todos quieren repetir. Y no es nada fácil.
Ejecutaron penales
La práctica concluyó con ensayo de penales, definición que se producirá si el partido termina 2 a 2. El 0-0 y el 1-1 clasifican al anfitrión. Un 3-3 beneficiaría al “Decano”. El que gane pasa.
Descanso y viaje
La prescripción del cuerpo técnico es mucho descanso. Después del almuerzo todos se recluyeron en las habitaciones, hasta la hora de la merienda. El chárter partirá a las 15 para un vuelo de 50 minutos rumbo a Quito. Hay un partido en el futuro inmediato de Atlético, condicionado por el resultado de la ida, por todo lo que significa jugar en la altura y por lo jugoso del premio. Hay un rival que se llevó más de lo que merecía del Monumental y que seguramente hoy exhibirá otro rostro. Y está el “Decano”, con sus armas tan conocidas y con el corazón como recurso indispensable para hacer historia. Superar esta barrera es la meta. Después, en el horizonte mediato, asoma otro infierno: el de Barranquilla. Pero a no sacar la cabeza de la finalísima de esta noche.
El dulce sabor de la Copa
Los fanáticos que rompieron el chanchito juegan su propio partido, conscientes de que asisten a una instancia histórica. Mientras tanto, los directivos, que se mueven por el imponente Hilton de Guayaquil armados de esperanza, pero a la vez de responsabilidad. La Libertadores es un dulce que, una vez probado, todos quieren repetir. Y no es nada fácil.
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