02 Febrero 2017
LE DIERON DURO. Zampedri fue uno de los jugadores de Atlético mejor custodiados por la zaga de El Nacional pero se las ingenió para marcar un gol y asistir a Barbona. Le faltó suerte en el cierre del cotejo. la gaceta / foto de FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Dio la impresión de que si el césped del estadio Monumental se hubiera convertido por un segundo en un espejo, el martes por la noche Fernando Zampedri hubiera reflejado su frustración personal al final del partido. Tendido en el suelo, con las manos unidas y con gestos que exhibían su impotencia, el mejor jugador de Atlético, la figura del “Decano” no logró comprender cómo se escapó el primer partido de la serie de la fase 2 de la Copa Libertadores, contra El Nacional.
El 2-2 tuvo sabor a derrota, aunque no lo sea. La parda abrió un interrogante que el mismo Atlético deberá descubrir cuando el martes, a las 21.15 le pelee a la altura de Quito (2.800 metros sobre el nivel del mar) y a su anfitrión. Con el empate en cero o en uno, además de cualquier resultado de la marquesina a su favor, el “Militar” pasará a la fase 3.
“Hay que trabajar, hay que seguir, por eso son dos partidos. Y hay que sacar adelante la serie”, lo dice aún en estado de ebullición Zampedri, autor de un madrugador 1-0, antes de los dos minutos de batalla, y de la asistencia previa al 2-1 parcial de David Barbona.
Sabido era que no iba a ser sencillo enfrentar a un rival del que poco y nada se le conocía. La sintonía, en cierta forma, ahora cambió (ver aparte). La revancha es harina de otro costal ahora. “Será difícil”, razona “Tanque”, pero avisa con la convicción de quien nunca dará una pelota perdida, aún cuando ya lo esté: “vamos a tratar de hacer lo nuestro para ese partido. Estamos preparados para sacar esta serie adelante”, Atlético no se achica en las difíciles, asegura Zampedri. Tiene razón. Los últimos años bañados en gloria son el aval de un grupo que irá por todo a Ecuador.
Habrá que reordenar ideas; hacer caso a las directivas entregadas por el cuerpo técnico y estudiarlas en la semana, que será tan corta como fugaz.
“Con muy poco, ellos, por ahí, se llevaron un empate que, creo, es mucho. Supieron manejar la pelota, sí, pero no fueron profundos y eso es lo que molesta porque nosotros sí fuimos profundos. Tuvimos situaciones y no las pudimos convertir”, agrega Zampedri, quien dispuso de varias chances.
Pese a lo bien que anduvo, le faltó calibrar mejor su mira. Una lástima. “No sé cuántas situaciones de gol tuvimos. Hicimos todo lo que teníamos que hacer”, se lamenta el artillero, uno de los más buscados y protegidos por El Nacional.
“Por ahí no se puede mantener la misma intensidad todo el partido. Es difícil. Pero las situaciones las tuvimos y lamentablemente no se pudo sacar más diferencia”, insiste con el tema el entrerriano, captado en varias ocasiones por la TV maldiciendo a los cuatro vientos. “Es que me da bronca cuando fallo las oportunidades que tengo. Las situaciones estuvieron, no se convirtieron”, fuera de la cancha, vestido con ropa oficial del “decano”, Zampedri sigue pensando en el partido del martes.
Y lo seguirá haciendo hoy, mañana y hasta el martes que viene cuando la delegación pise el estadio “Olímpico Atahualpa”, en Quito. Porque si en la previa soñó con convertir en el Monumental, después del duelo de ida Zampedri puede seguir imaginando cómo sacarle el dulce de la boca a El Nacional. Va por su revancha.
El 2-2 tuvo sabor a derrota, aunque no lo sea. La parda abrió un interrogante que el mismo Atlético deberá descubrir cuando el martes, a las 21.15 le pelee a la altura de Quito (2.800 metros sobre el nivel del mar) y a su anfitrión. Con el empate en cero o en uno, además de cualquier resultado de la marquesina a su favor, el “Militar” pasará a la fase 3.
“Hay que trabajar, hay que seguir, por eso son dos partidos. Y hay que sacar adelante la serie”, lo dice aún en estado de ebullición Zampedri, autor de un madrugador 1-0, antes de los dos minutos de batalla, y de la asistencia previa al 2-1 parcial de David Barbona.
Sabido era que no iba a ser sencillo enfrentar a un rival del que poco y nada se le conocía. La sintonía, en cierta forma, ahora cambió (ver aparte). La revancha es harina de otro costal ahora. “Será difícil”, razona “Tanque”, pero avisa con la convicción de quien nunca dará una pelota perdida, aún cuando ya lo esté: “vamos a tratar de hacer lo nuestro para ese partido. Estamos preparados para sacar esta serie adelante”, Atlético no se achica en las difíciles, asegura Zampedri. Tiene razón. Los últimos años bañados en gloria son el aval de un grupo que irá por todo a Ecuador.
Habrá que reordenar ideas; hacer caso a las directivas entregadas por el cuerpo técnico y estudiarlas en la semana, que será tan corta como fugaz.
“Con muy poco, ellos, por ahí, se llevaron un empate que, creo, es mucho. Supieron manejar la pelota, sí, pero no fueron profundos y eso es lo que molesta porque nosotros sí fuimos profundos. Tuvimos situaciones y no las pudimos convertir”, agrega Zampedri, quien dispuso de varias chances.
Pese a lo bien que anduvo, le faltó calibrar mejor su mira. Una lástima. “No sé cuántas situaciones de gol tuvimos. Hicimos todo lo que teníamos que hacer”, se lamenta el artillero, uno de los más buscados y protegidos por El Nacional.
“Por ahí no se puede mantener la misma intensidad todo el partido. Es difícil. Pero las situaciones las tuvimos y lamentablemente no se pudo sacar más diferencia”, insiste con el tema el entrerriano, captado en varias ocasiones por la TV maldiciendo a los cuatro vientos. “Es que me da bronca cuando fallo las oportunidades que tengo. Las situaciones estuvieron, no se convirtieron”, fuera de la cancha, vestido con ropa oficial del “decano”, Zampedri sigue pensando en el partido del martes.
Y lo seguirá haciendo hoy, mañana y hasta el martes que viene cuando la delegación pise el estadio “Olímpico Atahualpa”, en Quito. Porque si en la previa soñó con convertir en el Monumental, después del duelo de ida Zampedri puede seguir imaginando cómo sacarle el dulce de la boca a El Nacional. Va por su revancha.
NOTICIAS RELACIONADAS